» 18-07-2020 |
Las empresas está aprovechando la crisis del covid para mejorar sus cuentas, es decir para oprimir a los trabajadores. Aeropuertos tenía 240 trabajadores de limpieza. Ahora con el doble trabajo de desinfectar, tiene 80. Y no es el único caso. Dicen que una crisis no es sino una oportunidad de mejorar, y las empresas lo saben. Mientras lloran por subvenciones y esgrimen su absoluta necesariedad, maniobran para conseguir despidos improcedentes, reducciones de plantilla y mejoras societarias. Así es el capitalismo: salvaje. No quiero decir con eso que no estén sufriendo -algunas-, pero hay que constatar que, las más avisadas, pueden incluso mejorar sus cifras. AENA es una empresa estatal o para-gubernamental y no es de recibo que apliquen en esta situación “fórmulas” que el gobierno niega.
En este caso los medio de comunicación pueden ser determinantes. Quizás en vez de perseguir a los famosos en sus devaneos deberían seguir a las empresas en sus iniquidades. Era una propuesta retórica. Sabemos que los medios están al servicio del poder: económico, político, mediático. Probablemente todos estamos sometidos a esa imposición pero en el caso de los medios es más significativo. En una mierdo-democracia como la nuestra en la que el jefe dele Estado es comisionista y las altas esferas de la política son corruptos, estaría bien que los medios (como en las películas) nos defendieran de la dominación oligárquica. Pero, claro, eso es imposible si la oligarquía es la que te da de comer. Y entonces nos encontramos con pantomimas como la sexta: los buenos y los corruptos conviviendo, los unos porque menos da una piedra y los otros para intoxicar. Le llaman pluralidad.
Seguimos viviendo de aquellos casos míticos de periodismo de investigación del WP o de ChT. Sabemos que eso no sería posible hoy en USA pero sabemos -y eso es lo preocupante- que nunca será posible en nuestro solar. El periodismo independiente no existe. Solo existe el periodismo conciliador y sobre todo el periodismo rentable: el que produce beneficios a las capitalistas cadenas. Hoy en día, un periodista (teóricamente comprometido) debe lidiar con una cadena, absolutamente capitalista y absolutamente de derechas- que si no le impone documentalmente, le hace saber, que lo que complace a su contratador es… la información sesgada. ¿Cómo es posible que Farreras sonría a Inda cuando son lo opuesto en periodismo? Probablemente porque no hay otra cosa, pero defender a ultranza la independencia del periodismo cuando se sienten atacados no deja de ser patético. ¿Está el periodismo comprometido acorralado? ¿Quizás no existe?
Demos por supuesto que la misión de los periodistas es informar (de como un buitre persigue a un niño para comérselo, por ejemplo). ¿Es posible informar de forma aséptica, objetiva, neutral? Hace mucho tiempo que sabemos que no es posible. La objetividad es una aspiración, no una realidad. Pero es que además, esa objetividad puede ser mentirosa. He denunciado muchas veces que las imágenes que ilustran las noticias son, otras tantas veces, contraproducentes. No deberían emitirse imágenes sin poner la fecha. Nunca sabemos si estamos en directo o en diferido y eso, en informativos es dramático. Durante el Covid hemos visto imágenes de la confinación con las calles o playas llenas. ¿Que tipo de ejemplaridad es esa? Es muy fácil destruir un mensaje con una imagen que la contradice. ¿O es que esas imágenes no van a se entendidas como que el gobierno no es capaz de controlar la situación? El espectador se quedará con la imagen. Y eso lo co-nsienten los periodistas. El espectáculo de los periodistas vendidos a determinadas ideologías es continuo. ¿Se puede informar desde la ideología? El trio de la bencina (Inda, Marhuenda, Clavé) de la sexta son paradigmáticos, pero no menos que otros tertulianos de la sexta (Cobos, Roig, etc.) cuya única misión es defender a su patrón. En la última noche electoral Cobos negaba a un politólogo que el PP en las elecciones gallegas empezara muy fuerte para posteriormente ir plegando velas. Así fue (bajó de 49 a 41). No se trataba de evaluar sino de defender. No estaba allí para informar sino para representar.
Me desvío -como siempre- pero es que no tengo datos sobre como muchas empresas se está forrando gracias al coranavirus (de las framaceúticas lo sospechamos). Esos datos debería dárnoslos los periodistas como han dado la noticia con la que encabezo esta crónica. Estamos esperando que los medios sean los defensores de los pobres o de los trabajadores (o de todos). Quizás no es su trabajo, pero cuando estás absolutamente abandonado en manos de políticos corruptos y ladrones no queda más remedio que confiar en algo. Hace años que dejamos de confiar en Dios (y en la Iglesia). No se en quién podremos confiar en el futuro si vosotros falláis. ¿En la bonoloto?
El desgarrado. Julio 2020.