» 27-05-2021

Reflexiones tipográficas 324. Emociones futboleras y convivencia.

Aristóteles acuñó aquello de animales racionales. El SV Griego (con permiso de los presocráticos) fue el fin del pensamiento mítico y el inicio de la racionalidad. La imaginación se nos desborda cuando decimos racional pero como la posmodernidad (y otros movimientos anteriores como la fenomenología, la hermenéutica, la filosofía de la diferencia) han demostrado el racionalismo no es el fin de la historia (Fukuyama), ni siquiera fue el triunfo de la razón pura. La racionalidad de la que habla Aristóteles es el sistema metafísico que observado de cerca es un complejo que recoge mucho de lo que se había producido antes y que no ha parado de evolucionar durante 25 siglos. La racionalidad fue un subidón. La emocionalidad inherente al ser humano fue arrinconada como “animal” en beneficio de esa racionalidad que parecía los más plus. Ya Spinoza en pleno racionalismo filosófico destapó las emociones, los deseos y los sentimientos (los afectos) como parte fundamental del ser humano, pero nadie le hizo caso. Hasta el SXX no se afianza la “deconstrucción” (Derrida, Lyotard) que, lejos de sus acepciones populares, hace hincapié en el desmontaje de la metafísica.

 

Las consecuencias de ese movimiento de decosntrucción han sido entre otras la formulación de la inteligencia emocional que supuso darle un espacio en la racionalidad a las emociones. Pero ha sido la neurociencia y sus métodos no destructivos-invasivos los que nos están permitiendo empezar a conocer nuestros cerebros y por tanto nuestras emociones y sentimientos (Damasio). Tras establecer el genoma (nuestro mapa genético), ciertamente devaluado por la epigenética, parece que nuestro próximo objetivo es el conectoma el mapa del funcionamiento de nuestro cerebro. De pronto las emociones y los sentimientos no solo son importantes sino que son parte inseparable de nuestra elogiada razón. ¿Qué quiere decir? Que Aristóteles debería corregir su eslogan por el de “animales racionales-emocionales”. Podéis pensar que lo de emocionales estaba incluido en lo de animales. Pues no. La importancia de las emociones y los sentimientos es tan grande que se entrelaza con las razones formando un continuo inseparable. Quizás es exagerado pero somos racionales también con nuestras emociones y sentimientos. Y vamos a lo que vamos.

 

El Vila-real ha ganado la Liga Europea al Manchesterd United. ¡Alirón! Que un equipo de una ciudad de 55.000 habitantes gane un título europeo es noticia (sobretodo para el Manchester). El fútbol es la fiesta de la emoción. Para unos pocos que aprecian la técnica y la belleza del fútbol (que la tiene) la mayor parte de los hinchas operan por emociones: las raíces, compartir el triunfo, la incertidumbre del resultado, participar en una gran empresa, etc. En mi caso me emociona que un equipo pequeño gane una gran competición, que aunque no es de mi pueblo sea español, la propia emoción del resultado (en la tanda de penaltis se tiraron 22: uno por jugador… porque no marcaba ni Dios). Esta es la parte positiva. En Gavá (Barcelona), una árbitra de 19 años que pitaba un partido de alevines suspendió el partido por los insultos machistas y agresivos -a secas- que proferían los cariñosos padres de los chiquillos. Es la característica de las emociones: pueden ser positivas o negativas… o imprudentes como hemos visto durante la pandemia en que las celebraciones de los equipos ganadores se han pasado tres pueblos. Pero la pandemia ha tenido la virtud de sacar nuestras peores y mejores emociones.

 

¿Es función de la racionalidad (además de la filosofía, la ciencia, la convivencia o la tecnología) dominar las emociones?  No estaría de más. Las emociones nos hacen humanos, ¿por qué nos empeñamos en hacerlas in-humanas? Y ya puestos ¿no deberíamos contar hasta diez antes de darle al “enviar” de los twiter, los watsap, los mail y los facebock? No poder mirar a los ojos a nuestro interlocutor no nos autoriza a deshumanizarlo. Si no os funciona lo de contar hasta diez probad de escribir el mensaje mirando una foto de vuestro interlocutor. Sé que los grandes improperios no los profieren los internautas sino los políticos y los profesionales de la provocación, pero contar, o mirar ayuda a dominar nuestras emociones. Porque sabernos emocionales no quiere decir olvidar la racionalidad. Hay momentos para todo y todos los momentos son para todo. Nuestra socialidad es una parte importante de nuestra herencia biológica y el respeto y la educación es parte de ese contrato de convivencia que establecimos en la evolución con nuestros congéneres. Razones, emociones, respeto social, todo eso nos hace humanos. No lo olvidemos.

 

Quizás penséis que soy el demonio predicando el ayuno. Quizás. Siempre que cargo contra los políticos es por sus acciones y no por sus opiniones. Alguna vez por su físico, pero solo si antes ma han tratado de idiota (cosa que hacen a menudo). Ante un insulto por sutil que sea parece que se impone responder con otro. Los políticos son personas públicas a los que nadie ha obligado a exponerse al escrutinio popular. Aún así, reconozco que se me calienta la lengua. Y eso que siempre cuento hasta diez y tengo siempre muy presente su carita de niños buenos… que para eso gastan lo que gastan en asesores. Diaz La Madrid ha prometido a los madrileños una nueva movida madrileña. Por lo visto ahora controla la cultura. Quizás al decir movida no se refiere a cultura sino a la libertad a la madrileña de ir de cañas, amparar los botellones y llenar las calles y las playas de las comunidades costeras. No lo sabemos pero es evidente que le parece que está en el camino correcto y no va a dejarlo. ¡Casado átate los machos que se te desbocan!

 

¡Felicidades Vila-real! Lo tuyo sí que es una gesta.

 

El desgarrado. Mayo 2021.




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