» 04-04-2021 |
Unos turistas franceses responden a los reporteros españoles en una terraza de Madrid. “Venimos aquí en busca de libertad. Eso que no tenemos en Francia y que vosotros tenéis aquí” Es evidente que la libertad no se entiende como antaño sino como la simple posibilidad de desmelene, de ausencia de cualquier tipo de cortapisas. La libertad es ahora lo que antaño fue el libertinaje. La educación permisiva característica de la posguerra europea se cobra sus frutos. La represión -que fue típica de la educación durante siglos- ha desaparecido. Los jóvenes quieren en la sociedad la misma libertad que tienen en su casa. ¿Estamos educando mal o es que lo que está mal es la sociedad?
La revolución (la buena, la francesa) se hizo en nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Pero los conceptos de libertad y de igualdad no son conceptos absolutos. La igualdad es comparativa (¿igual a qué?) y la libertad es relativa (la libertad de uno acaba en la libertad del vecino). No existe “La” libertad o “La” igualdad. Nuestra condición de seres sociales no nos permite absolutizar esos conceptos. La fraternidad ponía ese acento en sus dos compañeras de revolución. Libre respetando la libertad de los demás, e igual a tus pares. Por eso las mujeres no pueden aceptar una igualdad que los iguala con los hombres como si solo existiera esa igualdad: la del modelo masculino. La Constitución española tiene dos conceptos de igualdad. El evidente(el metafísico) y el avanzado: la igualdad consiste en tratar cosas desiguales de forma desigual. Pero ¿si esos conceptos son complejos por qué los jóvenes los simplifican?
No son ellos. Son los políticos. Los políticos consideran que el pueblo es inculto y taimado por lo que simplifican los mensajes hasta la infantilización. Resulta que los incultos son ellos porque son los que se han autootorgado el estatuto de ignorantes al constitucionalizar su exención de títulos ni preparación, de colegiación ni deotología. La mayor parte del país está mejor preparado académicamente que los políticos. Así las cosas los políticos tienen que aplicar medidas drásticas para mantener esa aura de superioridad en la que se basa su presunción de verdad y de certeza. Y esa medidas son la intoxicación, la mentira, la posverdad , la demagogia y el populismo. Solo con una cortina de humo los políticos pueden disimular su ignorancia. Y así lo hacen.
Para rastrear de donde sale la idea de que la libertad es hacer lo que te sale de los cojones, basta con recurrir a ellos. Para los políticos la libertad es una mercancía que ellos venden, que ellos detentan y que ellos entregan. “Conmigo serás libre. Con los otros serás esclavo” No es que sea totalmente falso. Los políticos siempre han esclavizado al pueblo pero, por comparación, si la otra facción te esclaviza bien se puede afirmar que la opuesta te libera (volviendo a la relatividad del concepto). El comunismo de Estado esclavizó a millones de ciudadanos, pero también lo hizo el fascismo (nazi, falange, y fascio), la dictadura franquista, La monarquía absoluta o la democracia capitalista. La dominación es un ejercicio universal que ni se ha acabado ni se acabará nunca. La libertad es una aspiración, un horizonte, algo que siempre está por venir. Y a eso se afanan los políticos, a prometerlo, cual zanahoria en el extremo del palo.
Diaz la Madrid lanza su campaña con el eslogan: “Comunismo o libertad” (que ya sustituía a “Socialismo o libertad”). Como la calan, añade uno nuevo: “Responsabilidad y libertad”. ¡M.A. Rodriguez es insaciable! El denominador común es la libertad. Libertad es para ella que abran los comercios, los bares, los restaurantes. ¿A costa de qué? de miles de muertos. Libertad es que la comunidad no obedezca las normas del gobierno. Libertad es que la empresa privada se apodere de la sanidad, la educación, las pensiones, la dependencia e incluso la memoria histórica. Libertad es libertad de comercio, de la empresa privada y la propiedad privada. Libertad es que el Estado investigue para que la empresa privada se aproveche de la investigación pública, que los bancos especulen para que sean rescatados con dinero público, libertad es que se produzca la desregularización para que nada coarte a los especuladores financieros, libertad es que las multinacionales, los poderes fácticos y los prohombres no paguen impuestos y libertad es por último, que los políticos mientan, roben y corrompan sin medida. Ya sabéis lo que es libertad y quien la defiende.
Por supuesto es esa libertad la importante. La otra, la de los derechos fundamentales no cuenta. La ley de “seguridad ciudadana” amordaza al pueblo en su derecho a manifestarse, a fotografiar a los policías, a acudir al juez cuando los policías los sustituyen. Las leyes de odio, contra la religión, de apología del terrorismo, de defensa del honor, acorralan a cómicos, raperos, titiriteros, blogueros, etc. La no aplicación de leyes como la memoria histórica o la dependencia, privan a los ciudadanos de su derecho a enterrar a sus seres queridos o a los cuidados elementales. La libertad de expresión y el derecho a la intimidad, se amordaza con la invasión constante del estado en los datos privados de los ciudadanos. Y así hasta la saciedad. Esa es la libertad que nos proponen los políticos. ¡Quizás sería mejor ser menos libres!
El desgarrado. Abril 2021.