El Fuego: elemento transformador de la materia y alquimia para el alma, aquí performatizado para “dar luz” a nuestra sombra.
Es una reinterpretación del ritual colectivo de las hogueras de San Juan, en donde los ciudadanos queman objetos viejos para limpiarse del pasado y renovarse para el inicio del solsticio de verano.
Una mano enciende una llama que da “vida” a la "sombra" de una silueta que crece, se mueve, baila con el fuego hasta que este se consume y muere.
Una metáfora de los tres estados de la vida, nacer, crecer y morir. O bien un acto ritual de dar luz a nuestra sobra. Esa sombra que es un elemento psíquico que representa nuestros peores sueños, monstruos o demonios escondidos bajo el manto del miedo en la oscuridad del inconsciente.
La sombra es iluminada por el fuego “transformador” para exorcizar los propios miedos, como nuestros peores enemigos.