La ultraderecha extendida, en su sagrada misión (¿cruzada?) de salvarnos de las manos de la bicha empieza -a las pocas horas de la investidura- a lanzar mensajes catastrofistas. En este caso es Mercelino Oreja, el que fuera tercero en discordia en el cuadernito secreto y azul de Aznar, el encargado de cargar las tintas: Coalición perversa, el eje (de claras connotaciones fascistas en esa línea de achacar a los otros lo que ellos mismos son). No se trata de lo que hacen o de lo que anuncian los perversos del eje. Se trata de lo que la coalición del bien, la bendecida por la Iglesia -como en su día estuvo bendecida la cruzada de liberación del dictador Franco-, la abanderada y noble, inicie el camino de la recuperación de lo que nunca se les debió escapar; lo que se les ha robado ilegítima y trapaceramente con golpes de estado (moción de censura) y pactos contra natura (perversos). Lo de los cien días de respeto ya ha decaído. Sin tener todavía gobierno la bulla ya está en marcha.

Y las palabras de Oreja recuerdan significativamente a las de Busch cuando quiso forzar la guerra del golfo sin tener argumentos. En primer lugar porque cuando no hay argumentos se inventan: las armas de exterminación masiva que Aznar nos juró y que nunca aparecieron, son significativamente homólogas de los nacionalistas como terroristas y golpistas o la moción de censura como golpe de estado. En segundo lugar el etiquetado como el eje del mal (ya tenemos el eje, solo nos falta el mal, aunque en su defecto tenemos la perversión). Calentar al personal es esencial para que en su momento se pase a la acción. En tercer lugar la guerra preventiva, ese invento de Busch que lo que esconde es una ofensiva indiscriminada y unilateral en contra de todos los acuerdos de la ONU, para fulminar al presunto enemigo construido con los puntos uno y dos.  En nuestro caso esa guerra preventiva es de momento dialéctica (posverdad incluida), pero las manifestaciones anunciadas ya empiezan a escenificarla.

Esto no es oposición. Esto son las barricadas. La derecha no solo es la dueña de España y de su bandera, no solo habla siempre en nombre de todos los españoles (que es evidente que no les votan en las urnas), es además la dueña del poder (por la gracia de dios) y cuando la desalojan por la fuerza de los votos, lo quieren recuperar por la fuerza de la intoxicación, de las mentiras y de los supuestos, la adivinación del futuro y el anuncio del apocalipsis, amén de la descalificación del adversario cuando no los insultos abiertos y claros. Y para eso dispone de la angelical boca de Al-Cayetana que nos quiere demostrar que Hernando era un blando, sin desdeñar refuerzos del exterior como Oreja. Y nombro a los de la ultraderecha extendida porque los de la ultraderecha de derecho ¡Ya se sabe!

Zafios y canallas intoxicadores profesionales, fascistas emboscados, machonazis, tergiversadores de pro, robamasters, meapilas (con perdón de los meapilas de conciencia), corruptos, ladrones, trileros, prebendistas, sacacuartos a los paraísos fiscales, comisionistas, vacíaespañas,  tresporcentistas, dopaelecciones, manejajueces y tribunales, comprafiscales, aprovechateguis, puertagiratorios, abanderados, desigualistas, taurinos recalcitrantes, cazadores furtivos, dieselistas, manaderos altivos, abusaplásticos, Luisefuetistas, ventajistas, cuñadistas, encubridores de delincuentes, omertatistas, antiabortistas, franquistas nostágicos, falagistas residuales, homófobos esquivos, antieutanásicos, tiralapiedraiescondelamanistas, desplifarracaudalespúblicos, y sobre todo, hipócritas. Y con ese palmarés están dispuestos a conseguir el gobierno de España de la misma manera que consiguen los masters, el dinero público, los nombramientos en los consejos de  Administración, los puestos en el Poder Judicial, etc. a base de juego sucio. ¡Ellos son así!

El desgarrado. 2020.