» 09-01-2021

Reflexiones tipográficas 290. La razón de la crispación entre partidos.

Sabemos lo que es la crispación: es cuando la oposición (cuando pertenece a un partido distinto que el gobierno) se opone sistemáticamente a cualquier opinión, posición o acción del mismo. Y lo hace abruptamente sin ahorrarse insultos, descalificaciones y amenazas. Es cierto que el gobierno tiende a la autocomplacencia viendo el vaso siempre medio lleno, pero es que la oposición lo ve medio vacío (o vacío del todo) en una o-posición metafísico-moral de pares de oposiciones contradictorias, el bien y el mal. Cuando excepcionalmente se ponen de acuerdo le llaman pacto de legislatura o de estado y coincide (curiosamente) en que los dos partidos (en general los del bipartidismo) se benefician del pacto (subida de sueldos, leyes de prebendas de irresponsabilidad o de trato de favor fiscal, legal, social). En una palabra ¡cuando les conviene! La relación entre partidos es de guerra que persigue la destrucción absoluta del enemigo y la no administración en absoluto de las medidas humanitarias más elementales.

 

No es una situación exclusivamente española (aunque a la hora de ponernos burros es difícil que nadie nos gane) como hemos visto en la toma del Parlamento USA. Lo llamativo es que en esa crispación extrema los políticos han empezado a azuzar a los ciudadanos a la desobediencia civil y al activismo ilegal mientras ellos mismos practican el inconstitucionalismo desleal y canalla. ¿Qué hace pensar a un partido que cualquier medida vale contra su oponente. Qué legitima cualquier medida? ¿Qué les empuja a salirse del constitucionalismo? Hay aquí una ingeniería de legitimación parda (ful) mediante argumentarios mayormente emocionales y escasamente lógico-jurídicos. El antecedente remoto es la legitimación de la democracia en la soberanía popular (en sustitución de la legitimación del poder de la monarquía absoluta que dimanaba directamente de Dios. Si se ha podido expoliar la soberanía popular del pueblo, conculcando la Constitución se puede conculcar cualquier cosa. En ese sentido la derecha restaura a Dios como legitimación remota y asienta su oposición al aborto, a la eutanasia, a la educación laica, al respeto a los derechos humanos de los emigrantes, de los ciudadanos, de los desfavorecidos, en una alianza con la Iglesia católica que reedita el contubernio de la “cruzada” franquisma contra las hordas comunistas.

 

Ambas facciones legitiman la oligarquía en la reedición del contubernio entre poderes fácticos y gestores (políticos, financieros y societarios) en este capitalismo de gestión en el que estamos instalados. Lo insostenible de estas legitimaciones espurias (dirigidas contra la soberanía popular) se muestra en la instalación del discurso en la mentira, la intoxicación y la posverdad. Se llama a las feministas (que defienden tímida y pacíficamente la liberación en una situación de opresión insostenible): feminazis, asociando el nazismo (una “ideología” fascista de derechas dictatorial y asesina con un movimiento de liberación de la mujer. Las decisiones constitucionales (la aplicación del 155 o del confinamiento, o de la ley de enseñanza) del gobierno son tildadas de dictatoriales (evocando el franquismo que fue un fascismo nacional-catolicista). Se afirma que los emigrantes vienen a nuestro país a quitarnos los empleos (los que nadie quiere hacer), las ayudas (que reciben como seres humanos desprotegidos), la sanidad (de la que niegan la universalidad) o directamente haciéndoles responsables de la droga y de la delincuencia. Se hace creer a los ciudadanos que ETA no ha desaparecido y que se esconde en los diputados abertzales del independentismo vascos o catalanes a los que se tilda de terroristas. La política del terror es continua para acogotar a los ciudadanos y echarlos en manos del autoritarismo solucionador. Y todo esto se alterna con una corrupción generalizada, un despilfarro populista dirigido a  obtener votos y perpetuarse en la poltrona y unas corruptelas universales que alcanza hasta los gin-tónic del bar del Parlamento. Y cómo no, las reducciones de impuestos que nunca ocurren mientras bancos y multinacionales los evaden.

 

Pero la mentira más espectacular es el servicio público: ni trabajan para los ciudadanos ni les importan una mierda. ¿Cómo se puede explicar que te importen los ciudadanos y les sometas a recortes suicidas en sanidad, en mercado laboral, en educación, en dependencia, en pensiones, en I+D, en el estado del bienestar convertido hoy en estado de supervivencia. Se privatizan los servicios esenciales como sanidad, educación, suministro de aguas, recogida de basuras, reciclado, seguridad, etc. Y los resultados a la vista están: entre 50.000 y 100.000 muertos por coronavirus, producto de las privatizaciones, los recortes en sanidad y en I+D. A la oposición solo le importa si el gobierno pierde apoyo para tomar el relevo y si se quita poder a sus comunidades (si el gobierno instaura el mando único) y denuncia su falta de liderazgo (si se aviene al boicot de la oposición y deja libres a la comunidades para que ejerzan sus competencias). En plena pandemia los políticos parlamentarios se negaron a renunciar a unas dietas (que no se devengaban) por que las consideraban parte del sueldo. Un solo diputado dijo que el renunciaría aunque no lo hiciera nadie más… y así fue. ¿Se puede pedir más servicio público? Rato nos arengaba a pagar a hacienda mientras él la soslayabla fraudulentamente. Soria tenía dinero en Paraísos fiscales, el sobre-cogedor M. Rajoy no era el Marianico el corto que se escondió en un restaurante ocho horas a llorar su Granada perdida. Era otro.

 

El contubernio con los poderes fácticos se plasma en legislaciones que las protegen a cambio de jubilaciones doradas en consejos de administración. Se desmantela el proyecto de energías limpias en favor de las eléctricas y petroleras aún sabiendo que habría que indemnizar millonariamente por las ayudas prometidas. Se hacen contratos con cláusulas compensatorias estratosféricas al depósito de gas Castor o los túneles del AVE en los Pirineos (Ambos a las empresas de Florentino Pérez). Se condona (por olvido) 2.000 millones a las eléctricas. Se defiende a los bancos que en la década pasada fueron condenadas diez veces por los tribunales europeos por abusos que van desde manipular los índices de las hipotecas a las preferentes y las subordinadas colocadas a jubilados inexpertos, sin contar el rescate por su estúpida gestión de los depósitos de los ciudadanos. Beneficios privados y pérdidas públicas: la gran fórmula. Se subvenciona el diesel (altamente contaminante. Se protege a las transgénicas y las farmaceúticas, etc.

 

Ellos no dan puntada sin hilo. Todo lo que hacen repercute directamente en tu bolsillo. Cada vez que oigas que el gobierno es incapaz porque solo los católicos respetuosos de Dios (el pueblo elegido) saben gobernar o van a bajar los impuestos (Como Rajoy que subió 50 impuestos diferentes), aprieta los bolsillos porque te van a meter la mano y te van a dejar en cueros.

 

El desgarrado, Enero 2021




Published comments

    Add your comment


    I accept the terms and conditions of this web site