» 04-11-2023 |
La educación. La existencia de una escritura cada vez mas simbólica al servicio del comercio, el derecho y la burocracia propiciaron hacia 3.000 AC la transmisión de conocimientos prácticos de generación en generación. El sistema vigente hasta entonces es el de la experiencia depositada en los ancianos y el repertorio de refranes, máximas, cuentos, mitos y leyendas. Se preparaba a los jóvenes para un cometido determinado (rey, sacerdote, escriba) y autónomo. Es el auge de las monarquías. Fueron los griegos los primeros en percatarse de que la educación podía llegar mas lejos y enseñar sobre como aprender. Para ello efectúan la división entre conocimientos teóricos (propios de los ciudadanos) y conocimientos prácticos (propios de los esclavos). La división entre palacio y pueblo se convierte en la división entre ciudadano y esclavo. Es la democracia. El conocimiento práctico es la destreza en el oficio (incluso si este es de tipo no productivo), aplicable en el momento concreto a una situación determinada. Educar era otra cosa; educar era extraer (educare: sacar), obligar a reflexionar, no por necesidad sino como previsión de futuras necesidades (como si se produjera un excedente de inteligencia como antes se había producido un excedente de grano). Se produce aquí una “reflexión” se piensa sobre el pensar. Paralelamente la escritura (mítica, burocrática, legal) se convierte en transmisora de conocimientos, en vehículo de educación.
Los griegos enseñaban a sus jóvenes una mezcla indiscriminada de educación física, retórica, música, aritmética, geometría. La escuelas peripatéticas enseñaban filosofía (que en aquel momento era el saber universal). La edad media quedó marcada por la preparación para el monacato: El Trivium: gramática, retórica y dialéctica, representa el aprendizaje de la lengua latina, y el quadrivium , también llamado artes reales, comprendía conocimientos de aritmética, geometría, astronomía y música. Solo los hijos de la aristocracia y los aspirantes al sacerdocio accedían a la educación. La mayoría de los grandes pensadores poco o nada dijeron sobre educación. La educación -durante siglos, no interesó a nadie hasta que Rousseau escribió “Emilio o de la educación” a barlovento de la Revolución, de la que alfabetización fue una de sus secuelas. El respeto por el desarrollo integral del ser humano, lejos del adiestramiento, adoctrinamiento e instrucción le llevó a llevó a rechazar la intervención de la Iglesia en la educación. Kant reconoció que el giro copernicano de su filosofía se produjo por su influjo que le descubrió al ser humano y la educación como motor de su desarrollo. La educación se convirtió en el camino que tomaron los burgueses (enriquecidos con el comercio) para aproximarse a la aristocracia.
Fue en Prusia donde la educación se convirtió en escuela de ciudadanos adoctrinados e inmersos en el modelo político (y ciudadano) del poder dominante. El ideal de la Ilustración se desvanece y en más, la educación ya no será otra cosa que amaestramiento de voluntades sometidas al poder vigente, precisamente cuando se generaliza para toda la población o quizás precisamente por ello. Desactivada de su carga emancipadora y librepensadora, nada se opone a que la educación se haga obligatoria. Fábrica de ciudadanos sometidos y engañados. En España la alfabetización de la población se produjo en el SXX -en la parte hábil de él habida cuenta que la dictadura del general Franco supuso la imposición de las ideas fascistas poco proclives al desarrollo intelectual de las masas- El contubernio Iglesia-Estado se materializó en lo educativo en la entrega de la educación a la Iglesia de las riendas de la educación bajo la sombra de la “formación del espíritu nacional” fascista…con lo que eso supone.
La llegada de la democracia y su promesa de libertad no tuvo correlato en la educación. En una España polarizada entre derechas e izquierdas cada uno de los bloques luchó denodadamente para imponer su ideario en los escolares (crear votantes) al margen de cualquier otra consideración. El turno de partidos hizo que cada uno estableciera su ley de educación (hasta siete) en su turno de gobierno. Esta falta de consenso en un tema tan delicado es una muestra de la dictadura del poder político que sucedió a la del poder militar. Y no hay que olvidar a la Iglesia que también tiene su propia teoría de lo que es un ciudadano integrado, en este caso, en el temor de Dios. En un país constitucionalmente laico “la escuela concertada”, es decir, en manos de la Iglesia (30%) y la escuela privada (3%) pugnan con la escuela pública en su afán de adoctrinar política o religiosamente a las nuevas generaciones. Evidentemente la escuela pública se reparte -como el cuerpo electoral- entre derechas e izquierdas al 50% por lo que el futuro de España será de derechas y meapilas.
Cualquier delito es especialmente atroz cuando se perpetra contra la infancia. Utilizar la escuela como laboratorio para crear militantes políticos o practicantes de una u otra religión (en el caso de las católica con evidente desdoro de la judía y el Islam) es de una estulticia supina. Los contenidos educativos son continuamente manipulados (para alegría de los editores de libro de texto y dolor de los padres y de los alumnos) en un, a modo de inseguridad jurídica escolar; las tasa escolares aumentadas, las becas entregadas a familias sobradas de medios (tras haber perdido las batalla del mérito), el material escolar encarecido, las escuelas rurales cerradas, todo ello simplemente para alejar de la educación a las masas, tomando al pie de la letra la máxima “el saber os hará libres”. El paro laboral juvenil se palia alargando el periodo de educación escolar. Nuestro nivel de educación es uno de los peores de Europa (24º de 27) con una nota media de 5,0. Los maestros están mal pagados y sufren una precariedad que solo puede incidir en el empeoramiento de la educación, porque educar no es una profesión más, sino de interés nacional. El nivel de inglés es bajísimo debido a la falta de enseñanza (inexistente en las universidades), de facilidades para estudiar en el extranjero, el doblaje de las películas, etc. La llegada de la ultraderecha ha provocado situaciones delirantes como el cuestionamiento de la educación sexual (cuando desde 1996 se había reducido un 50% el embarazo adolescente), y el pim parental (siempre relacionado con cuestiones sexuales o políticas), auténtica intromisión de los padres en los planes educativos y en las leyes.
En “El maestro ignorante” Rancière nos propone una nueva forma de relacionar al maestro con el alumno desde la más rabiosa igualdad. Educar ers un proceso de colaboración en el que no existen jerarquías. De alguna manera pensamos que las diferencias intelectuales innatas pueden llegar a ser enormes, cuando sabemos que las diferencias en las medidas corporales o en las agudezas sensoriales no presentan grandes diferencias. Utilizamos varas de medir -como el coeficiente intelectual evidentemente inadecuados, como demuestran la inteligencia emocional o social o el fracaso social de los superdotados. La imposición de horarios, momentos vitales, contenidos, idiomas, etc. en los programas educativos es habitual, cuando la experiencia de la escuela “Summerhill” en el siglo pasado demostró que no son efectivos. Rancière parte de la idea de que todas las inteligencias son iguales (lo que cuadra con el mantra de que no aprovechamos sino mínimamente nuestras capacidades) y solo se diferencian en los campos en que se desarrollan. Excluimos las emociones y los sentimientos -cuando sabemos que residen en el cerebro- del cómputo intelectual, como excluimos las habilidades deportivas, o de otro tipo (interpretativas, artísticas, sociales, etc.). No estamos preparados para admitir que Mesi es tan inteligente (en su campo: el de fútbol) como Einstein en el suyo (el campo gravitatorio), debido al respeto reverencial que nos produce el conocimiento académico. “Hay otros mundos (educativos) pero están en este” dijo Eluard.
La institución dedicada a enseñar racionalidad es todo lo irracional que quepa esperar de unos científicos y pedagogos que no han estudiado lo suficiente y de unos políticos y religiosos que solo buscan “convertir” a los infieles. El espíritu de Isabel la católica sigue aquí… 500 años después.
El desgarrado. Noviembre 2023.