» 11-11-2023

Animales racionales 12. El lenguaje.

El lenguaje es la mejor estrategia del cerebro para mejorar exponencialmente su rendimiento. Mientras nuestra mente (y la de nuestros antecesores) ,funcionó con imágenes el gasto energético era tan alto que -aunque los rudimentos del pensamiento racional estaban allí- el consumo energético lo desaconsejaba, más allá de la supervivencia extrema. Era necesario cambiar de moneda, de combustible, y se cambió la imagen por el concepto, la palabra. La palabra se convierte en el equivalente universal del mundo en la mente, Para colmo encuentra la manera de transmitirse de forma permanente: la escritura. El lenguaje se convierte en la superación de la evolución física para inaugurar la evolución cultural, mucho más rápida al no tener como medida la vida del ser humano.

 

Pero para que ese equivalente funcionara como productor de leyes (es decir para prever el futuro) hacía falta que las palabras, los conceptos fueran universales. No representaran un elemento del mundo concreto e individual sino a todos los elementos de la misma clase. La rosa universal representa a todas las rosas, porque aúna todas sus características. La plasmación de esa rosa universal es el concepto de rosa o su definición. Un diccionario es una colección de conceptos o definiciones. La rosa universal no es concreta así que es abstracta, no tiene un sustrato físico aunque sí un referente. Una abstracción de aquello que caracteriza a todas las rosas, pero, como veremos la abstracción (podar a todas las rosas concretas de sus características individuales para dejar solo aquellas que son comunes a todas las rosas) no solo se consigue por inducción, sino que existen otras formas como veremos. 

 

El lenguaje es anterior a su teoría (Kant diría que es intuitivo/sensible pues es anterior a su concepto/entendimiento). Los niños y los homínidos aprenden el lenguaje como colección de casos y no como reglas (gramática), como praxis. Chomsky enunció que la gramática (generativa) viene de serie en el cerebro del niño, es decir que ya existe una teoría antes del uso práctico. Decir: “ponido” en vez de “puesto” así lo hace pensar pues “ponido” responde a una regla: los participios se forman añadiendo a la raíz la terminación -ido, regla que en este caso resulta inválida… por la excepción. El hecho de que podamos olvidar un lenguaje (un idioma) por falta de uso, así lo hace pensar a no ser que olvidar el lenguaje y olvidar la gramática sea idéntico (la praxis y la teoría coinciden). 

 

La autorreflexión (reflexión sobre el pensamiento) añade posibilidades inquietantes al lenguaje pues puede no quedar claro si estamos “hablando” del mundo o del lenguaje (metalenguaje). “Todo es relativo” es una proposición que encierra su propia contradicción pues es una proposición absoluta y por tanto debe ser falsa según el propio contenido de la proposición. Las cosas -según el principio de no contradicción de Aristóteles- no pueden contradecirse, pero las proposiciones si pueden hacerlo. Podemos construir tantas proposiciones falsas como queramos y de ellas solo serán contradictorias las analíticas puesto que la información que lleva la proposición está ya contenida en el sujeto: “la tierra no es redonda” puesto que “tierra” es un concepto que incluye (analíticamente) la característica “redonda”. La negación de la proposición conduce a contradicción (La tierra es redonda en lo real y no lo es en lo lingüístico). En el sujeto “todo” está excluida la relatividad y por tanto si construimos la proposición igualando todo y relativo es una contradicción en el mundo pero no en el lenguaje.  Groucho Marx afirmó: “nunca pertenecería a un club que me aceptara como socio”. El concepto club incluye los conceptos de aceptación y pertenencia como causa y efecto que no pueden desligarse en la realidad aunque en la proposición parezca que así es.

 

A=A a nivel de significados de A, es cierta, las dos A significan lo mismo pero a nivel topológico (el lugar que ocupan) es falsa. Las dos A no ocupan el mismo lugar. Se abre aquí la puerta a conceptos distintos de igualdad según sea igualdad total o parcial. La igualdad total sería la identidad. Rusell encontró una de estas paradojas en la lógica de Frege, hundiéndole en la miseria y acabando con el programa logicista que pretendía aunar lógica y matemáticas. La paradoja de Rusell es muy técnica pero Groucho hizo una versión mucho más asequible cuando dijo “Nunca pertenecería a un club que me aceptara como socio” En la aceptación está la condición del rechazo por lo que implica la no aceptación. “No (puedo, acierto, consigo, etc.) hacer frases”, “No se contar historias”, “No se hacer discursos” pertenecen a una familia de paradojas en las que se afirma la imposibilidad de lo que se está haciendo. Pensar lo impensable, decir lo indecible, contar lo incontable, ver lo invisible, tocar lo intangible. “Solo se que no se nada” si no se nada no puedo saber ni siquiera que no se. Sócrates también nos engañó ¿por qué se produce la paradoja? A decir de Rusell por la autoreferencialidad. Estas sentencias hablan de la propia sentencia, lo que provoca que la sentencia sea tomada en cuenta dos veces: como afirmación y como condición de posibilidad. Escogidas con cuidado ambas sentencias (que son la misma pero en dos planos diferentes), entran en contradicción. 

 

Algo de esto hay también en las famosas paradojas presocráticas que Aristotéles quiso desmontar con su “Lógica” como Aquiles y la tortuga o la del arco y la flecha. Entre las paradojas que se hicieron famosas en la antigüedad esta la de Epidídimo: “Todos los cretenses mienten” Puesta en boca de un cretense sería mentira puesto que es mentira que todos los cretenses mienten, todos los cretenses dirían la verdad. Una versión de esta paradoja es la del folio que reza en sus dos caras: “Lo que dice el otro lado es falso” Son paradojas topológicas que dependen de la posición (A=A, ser cretense, estar en un lado u otro del folio),

 

Pero las paradojas autorreferenciales no siempre conducen a la incerteza. En el caso de los dos guardianes cretenses (uno que siempre dice la verdad y el otro que siempre miente) la utilización de la autorreferencialidad conduce a la verdad. Al integrar el producto de las dos afirmaciones (una cierta y otra falsa) en una sola sentencia el resultado siempre es la falsedad (y aquí lo importante es el “siempre”) y por tanto la elección recaerá sobre lo contrario de lo contestado. Mediante la multiplicación (superposición) de las dos afirmaciones obtenemos la certeza. La pregunta es ¿Cual dice tu compañero que es la puerta buena? Diga lo que diga, es la otra. Aquí se cumple la ley matemática (Y lógica de la conjunción) de: más por menos es menos (+X-=-). 

 

La vacilante verdad. La difícil facilidad, “vivo sin vivir en mí”, “vísteme despacio que tengo prisa”, expresan contradicciones asumidas, retóricas, dialécticas. “Pensar sobre el dolor de cabeza puede agravarlo”. En estos casos se toma la misma palabra en sentidos diferentes. Estrictamente la verdad no puede ser vacilante, ni la facilidad difícil. Se hace referencia a lo complicado que puede llegar a ser lo sencillo. No son los antepasados de los españoles los que hicieron la conquista de América, sino los antepasados de los americanos, que si bien eran españoles, pertenecen a su linaje y no al de los españoles que descendemos de los que se quedaron en España. Evidentemente que la empresa fue española y que probablemente quedan descendientes de aborígenes que nunca se mezclaron con los españoles, pero estrictamente hablando (en lógica) la afirmación es falsa. También estadísticamente hablando son ellos los descendientes de los conquistadores.

 

Levi Strauss definió la lógica como la ciencia de las relaciones necesarias. Dados unos antecedentes los consecuentes son necesarios y suficientes. Se trata del formalismo que da siempre la misma respuesta a iguales planteamientos. ¿Como es posible que una sentencia sea verdad y mentira aplicando las reglas de la lógica? Llevada al extremo, la lógica es formal, es decir no depende de los significados sino de los significantes. Aristóteles fundó la lógica basada en los silogismos. La propiedad transitiva (si a=b y b=c, entonces a=c) extrae una verdad distinta de las verdades que la originan) Es para muchos teóricos una tautología, es decir que ya estaba implícita (son proposiciones analí ticas) en los dos planteamientos. Pero los dos planteamientos son separados y distintos y la verdad implícita solo se produce cuando se ponen en relación, es decir es la relación la que origina la nueva verdad. 

 

Muchos de los grandes descubrimientos e ideas de la humanidad residen en relacionar cosas que en principio no parecían relacionables: la atracción gravitatoria y las órbitas planetarias (la órbita es la trayectoria de caída de un planeta hacia otro), la electricidad y el magnetismo (el electromagnetismo), la aceleración como relación entre la fuerza y la masa y la aceleración como relación entre la velocidad y el tiempo, la relatividad galileana: la indistinguibilidad del estado de movimiento uniforme y de la situación de reposo, la masa y la energía, etc. El hecho de relacionar dos premisas determinadas no era evidente por lo que la situación de verdad implícita que se deduce de su relación tampoco lo era. La lógica también puede ser un método (además de un sistema de pensamiento) de relacionar cosas que aparentemente no tienen relación. Simplemente simplifica las cosas en vez de crear nuevas relaciones. Pero donde acaba la simplificación y donde empieza la creación es cuestión fácil de decidir en el plano teórico y muy difícil de calibrar en el plano práctico. 

 

La dialéctica es la constatación de que las cosas se contradicen. La ternura común por las cosas de Hegel es la constatación de que no queremos que las cosas se contradigan. La dialéctica se origina en los presocráticos que la enunciaron como explicación a un mundo en el que las contradicciones eran evidentes. Digamos primero que las contradicciones no se producen entre las cosas sino entre las explicaciones que damos a su comportamiento. Y la gran contradicción para los presocráticos fue la del ser y el devenir, es decir, entre el espacio y el tiempo. Las paradojas de Aquiles y la tortuga o la flecha y el arco son paradojas entre el espacio que recorren y el tiempo que emplean en ello. Y sobre todo en como se computa ese espacio y ese tiempo. La conversión del movimiento (devenir) en momentos estáticos conducen a la paradoja. El problema resultó tan irresoluble que Platón lo zanjo con el estatismo radical y el esencialismo ideal. Pero el mal ya estaba hecho. La sensación de que las cosas se contradecían (es decir que la contradicción era una manera de explicar el ser de las cosas) había venido para quedarse. La contradicción es la muerte de la lógica. Cualquier explicación ilógica (como el idealismo) era posible.

 

Para Sócrates el método dialéctico era la manera de obtener el acuerdo de la controversia, la luz de la oscuridad. Y de ahí el nombre, pues el diálogo era imprescindible. La dialéctica habla de las cosas no de las palabras. Pero también en las palabras se produce la contradicción: es la perversión del lenguaje que hace que la misma palabra signifique uno y lo contrario: rematar (dar el tiro de gracia, o culminar una obra) construir y destruir. Construir y destruir es lo mismo pero en sentido inverso, como los números negativos son lo mismo que los positivos pero con distinto signo. ¿Por qué el lenguaje se opone a su función de informar al darnos dos significados contradictorios para el mismo significante? La respuesta evidente es que la misión primordial del lenguaje no es la información. Pero lo contrario de la información no es el engaño. Lo contrario (o por lo menos lo distinto) de la información pueden ser los afectos.

 

Muchas especies animales utilizan lenguajes informativos desde las abejas (que informan de la situación del alimento) hasta los monos (que alertan de un peligro). Pero cuando el lenguaje se hizo un canal afectivo (a distancia) que sustituye a los canales afectivos de contacto, como el despiojamiento, el lazo madre-hijo, debido a la intensificación de las relaciones sociales, su función informativa pasa a segundo lugar. O mejor dicho pasa a ser un canal de información de afectos. Y los afectos siempre se presentan por parejas. Probablemente de aquí surge la marcada tendencia a la dicotomía del ser humano. El afecto positivo y el negativo (amor, odio; simpatía, antipatía; amigo, enemigo, bien, mal, etc.). Como canal de información de afectos estamos hablando de lo mismo pero con dos sentido o polaridades: la positiva y la negativa: amigo, no amigo; amor, no amor. Si por una parte la polaridad se distinguió en palabras distintas, el simple hecho de nombrar la palabra (sea en positivo o en negativo) ya supone su uso, como nos dice el sicoanálisis. Decir de un enemigo que es un no amigo, al citar la palabra amigo, puede suscitar suspicacia en quien quiere una posicionamiento rotundo. No es lo mismo no amor (pasivo) que odio (activo). En el primer caso se mantiene la palabra amor. En el segundo ha desparecido por una formulación mucho más rotunda.

 

Pero en la tensión información-afectos al igual que las palabras diferencian su polaridad en distintas palabras también se da a la misma palabra dos sentidos opuestos. Es la necesidad de no polarizarse, de no tomar posición. Pero también es un defecto de la abstracción. Hemos dicho que el concepto es el mismo pero aplicable en dos sentido o polaridades opuestas. Cuando prevalece el concepto sobre el sentido la palabra se desdobla en dos significados (rematar con los significados de matar o culminar). Si prevalece el sentido sobre el concepto el concepto se desdobla en dos significantes con dos sentidos opuestos (amor y odio para el afecto, amor positivo o negativo). La palabra sentido viene de sentimiento. Sentido significa polaridad. Los afectos y las polarizaciones tienen el mismo origen etimológico. 

 

No podemos excluir que el lenguaje es un arma defensiva y que, en este sentido, engañar es su formulación cabal. Entre las acepciones débiles de engañar está la de no pronunciarse o no alinearse. Los políticos nos dan infinidad de pruebas diarias. Ante cualquier declaración que pueda comprometerles, no se pronuncian, mareando la perdiz sin contestar a lo que se les pregunta. Es una forma débil de engaño: no decir la verdad, no pronunciarse rotundamente. De ahí debe venir el uso de la palabra pronunciamiento: alineación rotunda por una posición, en este caso golpista. En resumen, el lenguaje se debate entre la información y la expresión de afectos. Para la información debe ser veraz, aunque la desinformación puede ser un arma. Se usará, entonces de acuerdo con las intenciones del emisor. Para los afectos el acento se pone en el sentido (polaridad) más que en el concepto. La ambigüedad conviene a ambos. La tendencia USAna de repetir continuamente “te quiero” es la respuesta a la necesidad de pronunciamientos claros y reiterados de una posición afectiva. La sociedad exige pronunciamientos claros precisamente porque la perversión del lenguaje ha hecho que los pronunciamientos claros cada vez se den menos. 

 

Pero el lenguaje responde a las necesidades de la sociedad en la que se genera. Si las palabras se disocian en significados distintos o los conceptos recurren a distintos significantes es por que le son necesarios. ¿Estamos en una sociedad estructuralmente mentirosa? ¿La exposición de nuestra intimidad es tan intensa que nos vemos obligados a encerrarnos en nuestros sentimientos, aparentando los que no tenemos?

 

Releo “La estructura ausente. Introducción a la semiótica” de Umberto Eco. Lumen. 1978. Hay algo en este texto de Eco que lo hace radicalmente distinto a otros textos al uso y es su ausencia de dogmatismo, su huida de la esencialidad. Eco no pretende un discurso homogéneo, aunque sí, coherente y eso lo subraya alegando que es “dialéctico”. En la última entrega (“vídeoarte y retórica 12: Eco”) desvelamos lo que significa dialéctico para Eco. Por un lado,  partir de dos o más premisas posibles. Por otro: permitir que coexistan. Para iniciar este artículo partiremos del repaso que Eco hace de la relación triádica que define el signo. 

 

Ogden y Richards

Ullman

Frege

Morris

Rusell

Carnap

Saussure

Pierce

símbolo

significado

significado

significatum

designatum

meaning

connotation

Intensión

sense

significado

significado

representamen

refrente

objeto nombrado

Bedeutung: el objeto

denotatum

denotation

extensión

nominatum

la cosa

objeto

referencia

información que el nombre transmite al oyente

Sinn: modo como se da el objeto

 

 

Intensión

significante

interpretante

 

Habría que añadir la dicotomía que realiza Hdjemslev entre plano de la expresión y plano del contenido que se dividen a su vez en forma y sustancia dando lugar a una relación cuadradíca. En una palabra ¡hay donde elegir!

 

Se lamenta Eco de que en todas estas relaciones, excepto quizá en la de Pierce, el referente (la realidad a que se refiere el sigo) entorpece el establecimiento de una semiótica científica. Y si le gusta la de Pierce es porque el concepto de interpretante, lo concibe como una semiosis ilimitada (una fuga de significantes) que como el mismo dice, definen asintóticamente (recta que alcanza la tangencia con una curva en el infinito) el referente sin nunca llegar a establecerlo, excepto como una aproximación. Volvemos, aquí al planteamiento econiano (¿o será económico?) de la ausencia de dogmatismos y esencialismos. En su análisis de Pierce nos ofrece esta explicación del mecanismo de la comunicación que también incluye el interpretante.

 

El mecanismo de la comunicación: 1) Un mensaje transmite 2) significados precisos que 3) existían como unidades culturales dentro de una civilización, y por existir 4) se convertían en  soportes de un desarrollo connotativo e 5) inician una gama de reacciones semánticas capaces de implicar 6) reacciones de comportamiento que no son necesarias para determinar si el mensaje tiene un significado. La misma civilización cuida de elaborar una serie de explicaciones y definiciones de esos significados precisos  de modo que cada definición es un nuevo mensaje que a su vez debe ser explicado gracias a otros mensaje lingüístico. Esta serie de aclaraciones es lo que Pierce llama el interpretante. El interpretante puede ser: a) un signo equivalente (palabra “perro” equivale a la imagen “perro”), b) índice (todos los objetos como éste), c) definición científica (sal/cloruro de sodio), d) asociación emotiva (perro significa fidelidad), e) traducción (perro/dog). 

 

Si algo queda claro al leer a Eco es que la semiótica es una nebulosa en la que los conceptos precisos son escasos. Los conceptos de semiosis ilimitada, fuga de significantes, definición asistólica del referente o el de interpretante, son suficientemente expresivos como para evadirse de dogmatismos. Y es que Eco parte de una idea probabilística del mensaje por un lado y de la convicción que el contenido de verdad de un mensaje (lógica proposicional) nada tiene que ver con la semiótica. El lenguaje nos hace racionales, sin él la razón sería imposible.Sin embargo, también es un vehículo de irracionalidad desde las paradojas a la ambigüedad pasando por la dialéctica y desde la información a la afección, sentimientos y deseos. ¿Hablando se entiende la gente? 

 

El desgarrado. Noviembre 2023.




Published comments

    Add your comment


    I accept the terms and conditions of this web site