» 02-04-2020

Reflexiones tipográficas 223. Políticos y coranavirus.

En capítulos anteriores

 

Probablemente pesáis que soy muy duro con los políticos y os diré por qué:  los políticos se han presentado voluntarios para su “trabajo”, sin embargo son ellos los que dictan las leyes es decir tienen un trabajo en el que el jefe que marca el sueldo son ellos mismos. Y al decir sueldo me refiero a las múltiples prebendas de que gozan: comisiones (de servicio, de investigación, de funcionamiento…), encomiendas, dispensas de incompatibilidad, bestretas, pensiones, economato, dietas bajo palabra y un largo etcétera.

 

Y no solo el sueldo, también su manera de rendir cuentas ante la justicia. Los políticos están aforados (solo pueden ser juzgados por el supremo, que como todo el mundo sabe está escogido directamente por los políticos). Pero no acaba ahí su chollo. Las leyes las hacen ellos y se las hacen a medida. Si robar gallinas tiene una pena de dos años vaciar las arcas del estado  tiene una pena menor. Los cómicos, titiriteros, raperos, y blogueros pueden ir ante los tribunales por unas palabras mientras los políticos “no van ni pa dios”. Entre esas triquiñuelas para no ir, esta la prescripción de los delitos. Los delitos cometidos por políticos son los que más corta prescripción tienen, pero por si fuera poco, la última reforma del la ley de procesamiento limitó el tiempo de instrucción (investigación) de los delitos, lo que en el caso de los delitos de corrupción hace imposible que ese corto espacio de tiempo, delitos tan complejos sean instruidos. Total: la prescripción.

 

Evidentemente el poder judicial no es independiente. Los políticos meten la cuchara en la elección de la cúpula del Poder Judicial, el Supremo y el Constitucional. Ahora mismo el PP se niega a acordar la renovación de ls cúpula porque como tiene menos escaños perdería parte de su influencia y en un gesto democrático donde los haya… se niega. La justicia son jueces afines, amiguetes. Amén del manejo de la fiscalía y de los jueces encargados del reparto de causas. Pero no acaba aquí el chollo. Si por un casual (no puede ser de otra manera) cae la condena, les queda el indulto y la amnistía. El 95% de los indultados son políticos. Todos recordamos la amnistía fiscal de Montoro que permitió que los evasores fiscales multimillonarios se libraran pagando el 3% de lo defraudado (los trabajadores pagan el 20% de media) y en el anonimato. Si a esto añadimos la omertá, la ley del silencio que permite que cualquier político se considere honrado simplemente si no roba, aunque sepa que otros lo hacen y no lo denuncie (como le obliga la ley). Y todo esto lo permite la ley. El apartado de corrupción es otro.

 

De hecho los mecanismos de desigualdad son tres: la corrupción, las corruptelas y el despilfarro. El primero está claro se trata de robar: 3% de comisión, concesiones de contratos ilegales, pitufeo, blanqueo de capitales, incompatibilidades, cobros indebidos, falsedad documental, testaferros, ingeniería societaria, paraísos fiscales, espionaje, chantaje, congelación de gestiones, o directamente meter la mano en la caja. Las corruptelas son las practicas por las que hemos empezado que sin ser delito son éticamente reprobables y legislativamente discutibles. El despilfarro es delito aunque nadie se lo crea. Consiste en invertir el presupuesto público, no donde se necesita sino donde conviene por cuestiones electorales, partidarias, personales o no sabe, no contesta. Esta estúpidas inversiones acaban en rescates multimillonarios como las autopistas radiales de Madrid, el AVE, la ciudad de la justicia de Madrid, el parque de atracciones Terra mítica, la ciudad del cine, la F1 de Valencia, la visita del Papa, los centros de arte moderno, los centros cívicos, los polideportivos, los aeropuertos, el depósito de gas Castor, Los túneles de los Pirineos para el AVE, y aunque no se suela comentar las olimpiadas y los mundiales, europeos, etc.

 

No acaban aquí las prebendas. Los políticos tienen el privilegio de ser idiotas. Ninguna otra profesión está amparada por la constitución para no necesitar estudio alguno y no necesitar colegiación profesional. Porque, y esta es la mejor, los políticos son prácticamente irresponsables. En caso de sentencia ni siquiera están obligados a devolver lo robado lo que se convierte en moneda de cambio para rebajar la condena. Desde luego no responden ni por acción ni por omisión. Solo si son pillados con las manos en la masa debemos recurrir al protocolo descrito al principio y sus innumerables salidas.

 

En la actualidad (tiempos de coronavirus)

 

Pero tras este recordatorio de lo que es un político (podríamos decir que a nivel mundial y sin diferencias apreciables entre derecha e izquierda) vamos a analizar como se lo montan en diversos países. Lo anterior es lo genérico, lo que sigue es lo específico.Los políticos chinos (pioneros en esta crisis) apostaron por una solución global: el confinamiento estricto. Su estado autoritario les favorecía para tomar medidas impopulares y sin posiblilidad de constestación. Los coreanos apostaron por la solución local: test masivos para identificar a cada uno de los afectados. Hay que tener en cuenta que los coreanos son expertos en estas epidemias, la gripe aviar sin ir más lejos. Su control de la curva ha sido espectacular.

 

La globalidad propició que los virus se escaparan de Wuhan y llegaran a Italia (y de ahí a España) en donde no se le dio la importancia que tenía a pesar de que lo ocurrido en China era para alarmar. De hecho lo que ocurrió (y se repetiría en España) es que los políticos analizaban cual era la medida que menor coste electoral les supondría: el pánico o el confinamiento, es decir, antepusieron sus intereses personales o partidistas a los intereses de la salud pública. No se tomaron ni medidas drásticas globales (el confinamiento estricto) ni las medidas drásticas locales  (test masivos). Resultado: el contagio masivo. Inútiles. Ningún político en el poder sobrevivirá a esta crisis. Están todos muertos aunque no lo sepan. Son los daños colaterales.

 

El norte de Europa confió en la civilidad (proverbial) de sus ciudadanos para que sin tomar medidas drásticas los ciudadanos las tomarían por ellos. Parece que tampoco funcionará pero ya veremos. Por otra parte nacionalizaron sus recursos sanitarios en un alarde de solidaridad. Para que decir que ante la posibilidad de los coronavirus se pusieron de perfil. La UE es UEB (en la bonanza). En caso de crisis ¡sálvese quien pueda! Y por último tenemos a los que han entendido que el problema no está en la salud sino en la economía: Johnson, Bolsonaro, López, Trump, evidentemente también guiados por sus propios sistemas de salud incapaces de atajar una gran epidemia. El mensaje fue “esto no es tan grave, salgan a la calle y trabajen que más cornadas da el hambre”. Johnson ya se la ha envainado, Trump se la está envainado, y los más chulos como Bolsonaro y López continúan poniendo en peligro las vidas de miles de compatriotas. En oriente hemos visto como las medidas de confinamiento se aplican por la fuerza bruta, a palos y tintes cuando no a multazos extravagantes.

 

Todo esto lo que nos da es una clasificación de los políticos de acuerdo a su estupidez. Todos son estúpidos (menos quizás los coreanos) por no haber previsto una posibilidad que estaba sobre el tapete (el transvase de virus de los animales a las personas) y por haber aplicado recortes en sanidad que para casos de bonanza eran suficientes pero que no lo eran en casos extraordinarios. Otros, además (como los españoles) recortaron también en I+D lo que agravaba la crisis. Por su parte los políticos europeos se han puesto de perfil entendiendo que la U de UE es solo para las buenas ocasiones. Todos son estúpidos (o por lo menos egoístas) por ello. Si más no, ahora sabemos que la UE es la Europa de los mercaderes, de los capiteles y de la especulación pero no de los ciudadanos. Todos son estúpidos por lentos y por no escarmentar en cuerpo ajeno.  El egoísmo se produce tanto a nivel individual como colectivo.

 

Los campeones de la estupidez (a falta de lo que haga Rusia) son UK, USA. Méjico, Brasil. ¿Lo han notado? son los líderes más populistas y más fascistas del mundo (con el permiso de Putin). Para ellos solo existe la economía y por tanto la salud es accesoria, siempre en el bien entendido que no tienen sanidad pública y por lo tanto no pueden apoyarse en ella. En nuestro país la derechona  (y la extrema) se alinea con los más estúpidos. “Noblesse oblige”. Lo que ya no tiene arreglo es la puta UE que ha hecho aguas en el momento más dramático. Lo sabíamos (sin unión política, económica, fiscal, no es posible esa U). No será la única consecuencia.

 

El desgarrado. Abril 2020.

 




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