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» 16-03-2020 |
¿Es posible que un puto virus ponga en jaque a todo nuestro sistema político-social? Pues sí. ¿Por qué habíamos pensado que estas cosas o pasaban en el pasado o pasaban en el tercer mundo? Por soberbia. Somos un ídolo con pies de barro. Un puto virus que ni siquiera es un organismo vivo (o por lo menos no es completo) es capaz de poner al mundo firmes. ¿Por que? Es lo que vamos a tratar de entender. ¿Por qué un puto virus es capaz de acabar con nuestra civilización (al menos temporalmente). Porque, paralizar un país (la tierra entera) solo puede ser tildado de catástrofe. Estamos en guerra y estamos perdiendo y nuestro enemigo es un puto virus. No. No es cierto que ese virus sea desconocido, que no lo esperábamos, que no estábamos preparados. ¡NO! La mutación de virus de los animales a virus que infectan a los humanos ha ocurrido muchas veces en los últimos años. El problema es que los políticos no privilegian la prevención, demasiado ocupados en garantizarse la poltrona… o robar y las farmacéuticas solo investigan en los fármacos rentables. Los ciudadanos hemos decidido que los políticos y las farmacéuticas no necesitan nuestro control directo sino que ya se ocuparán los periodistas. Los periodistas solo está ocupados en tener audiencia. Por eso, por todo eso, estamos en guerra… y perdiendo. Es lo que llamamos el capitalismo.
Mirad las calles. Estamos en estado de guerra. Los comercios cerrados o desabastecidos, la policía patrullando prohibiendo un derecho fundamental, drones y altavoces ordenando conductas. Detenciones y multas (¿ley mordaza?). La única diferencia es que en vez de caer bombas, las bombas son los propios ciudadanos. Pero su efectividad es infinitamente mayor porque son bombas contagiosas (¿de racimo?). ¿Cómo no se le ha ocurrido al departamento de defensa USA? ¿O se le ha ocurrido? Eso sí. Ni se te ocurra no ir a trabajar (hacinado en el metro o en otro transporte, contagiándote a modo). Trabajar es sagrado, lo más importante en un sistema capitalista. La economía. El dios del capitalismo. Contaminarse yendo al trabajo es sacrificarse por el becerro de oro. Hasta que los robots te sustituyan eres insustituible. Muertos ha habido siempre, pero las crisis económicas marcan a un político para siempre. Mira a Churchil. Un crápula. Le añades una guerra y se convierte en un héroe. Mira a Nixon. Igual de corrupto que los demás pero no supo solucionar su crisis. Mira a Juan Carlos I. Le salvarán (la ética de los ladrones) pero todos sabremos -para siempre- que era un crápula. La historia le lavará el alma. La historia es el panegírico del poder.
El coranavirus podría ser un virus de diseño. Respeta a los niños y se ceba con los abuelos. ¡Es perfecto! La solución idónea de las pensiones. Si se le dejara actuar podría arreglar la economía. Hay más de ocho millones de abuelos, cobrando una pensión, comiéndose las prestaciones de los trabajadores. Que hayan cotizado toda la vida es algo que el sistema ya ha olvidado. ¡Ahora son parásitos. Lo otro es historia! Y además, se manifestaban cada lunes. Todos juntos, apretujados, vulnerables. Pero no importa. Todos los caminos conducen a los abuelos. Principalmente los niños. Como en todas las guerras, en esta se hará limpieza. Sabemos que no es un virus de diseño. No creemos en la teoría de la conspiración. El mundo es lo suficientemente imprevisible como para ser sorprendente (Y los políticos lo suficientemente ignorantes como para ser incapaces de orquestar una conspiración inteligente), pero ¿a que es curioso? No se que pensarán los conspiranoicos.
Tenemos la mejor sanidad del mundo pero no sirve para nada. ¿Cuando acabaremos de echar flores a una sanidad que tiene dos años de lista de espera, no tiene material para contener el coranavirus (mascarillas, guantes, batas) y está en vías de privatización? ¿No empieza a ser hora de que llamemos a las cosas por su nombre? No se trata de si nuestra sanidad es mejor que las de otros países, sino ¿es efectiva? En USA no hay sanidad pública pero tienen menos muertos que nosotros. Nuestra curva de evolución ya es peor que la de Italia. ¿Cómo se explica? El principal problema sanitario es no exceder la capacidad de atención de la sanidad. No se trata de salvar vidas sino de aparentar que la sanidad es perfecta a mayor gloria de nuestros políticos. La sanidad madrileña es la más privatizada de España y sus resultados son: la mitad de los infectados y dos tercios de los muertos. ¡Gracias Aguirre! ¡Gracias González! ¡Gracias Cifuentes!
No entiendo que se pueda compatibilizar el confinamiento y el metro suburbano, la separación de un metro entre clientes de alimentación sin que se hayan hecho test a los dependientes, el pan sin envolverse al vacío o las frutas a disposición de los toqueteos de los clientes. Parece que solo los ciudadanos son sospechosos. En la notaría me dicen que si no acudo con el kit de seguridad (mascarilla, guantes, bolígrafo propio) no podré entrar. Del hospital me llaman para aplazar la cita. ¿Existe un protocolo? lo dudo. En la notaría cada empleado me da indicaciones contradictorias. En el hospital el sábado me confirman la cita y el lunes me la cancelan. La sensación de seguridad también es importante. ¿Por qué el decreto no contempló las mascotas? Los trabajadores están preocupados por sus derechos ¿quien les informa? Gobernar es dirigir. ¿estamos gobernados? ¿Hace la oposición su trabajo de control?
Los votos para los políticos son equivalentes a la audiencia para los periodistas. ¿En una situación de crisis es posible que los unos olviden los votos y los otros la audiencia? Es una pregunta retórica. Ya sé que es imposible. Tendremos que lidiar con la mierda que nos ha tocado mientras sufrimos que nos insulten. ¡País!
El desgarrado. Marzo 2020.