» 01-02-2020 |
El Brexit ya es un hecho, parcial pues aún faltan todos los flecos, pero un hecho. Entramos en once meses de impasse en el que se dirimirá el destino de todo lo pendiente que es… todo. No es difícil adivinar que lo que UK quiere es todo lo bueno de la UE y nada de lo malo, y eso tratará de conseguir. Ya lo había hecho durante los años de su permanencia en los que cambios como la moneda no llegaron más allá de convertirse en decimal (¿para qué?) para de otros como la libre circulación de capitales, sacar pingües beneficios. Los británicos nunca han sido europeos y están orgullosos de ello. Lo asombroso es que el cincuenta por ciento sí lo eran y han sufrido con el Brexit. Por ejemplo los 250.000 británicos que viven en España y que ven peligrar el paraíso de su jubilación. Una isla es una isla y UK es una isla.
Le llaman divorcio pero no es así. Es la independencia, porque todo lo que les pesaba a los británicos era la pérdida de su soberanía e independencia. No lo disimulemos, lo que han obtenido es la independencia para acercarse más a USA y alejarse de una Europa que cada vez les da más repelús. Y no será por las políticas ultraderechistas de Hungría, Polonia, y otros (políticas que el mismo Brexit exhibe), sino por esa sensación de estar con la chusma cuando siempre has sido la elite. Poco se acuerdan de cuando estuvieron a punto de irse al garete con la libra a 120 pesetas, un paro estructural de gente que no quería trabajar (pero sí beber) y apareció el glorioso petróleo del mar del norte para salvarlos de la quiebra técnica. Con un bastardo de tapadillo en la filiación real que además ha renunciado a pertenecer al sistema real, para buscarse la vida en las redes.
Pero la caja de Pandora no se abre sin consecuencias y si mamá quiere ser independiente también lo quieren ser los estados asociados hijos: Escocia e Irlanda del norte. No olvidemos que el petróleo del mar del norte es de Escocia e Irlanda mantiene una fraternidad con la del sur que supera su fraternidad con la City. Mamá les ha dado el argumento definitivo: la vocación de independencia. Uno puede oponerse a la independencia de sus asociados si es integrista pero no si es independentista. Se abre pues el melón de la independencia. UK se desmorona. Dentro de poco no solo será independiente de UE sino también de Escocia e Irlanda. Va a ser tan independiente que le va a entrar frío. Un día de estos la palma Elisabeth II y se abre el embrollo de la sucesión: que si Charles, que si su hijo William. Y al frente de todo el Joker: Jonhson, el sosias de Trump: marrullero, pendenciero y jugador. Trump no tiene amigos. Solo tiene víctimas. La posibilidad de una política angloamericana es hoy por hoy, imposible. Para mantener la City como corazón de las finanzas habrá que hacer tantas concesiones que no resultará rentable. Te has equivocado de bando: has escogido el bando de los miserables.
Aquella genialidad de Cameron de “conceder” el referéndum ha resultado en esto en lo que estamos. Si un abogado en un tribunal no puede hacer una pregunta de la que no sepa la respuesta, un político no puede abrir un melón del que no sabe lo que hay dentro. La política como dice del Olmo y muchos otros, es una cuestión emocional. Si quieres gobernar racionalmente tendrás que: o manipular la respuesta o no hacer la pregunta. Eso es hoy la política. Democracia para el pueblo pero sin el pueblo. El 50% de los británicos están convencidos de que la UE les sorbía soberanía, les comía independencia, les restaba libertad. No tenían razones para pensarlo, tenían sensaciones, emociones, pálpitos. Pues con sus emociones, sus sensaciones y su pálpitos ya son independientes. Como no consigan un buen trato con la UE lo tienen crudo. En un mundo como el actual o tienes buenos socios o estás muerto. Me imagino a UK negociando con las tres potencias mundiales. Se lo comerán con patatas eso sí con “fish and chips” El racionalismo que no muera.
Porque se trata de nacionalismo, como en Catalunya, como en España. Se creen que el que aspira a la independencia es nacionalsita y que el que se opone es… ¿qué es?: constitucionalista. No. Es integrista como los gobiernos-religiones islámicas. Ahora UK que ha sido independentista con la UE tendrá que ser integrista con Escocia e Irlanda. Los papeles son intercambiables porque en el fondo se trata de lo mismo: de nacionalismos. Del movimiento que originó el fascismo en Italia, el nacional-catolicismo en España y el nazismo en Alemania. Con esos cinco puntos que Habermás resumió genialmente: salvación (la pérdida de los valores), la nación (patria), La fuerza (la dialéctica de los puños y las pistolas), el pragmatismo (el chaqueterismo a-idealista) y el coraje (el novio de la muerte). Nada ha cambiado. Los mismos cinco puntos, pero ahora generalizados hasta alcanzar al pueblo presuntamente antifascista por antonomasia : los británicos. Quién nos iba decir que la canción ahora sería “fascismo en UK”.
El desgarrado. Febrero 2020.