» 07-12-2020

Reflexiones tipográficas 280. Las redes sociales y el espionaje.

Muchas de nuestros nuevos medios de comunicación son reductores. Comunicarse con palabras (Watsapp, Twiter, Facebock), capa la expresión corporal y diccional. Me paso la vida matizando lo que he querido decir. En vivo y en directo eso no pasa. Pero no va mejor con las imágenes sin palabras (Instagram) que pierden su raíz en lo natural para despegar hacia lo imaginario. Quizás el teléfono ya fue una reducción que nos privaba de la expresión facial (aunque conservaba la expresión de la dicción) pero lo de ahora es todavía peor. Nunca ha sido tan evidente que la comunicación es mucho mas que la palabra. El cine, como medio audio-visual es más audio que vídeo. Música, ruidos y palabras frente a imágenes y rótulos… aunque recientemente se han incorporado los contenidos de los mensajes. De estos cinco canales watsap y twiter solo conservan uno (los rótulos) y eso cuando no se deconstruye el idioma perjudicando incluso ese único canal.

 

Es curioso que una generación que no lee, proponga como su canal privilegiado de comunicación la lectura y en el caso de instagram, la foto fija puntual. Es fácil entender Youtube o Tiktok, quizás hasta Instagram, pero no es tan lógico entender las redes sociales “letradas”. ¿Que se esconde tras esa dislocación? Yo diría (y probablemente me equivocaría) que no se busca el mejor resultado sino la manera más fácil de generarlo. Es la inmediatez lo que se busca y no el resultado. Los jóvenes son eyaculadores precoces mediáticos. Pero ¿no será que la eyaculación precoz es más que una disfunción (evidentemente no funcional sino relacional). Para los animales dilatarse en la cópula es un factor de riesgo por lo que tratan de resolver a toda leche. En una situación social intensa como la humana y con recompensas altamente placenteras las cosa ya no pueden ser las mismas. Claro que, alternativamente, también podemos pensar que todavía los vídeos no son lo suficientemente ágiles.

 

Y lo de eyaculación precoz se refuerza cuando comprobamos la cantidad de usuarios que digitalizan sin pensarse lo que dicen, atropelladamente, apasionadamente. Quizás la cuestión es que las redes sociales son las redes de las emociones y las pasiones y no las redes de la reflexión. Pero eso se contradice con su lenguaje pues siempre lo escrito ha sido más reflexivo que lo

hablado. Quizás digitalizar en las redes es escribir con la voz, hablar con signos.  Confesar pasiones y emociones. E inmediatamente se me ocurre otra reflexión. Pero tengo que hacer un circunloquio para explicarme. ¿porque los ordenadores (y los teléfonos) siguen teniendo teclado? ¿No ha alcanzado la técnica el punto en el que el audio y el vídeo lo hagan innecesario? Segundo ¿Hay alguien en la industria que tenga interés en que ese arcaísmo se perpetúe? ¿Quién puede estar interesado en ello?

 

El tránsito de la era metafísica (abstracción-universalización-ley) está dando paso a la era cibernética (base de datos- computación-retroalimentación). Los operadores de redes sociales están constituyendo enormes bases de datos con los datos que les proporcionan gratuitamente los usuarios. Esos datos valen millones para vender y para votar y probablemente para otras cosas inconfesables. La estúpida ley de protección de datos trata de explicarnos que estamos defendidos, pero sabemos que no es así. Recientemente el PSOO aprovechó una modificación de la ley instada por la UE para modificar otra ley en el sentido de que los partidos políticos puedan usar con fines electorales los datos de los ciudadanos. Da asco pero ha sido así, como lo denuncié en su día. Todo el mundo quiere los datos y los datos afectivos son los mejores.

 

No me cabe ninguna duda de que si todavía tenemos que teclear nuestros mensajes es porque para ellos es más cómodo piratearnos con palabras que con voces o imágenes. Por eso la generación de las imágenes sigue siendo la generación de la tipografía. No es su elección; es la elección de nuestros piratas, desde el Estado a las grandes corporaciones. Mientras, Assange, Snowdon, Martin, y todos los que han tratado de denunciar este sistema de

espionaje mundial son perseguidos con una inquina que no se aplica con los narcos. Os sugiero que os apuntéis a Amnistía Internacional y colaboréis para que estas cosas se mitiguen. En toda guerra lo primero y más importante es saber quién es el enemigo.

 

El desgarrado. Diciembre 2020.

 




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