» 14-10-2020

Reflexiones tipográficas 270. La guerra de los datos.

En los últimos blogs ha surgido el tema de los datos recurrentemente. Desde los políticos manipulándolos hasta los filósofos denunciando su manipulación. Y, cómo no, los periodistas reclamando su propiedad. En los medios, el caso de Tezanos se ha convertido en viral. Todo el mundo arrima el ascua a su sardina y algunos periodistas, al negocio que supone. “El objetivo”, asociados con Newtral, se anuncia con el eslogan “nuestros son los datos, suyas son las conclusiones”. Significativo lo de “nuestros”. La verificación (check) no debió surgir gran efecto en los shares y ha perdido fuelle. Evidentemente los políticos no debían estar muy conformes con que los dejaran con el culo al aire. Hubo que buscar nuevas formas de redimir los datos y parece que ésta ha sido Newtral. No es que parezca muy ético que una agencia de datos-verdad esté en manos de periodistas que suelen estar en manos de agencias (en el sentido deleuziano) políticas. Pero siempre será mejor, que estén en manos de los políticos. El link entre unos y otros se convierte en la clave.

 

Como os dicho otras veces la llave está en la división (partición) de lo sensible (Ranciére): de cómo recojas los datos dependerá el resultado. Los datos preforman la verdad. Cuando la razón es demagógica, populista o definitivamente corrupta, parece que la verdad recae en los datos (¡cómo si fueran inocentes!). En nuestro mundo posmoderno, la razón ya no tiene sentido porque es instrumental. ¡Siempre nos quedarán los datos! Y los periodistas se sienten autorizados a tomar la antorcha de la verdad, supongo que más por una cuestión teórica que por una tradición histórica: Herst, Berlusconi, Murdoch y Turner han sido empresas periodísticas, lo que no hace presagiar nada bueno. La serie (y la película) sobre Ailes, el patrón de las noticias de la FOX, es suficientemente significativas.

 

Pero el futuro del periodismo, ahora que el foco parece puesto en las redes sociales (con todo lo que conlleva de cibernética, boots, granjas, manipulación de elecciones, etc.), parece centrarse en los datos. De alguna manera han entendido que, solo blindando los datos, garantizándolos, el periodismo puede tener viabilidad. Estamos ante una operación de supervivencia. O se garantizan los datos o el periodismo se convierte en política pura (es decir, mentiras y cintas de vídeo). Resumamos. Los datos, o forman parte de unas bases de datos fiables, garantizadas, confiables o no son nada. O mejor dicho: son más de lo mismo. ¿Qué quiere decir Newtral? Es suficientemente expresiva su fusión de noticias, alglosajonidad y neutralidad. Lo de la anglosajonidad, evidentemente, tiene que ver con esa repugnancia que el calvinismo (la iglesia reformada) tiene por la mentira, situación que nada tiene que ver con la atracción (y disculpa) que nos produce en el Mediterráneo. Los periodistas salen en defensa de los datos (la verdad, en sentido amplio) como único modo de defender su propio oficio. ¡Con tal de que no sea por nuestro bien!

 

¿Mejora nuestra vida con esta operación? Lo dudo, aunque tampoco dudo de las buenas intenciones de los promotores. ¡Hay que tener en cuenta, que por defecto, todas las hostias que se pierden son para el pueblo! Desde un punto de vista teórico (virtual) la fijeza de los datos es un avance, pero a estas alturas de la película ya todos sabemos que solo favorecerá a los de siempre. De todos formas (que lo que quiere decir, de verdad, es: en esta determinada manera) esta iniciativa llenará los bolsillos de sus promotores y nuestras cabezas de falsas ilusiones. ¿No es maravilloso? Negocio y cuento. No hay nada mejor.

 

El desgarrado. Octubre 2020.

 




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