» 19-12-2020 |
Normalmente traigo a esta sección obras dignas de ser destacadas. Pero tampoco se puede desdeñar el destacar algo por su negatividad, su impotencia o su decidida zafiedad. Esta obra de la que os voy a hablar es una mierda inconmensurable. Las tres patas sobre las que se asienta son tres maneras de inventarse la sustentación. El arte de flotar y guardar la ropa. El “arte” del título hace referencia a que los protagonistas son artistas. Las obras que vemos son todo lo contrario de lo que cualquier aficionado consideraría arte. Podemos colegir que no había dinero para poner obras de arte consistentes y por eso no se pudieron conseguir. La referencia a O’Keffy (por le tamaño de las flores) es evidente pero zafia. Ese es el primer cutrerío de la película. Pero no se acaba ahí. La película es de esas que -en comparación con los anuncios publicitarios- se podría llamar como descriptiva: ”¡Compre esto porque es bueno!”. Nada de sutilezas, nada de imaginación, nada de nada. Los diálogos son lineales y necesarios dirigidos a la eficacia del mensaje. Los actores son conscientes de que trabajan en una película de tercera serie y se esfuerzan lo mismo que los actores porno: con los atributos físicos, basta. No quiero saber quien es el director porque dirigir es un trabajo y una responsabilidad y eso no existe en este culebrón. La tercera tradicional pata, es el interés y aquí no existe, más allá de cómo el tío se tirará a la tía. Lo de la intriga queda para Hitchcock.
Pero también tendríamos que hablar de la cadena que emite semejante mierda. Precisamente la cadena más vista entre las privadas es decir las que nos vinieron a redimir del dogmatismo de las públicas. Sinceramente por redención entiendo otra cosa. Estamos ante una película (y ahí creo que me alargo) que no tiene director, no tiene guionista, no tiene director de arte y no tiene asesores de arte. ¿Qué tiene? Es de amor (de ahí la segunda parte del título), recurso infalible donde los haya. Ni siquiera se molestan en la trama: chico encuentra chica, chico pierde chica, chico recupera gloriosamente chica. No. Solo dudan. En plan adolescente. Deshojando la margarita. Mierda envuelta para regalo. Si esto es lo que pueden aportar las cadenas privadas para mejorar a las públicas, deberían hacérselo mirar. Los espectadores nos merecemos que las películas tengan un nivel (no diré calidad) que no insulten nuestra dignidad (y no diré inteligencia). Esta Televisión os la podéis meter por el culo. Habéis entrado en la competencia para bajar el nivel y no para subirlo. Si no tenéis dinero para comprar películas, pues poned (des)informativos todo el día o dedicaros a la publicidad, pero no hay derecho a que ofendáis a los espectadores de esta forma.
Y no diré más porque no hay más que decir. Si nos vais a redimir con esto, metéoslo por el culo y la próxima vez que queráis convencernos de vuestra necesidad de existir, ¡comprad algo que merezca la pena! Intoxicar al espectador con mierda barata no es figno de una gran empresa. Claro que puede no serla.
El desgarrado. Diciembre 2020.