» 05-12-2021 |
“The good figth” es una serie espléndida en la que los King tomaban el relevo de Ridley Scott, tomando las riendas. Era un spin off de la también espléndida “The good wife” de Ridley Scott. Es difícil saber como se ha producido el relevo pero en “The bite” los King campan por sus respetos… y lo hacen maravillosamente. Al estilo de las grandes series (o películas) toman excusas de poco valor para adentrarse en temas de calado. No parecía que los zombies dieran para mucho en el cine tras aquella primera y mítica entrega de Romero que inauguró la saga. Tampoco parecía que el/la covid tuviera mucho recorrido en la pantalla más allá de la actualidad del tema. Nada de eso ocurre. Aunar el/la covid (una pandemia pavorosa) y los zombies (una fantasía cinematográfica) no parecía que fuera algo de largo recorrido. Y ahí aparece el genio. Desde el minuto uno se nos muestra que realidad y fantasía son valores equiparables a los que acompaña un humor “situacional” de gran calado, una mirada cínica sobre la sociedad y en definitiva una visión lúcida sobre la irracionalidad del mundo. Pero todo esto no es casual y me gustaría rastrear los orígenes de todo esto.
Tras 25 siglos de metafísica el SXX decidió plantarle cara. La metafísica es el dominio de la razón absoluta, casi diría que el predominio de lo absoluto (razón, verdad, moral…). La fenomenología, la hermeneútica, la filosofía de la diferencia y la posmodernidad le han puesto cerco. La “inteligencia emocional” resume muy bien la crítica y la duda sobre lo que el logos, la razón, significa para nuestra humanidad como especie. Lo absoluto de la razón, que excluye emociones, relatividades y cualquier tipo de pensamiento no ontológico (centrado en el ser), parece que ha llegado a su término. Pero 25 siglos no se borran de un plumazo. Siempre hubo campos que escaparon a la razón: el amor, el humor, el candor -y ya puestos: Marina d’or y el café d’or, en el caso de que todo lo que escapaba de la metafísica acababa siempre en ‘or (lo que no dejaba de ser una promesa de utilidad). Por supuesto el cine no ha sido ajeno a esta revolución antimetafísica que se produjo en el SXX (paralelamente a su propio desarrollo). El absurdo (ese enemigo tenaz de la razón), la fantasía, el amor y el humor siempre formaron parte del cine (y la vida como armonía musical en ese género delirante que es el musical o la vida como última frontera a conquistar que es el western, o la vida como ciencia que es la SC). Pero ningún guión ni desarrollo fílmico podía escapar de la razón si quería ser creído. El cine apostó por mimetizar la realidad. La realidad metafísica.
A finales del SXX el cine empezó a hacerse eco de la antimetafísica. “Los soprano” ( o Dexter) nos mostraron a asesinos humanos y “A diez metros bajo tierra” la muerte como modo de vida. En ambos caso la cotidianidad anulaba la épica (ese género tan metafísico). Kubrick cuestionó la verdad, Scott la moral, Oliver Stone, el relato (histórico fundamentalmente), los Cohen la racionalidad del ser humano (su galería de estúpidos es memorable). Naturalmente otros mantuvieron alto el estandarte de la razón, la moral, y otras pendejadas metafísicas: Spilberg, Lukas, Verhoffen, Soderberg, Cameron, y todos lo épicos. Para ellos el avance del cine consistía en mejorar los efectos especiales (incluído el sexo) y en conservar los “valores” tradicionales. La crítica social a través del humor encontró su principal valedor en Lorry pero no dejaba de ser más de lo mismo… aunque el humor ya fuera antimetafísico de serie. Dicen que los directores de cine solo tienen una película que repiten insaciablemente. Creo que lo que tienen es una sola ideología, una forma de entender la vida, y a finales del SXX esos temas son antimetafísicos: la moral dispersa, la verdad relativa, el relato viciado, la estupidez humana. Creo que Scott, Stone, Kubrick o los Cohen (y otros que me olvido) representan el nuevo cine que toma el relevo del pensamiento metafísico. Y con esto no quiero decir que Spilberg, Lukas o Verhoffen no sean grandes cineastas… pero clásicos, quizás rancios. Del siglo pasado.
Pero de los grandes maestros salen grande alumnos y los King demuestran serlo de Ridley Scott. Si “The good fight” continua en la línea anti-moral que el maestro marcó, “The bite” nos muestra un avance en esa línea que pretende deconstruir la metafísica en el cine. Mezclar la Covid con los zombies es casi una irreverencia: lo más real con lo más fantástico. Mezclar el humor con el drama, también, mostrar la grandeza de las trabajadoras del sexo o de los exmaridos y exesposas, de la futilidad de los amantes, de la esclavitud emocional de los personajes profesionalmente relevantes, la irracionalidad de la vida, la estupidez de los gobernantes… todo cabe en esta serie. El amor situacional (tras tanto humor dialéctico-sicoanalítico… al estilo W. Allen): el mensajero que mata por entregar su paquete, la llamada del operador de telefonía en el momento más dramático (la esclavitud laboral, en definitiva). Todo esto es magnífico pero no oculta una épica de lo cotidiano, de lo emocional, que Scott, Kubrick, Stone o los Cohen ya habían resuelto. El tiempo lo dirá, pero de momento pinta bien.
El desgarrado. Diciembre 2021.