» 01-03-2020

Reflexiones tipográficas 217. La causa general contra Domingo.

Escucho al siempre interesante Iñaki Gabilondo en “la sexta noche”. Dice que Plácido Domingo debería retirarse antes que lo retiren los diversos teatros en los que tiene programadas actuaciones. No es eso lo que hizo Urdaci cuando fue condenado a rectificar por un tribunal por haber faltado a la verdad. No solo no se retractó sino que enmascaró su rectificación desvirtuándola. Ningún periodista en aquella ocasión salió para enmendarle la plana en ese gremialismo clamoroso que los adorna. Entiendo que somos culpables de los errores o delitos que hemos cometido, pero lo de la causa general es improcedente. Nunca ha cometido el delito de cantar mal (lo que hacen muchos cantantes pop) y por lo tanto creo que debe enfrentarse a la gravedad de sus actos ante los tribunales pero no tiene porque retirarse de los escenarios. Si los espectadores deciden castigarle con su olvido, eso es otra cuestión.

 

El tema de los literatos fascistas como Celine o Borges o los filósofos, como Heidegger, o los artistas plásticos como Dalí ¿los invalida como artistas y filósofos? no lo creo. Es posible que los invalide como personas pero no como genios. Es, incluso difícil ver ese fascismo en sus textos y en sus lienzos. El caso de los artistas pedófilos es distinto pero poco distinto. Lewis Carrol sufría una obsesión enfermiza por las jovencitas. La descripción de las nínfulas de Nobokov en “Lolita” es más que subida de tono y las jovencitas de Balthus más de lo mismo. Los casos de Winsteil y Domingo son casos de personajes que se aprovechan de su estatus para sacar tajada sexual de mujeres en manifiesta inferioridad. Evidentemente deben ser castigados pero ¿el castigo incluye desbaratar su vida? Cuando se defiende la inoperancia de la pena de muerte ¿no se está separando la vida del castigo? Un delincuente debe pagar por lo que ha cometido pero ¿debe pagar con todo su patrimonio y su bagaje personal o debe remitirse a los términos de la sentencia? ¿Devuelven lo robado los políticos?

 

La sociedad civil (eso que los franceses llaman el republicanismo), tiene la última palabra en estas cuestiones. Será ella y solo ella la que decida si la tacha moral de un personaje abarca toda sus esfera de vida. El espectáculo es de participación voluntaria. No hay porque convertirlo en negativamente obligatoria. El arte de Domingo y sus delictivos devaneos son dos cosas distintas y si la sociedad civil quiere entender que son lo mismo que así sea pero no corresponde ni a los teatros suspender los contratos ni al propio Domingo retirarse. Si quiere arriesgarse a que le lancen huevos… adelante. Está en su derecho porque un delito no supone la muerte civil sino el necesario y obligatorio pago de la deuda contraída con la sociedad en los términos que dicte la sentencia de acuerdo con el código penal.

 

Comprendo el ensañamiento de las víctimas que quieren ampliar el proceso contra Domingo a la difamación que supuso su anterior afirmación de que mentían. Sin embargo todo acusado tiene derecho a mentir y no creo que esa mentira pueda ser considerada difamación. Domingo tiene un don y quitárselo no hará ni que se resarza a las víctimas ni que pague más o mejor por sus delitos. Solo hará que se nos prive a todos de ese don por aplicación de una causa general. También podríamos esperar a ver que dicen los jueces pues la previsible falta de libertad que lleve aparejada la pena acabará con la carrera de Domingo sin necesidad de que le apliquemos la causa general. La justicia hace referencia al justo término. Ni más ni menos. Que así sea.

 

El desgarrado. Marzo 2020.




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