» 19-01-2021 |
La segunda enmienda permitió que los ciudadanos USAnos se armaran hasta los dientes. En un país de frontera variable (la conquista del Oeste, la conquista de parte de Méjico, el imperialismo versus el mundo) parecía que la cosa era razonable. Pero siempre se pensó que las armas se utilizaban contra los malos o contra los extraños/extranjeros (mejicanos incluidos). En una palabra, se trataba de una violencia contra el exterior (de la justicia o del país). El idilio con el terrorismo exterior se ha acabado. Ahora estamos ante el terrorismo interior y están armados hasta los dientes. Durante siglos se ha defendido que son armas defensivas para obtener la paz social pero eso se ha demostrado una falacia. Los USA tienen muertos por armas de fuego que centuplican los datos europeos y los abusos policiales son proverbiales. USA es un país de pistoleros, con todo lo de anárquico que tiene esa idea de que yo me basto y me sobre para defender a mi familia.
Aquel: “nosotros y los otros”, se ha acabado. Ahora la confrontación está entre nosotros y vosotros, entre dos facciones internas que entienden la política de distinta manera (o de la misma manera pero en posiciones enfrentadas). USA ya tuvo una guerra civil y no fue por cuestiones políticas sino por cuestiones ético-económicas: la esclavitud y la oligarquía. No podemos olvidar que la democracia americana fue una revuelta en contra de los impuestos de la metrópolis, realizada por unos burgueses propietarios, esclavistas, oligárquicos, racistas y clasistas y profundamente religiosos (que no en vano descendían de ingleses). Los USAnos presumen de que su revolución fue anterior a la revolución francesa pero fueron bien diferentes. La “revolución” americana fue de burgueses contra burgueses; la revolución francesa fue de trabajadores contra burgueses, por más que fuera impulsada por burgueses y librepensadores para los que la soberanía popular era un subterfugio para acabar con la monarquía absoluta. A estas alturas es evidente que la constitución americana (a pesar de su treintena de parches) necesita una revisión. Su duración les ha proporcionado una estabilidad que se ha convertido en inmovilismo.
La revolución política -tras el macartysmo que machacó el socialismo/comunismo y la llegada del bipartidismo férreo- nunca se había realizado y parece que ahora es el momento. Y no se podía haber encontrado peor momento. Con un partido republicano abducido por la ultraderecha (populismo, racismo, patriotismo, aislacionismo comercial, laboral, y religioso) y unos demócratas arrastrados hacia la derecha más reaccionaria, el momento es el peor (no nombraremos a la bicha). Mientras USA defiende ser el árbitro de la democracia en el mundo, su democracia interna deja mucho que desear. La democracia “práctica” (los intereses del estado) ha sustituido a la democracia “teórica” (la soberanía popular). Su pasión por la eficacia les ha conducido a una competitividad homicida, un pragmatismo antisocial y a una desigualdad que diferencia hasta lo paranoico entre lo nuestro y lo de los otros. Y en esta situación se produce el enfrentamiento de la mano de políticos desalmados que solo pretenden su beneficio pero que largan como mesías.
En Europa los enfrentamientos son discusiones de bar o de deporte. En USA están armados hasta los dientes. El país está enfrentado, pero todavía no ha llegado a la confrontación. ¿Qué pasará cuando se produzca la confrontación con millones de armas? ¿Duelo en OK corral o la matanza de little big horn? Cuando parecía que las revoluciones políticas se habían acabado (la desesperación es fruto de la desposesión y hoy en día nadie (excepto los desplazados y los emigrados) está totalmente desposeído… incluso de solar. Como siempre USA viene en nuestra ayuda para mostrarnos que un nuevo tipo de revolución es posible. La de los ciudadanos cabreados que sin estar desesperados están profundamente cabreados (soliviantados por políticos oportunistas) y armados ante los dientes. Biden no tiene un trabajo ante sí. Tiene la misión imposible. Pasará a la historia como héroe o como fiambre y en el último caso asistiremos a la segunda guerra civil. La confrontación interna está servida y las armas están ahí. Es como dar rotuladores a los niños y dejarlos solos: ¡nueva decoración!
Es evidente que lo negativo de los USAnos también tiene su parte positiva. La competencia feroz les ha proporcionado una ciencia de primera, que convenientemente defendida con adecuados copyrights se convierte en un negocio fabuloso. Claro que se apoya en donaciones de empresas privadas que esperan, a cambio, sustanciales privilegios. Nadie da dinero a un partido político sin no es a cambio de algo. La selección de los mejores en cada puesto (tan opuesto a nuestro cuñadismo) evita el principio de Peters (aunque no en la burocracia, para alegría de los liberales). Sin embargo los chinos -con un sistema político comunista-capitalista) consiguen resultados inmejorables. Evidentemente no son democráticos pero ¿son democráticos los USA que ocupan el puesto número 25 en la clasificación de Amnistía Internacional? El liberalismo a ultranza es la base de una desigualdad que proporciona el sueño americano a unos pocos privelegiados mientras los otros entran en una espiral descendente sin fin. Todo pesa y por eso estamos al borde la nueva revolución
El desgarrado. Enero 2021.