» 22-01-2024 |
Pongamos que queremos descubrir una causa a partir de un efecto determinado (como quien descubre un crimen). Para ello podemos razonablemente establecer unas hipótesis -de cual es esa causa- que podemos verificar mediante la razón o la experiencia. Alcanzar una causa desde efectos podría ser equiparado a la inducción de lo particular a lo general, aunque operamos por síntesis, pero también podría ser caracterizado como anti-deducción que es el recorrido natural de la causa a los efectos. Pero si lo miramos desde el lado de la elaboración de hipótesis estamos construyendo un relato en el que se hace plausible cual es la causa (el asesino) en un desarrollo efectos>hipótesis>causa. El proceso hipotético es naturalmente deductivo: aventuramos una causa y verificamos si conduce a un efecto no contradictorio en un desarrollo: hipótesis>efecto>causa. Nos encontramos en un desarrollo que es inductivo y deductivo a la vez y que bien podríamos llamar relato. La causa no es lógica sino topológica pues es su situación en el desarrollo (y no su papel lógico, o epistemológico) el que determina su carácter.
ARISTÓTELES.
La abducción fue creada por Aristóteles y recuperada por Peirce como una alternativa a la deducción y a la inducción. (“La abducción en Aristóteles : su papel en la lógica y en su teoría de la ciencia”. Roberto Aguirre). Un enunciado, dice Aristóteles, “es demostrativo cuando es verdadero y se deriva de las condiciones primitivamente sentadas. Y es dialéctico cuando (....) bajo la forma del silogismo admite lo aparente y lo probable”. Aristóteles llamó Tópicos, y también e indistintamente Dialéctica, a la obra en que trata acerca de los argumentos probables. Debemos preguntarnos con Aristóteles cuántos tipos de razonamientos hay. “Hay dos, responde, la inducción y el silogismo. Ya hemos dicho lo que es el silogismo. La inducción es la transición de lo particular a lo universal (...). La inducción es más persuasiva y más clara, más accesible a la sensación y más conocida del vulgo; el silogismo es más poderoso y más vigoroso para refutar a los contradictores”. Para no perder perspectiva veamos qué había dicho antes Aristóteles acerca del silogismo: “el silogismo es una demostración cuando está formado de enunciados verdaderos y primitivos, o bien de enunciados que deben su certidumbre a enunciados primitivos y verdaderos. El silogismo dialéctico es el que saca su conclusión de enunciados simplemente probables (.....) El silogismo contencioso es el que saca su conclusión de enunciados que parecen probables, y que sin embargo no lo son. En resumen tenemos tres, y no dos, tipos de argumentación, a saber:
1.- la que Aristóteles llama silogismo demostrativo y que nosotros conocemos como razonamiento deductivo.
2.- la inducción.
3.- el silogismo dialéctico, al que también llama ‘silogismo por hipótesis’ y nosotros nos atrevemos a identificar con la abducción. No creemos forzar el pensamiento del Filósofo al hacer esta identificación pues en Tópicos caracteriza el silogismo por hipótesis como aquel que va de un caso a todos, proceso que, obviamente, no es inductivo. Creemos que Aristóteles es claro en esto pues, “la inducción, nos dice, se eleva de los casos singulares a lo Universal”, pero en otro lugar había ya advertido que “se necesitan reiteradas observaciones por medio de las cuales se trate de alcanzar lo Universal”. De estos tres tipos de argumentación, entonces, los dos últimos, la inducción y la abducción, son las formas de la argumentación probable.
Aristóteles caracterizó a la abducción indicando que “tiene lugar cuando el primer término es atribuido con toda evidencia al medio, mientras que es incierto que el medio lo es al último, siempre que esta relación sea tan probable, o incluso más probable que la conclusión; o incluso cuando los intermedios entre el último término y el medio son pocos en número; en todos estos casos, se llega a aproximarse a la ciencia. Por ejemplo, sea
A, que puede ser enseñada;
B, la ciencia;
C, la justicia.
Tal como señala Tricot cuya traducción hemos seguido, el primer modo se da cuando la premisa mayor es evidente y la menor al menos tan probable como la conclusión que se quiere demostrar y señala como ejemplo el silogismo:
“Toda ciencia (B) puede ser enseñada (A): premisa mayor conocida
Toda justicia (C) es ciencia (B): premisa menor desconocida pero tanto o más probable que la conclusión.
Toda justicia (C) puede ser enseñada (A): conclusión ignorada”.
El segundo modo de abducción se da cuando la premisa menor puede ser probada por recurso a menor número de términos medios que la conclusión. Tricot retoma el ejemplo dado por Aristóteles y lo expone de este modo:
“Toda figura rectilínea (E) puede cuadrarse (D)
Todo círculo (F) es una figura rectilínea (E): premisa menor probada por el recurso a las lúnulas de Hipócrates de Chio (un solo término medio)
Todo círculo (F) puede cuadrarse (D): conclusión probada (o pretendidamente probada) por medio de muchos términos medios”.
Lo que surge de este texto es que la asignación del término medio a los extremos siempre es problemática y que, si es problemática, parece obvio que no es deductiva.
Según se vio, la abducción consiste en el establecimiento del término medio cuando su atribución es problemática en una de las premisas. No creemos traicionar, sin embargo, el pensamiento de Aristóteles si sostenemos que siempre (¡!), la determinación del término medio procede por abducción. ¿En qué se basa nuestra presunción? En la siguiente afirmación del mismo Aristóteles : “la sagacidad es la facultad de descubrir instantáneamente (es decir sin reflexión a un mismo tiempo) el término medio. Esta capacidad adivinatoria propia de la sagacidad no es, por definición, deductiva ni inductiva. No es deductiva pues, como se vio anteriormente, la deducción es demostrativa a partir de enunciados verdaderos y primitivos y, además, ya hemos señalado que en el mismo texto Aristóteles señala que actúa ‘sin reflexión’. Tampoco la sagacidad procede por inducción pues ésta consiste en la transición de lo particular a lo universal y aquí estamos relacionando un sujeto con un predicado. Reiteramos, entonces, que tanto la adivinación del término medio, en todo razonamiento deductivo, como la asociación ilativa entre las premisas de un razonamiento inductivo y el posterior salto a la generalización son de carácter intuitivo y, en consecuencia abductivo.
Aristóteles dice que “tenemos ciencia de algo cuando conocemos su causas, pero, “los términos medios son las causas” y puesto que “la causa es lo que se busca en todos las cosas”, “es evidente, concluye el Estagirita, que todos los problemas consisten en la búsqueda del término medio”. Si la ‘sagacidad’ es, según se vio, la facultad de descubrir el término medio y esto no se puede hacer ni por deducción ni por inducción pues este descubrimiento es ‘instantáneo y sin reflexión’, no nos parece descabellado pensar que es la abducción la que descubre las causas, pues no hay inferencia sin término medio; en este sentido dice Peirce que es ‘meramente preparatoria’, es ‘el primer paso del razonador científico’. En resumen creemos no errar al decir que la abducción anticipa la causa como hipótesis. Puede pues resumirse lo dicho en la siguiente conclusión: la abducción descubre, la inducción confirma y el silogismo (la deducción) demuestra.
PEIRCE
Veamos, ahora, otro enfoque (“Razonamiento abductivo: una contribución a la creación del conocimiento en educación”. Javier Nunez MoscosoI) “…noción desarrollada por Aristóteles en su Organon (1995) y retomada más tarde por Peirce (1965) la abducción es un enfoque que funciona a partir de una teoría comprehensiva de la realidad que prepara el trabajo empírico y reduce el campo a estudiar. La hipótesis no es dada a priori; ella emerge de los datos para, luego, ser verificada. Los investigadores siempre realizan sus trabajos en coherencia con algún método científico. Los dos enfoques más frecuentes en investigación educativa son, así, el hipotético-deductivo y el holístico-inductivo. Si bien son frecuentemente empleados, rara vez incluyen una reflexión lógica y epistemológica. Con el propósito de defender la idea de que las inferencias tienen una doble dimensión lógico- epistemológica, se indica cómo esto se manifiesta en la deducción y la inducción. Luego, se introduce la abducción como un tercer tipo posible de inferencia.
LA DEDUCCIÓN
El método hipotético-deductivo puede ser definido como la “operación mental consistente ante todo en partir de una proposición o un conjunto de proposiciones de alcance universal –o al menos general– de las cuales se concluye una hipótesis o un conjunto de hipótesis referentes a los casos particulares”2 (GAUTHIER, 1986, p. 522). El tipo de razonamiento existente detrás de este enfoque fue planteado por Aristóteles.
RAZONAMIENTO DEDUCTIVO
_____________________________________________________________________
ENFOQUE DE INVESTIGACIÓN | FASE /PREMISA | SILOGISMO DEDUCTIVO
__________________________________________________________________________________________
Teoría/Hipótesis. | Regla | A Todas la canicas del empaque X son blancas
Estudio empírico | Casos | B Estas canicas provienen del empaque X
Validación/Invalidación | Resultado | C Estas canicas son blancas
______________________________________________________________________
La deducción –fórmula ABC, columna “silogismo deductivo” en la Tabla 1– funciona teniendo como objetivo “obtener una consecuencia (C) a partir de una regla general (A) y de una observación empírica (B)” (DAVID, 1999, p. 3). Este tipo de silogismo ha marcado toda la historia de la humanidad: comprende el método cartesiano y, desde ahí, toda la ciencia. El enfoque hipotético-deductivo, establecido a partir de este tipo de inferencia, es hasta nuestros días, hay que subrayarlo, la forma más usada por la investigación científica –artículos, observaciones, tesis... –. La cuestión lógica, sin embargo, tiene consecuencias a nivel epistemológico.
La investigación deductiva busca construir conocimientos verdaderos. De ahí que el proyecto de investigación se estructura a partir de un marco teórico portador de una mirada fija de la realidad; a partir de elementos teóricos planteados a priori, se propone una hipótesis explicativa o comprehensiva del fenómeno estudiado. El mundo empírico será entonces garante de la validez –o invalidez– de la hipótesis. El carácter “conservador” del enfoque hipotético-deductivo procede del hecho de que la hipótesis se somete a las posibilidades que ofrece el marco teórico utilizado –mientras más restringido es, menos deja “hablar” a los datos–.
IMPLEMENTACIÓN DEL ENFOQUE DEDUCTIVO
_________________________________________________________________________
ENFOQUE | IMPLEMENTACIÓN | SILOGISMO DEDUCTIVO
DEDUCTIVO | |
_______________________________________________________________________________________________
Teoría/Hipótesis. | Método teórico a priori |Plantear una relación entre teoría y experiencia
_______________________________________________________________________________________________
Estudio empírico | Metodología en función de la teoría y | Hallar los indicadores de la relación
| en adecuación al contexto empírico. |
________________________________________________________________________________________________
Validación. | Interpretación y argumentación a | Probar que la teoría/hipótesis
Invalidación | favor de la teoría/hipótesis | es consistente
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LA INDUCCIÓN
El segundo tipo de razonamiento es aquel que, sin apoyarse sobre los conocimientos preexistentes, aborda su tema de estudio a partir de la experiencia de lo observado en casos particulares. Este procedimiento holístico-inductivo6 quiere hacer emerger la teoría en el mundo empírico, a posteriori. Es empleado sobre todo por la grounded theory (GLASER; STRAUSS, 1967), en la que el lugar de la experiencia es crucial. Aceptando la subjetividad, la teoría fundamentada interpela la sensibilidad y la creatividad del investigador, quien ordena lo real y teoriza con un procedimiento que asegura el rigor científico.7 Las etapas de este enfoque –Tabla 3, columna izquierda– pueden verse en el silogismo aristotélico llamado apagogé cuya construcción lógica se expresa en la columna derecha:
RAZONAMIENTO INDUCTIVO
_____________________________________________________________________
ENFOQUE DE INVESTIGACIÓN | FASE /PREMISA | SILOGISMO DEDUCTIVO
__________________________________________________________________________________________
Estudio empírico | Casos | B Estas canicas provienen del empaque X
Análisis/orden de la realidad | Resultado | C Estas canicas son blancas
Teoría/Hipótesis | Regla | A Todas la canicas del empaque X son blancas
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Esta segunda modalidad de razonamiento corresponde a una permutación del silogismo deductivo ABC hacia la fórmula BCA. Consiste en hallar una regla (A) que podría dar cuenta del resultado (C) si la observación empírica fuera verdadera (B). Para Aristóteles, la inducción no supone una generalidad porque para él no es lícito concluir una generalidad de dos premisas particulares. En la Tabla, se estudia el caso de las canicas sabiendo que son blancas y que se puede constatar que provienen del empaque X, pero establecer la regla “todas las canicas del empaque X son blancas” no puede ser aceptado; el rechazo de Aristóteles del razonamiento es válido entonces para todo quehacer de búsqueda científica fundado en la inducción. Esto retoma la siguiente observación ya hecha por Hume: “¿con cuál derecho se pretende que lo que inferimos a partir de los casos observados continuará siendo verdadero en los casos aún no observados?” (como se cita en DELEDALLE, 1990, p. 160). Esta cuestión es sin duda problemática y es difícil darle una respuesta. Sin embargo, según Peirce (1965, 2002), los enfoques de investigación construidos sobre un razonamiento de tipo inductivo pueden producir a largo plazo una regla, contrastando la hipótesis con el mundo empírico.
En lo que concierne al proyecto de investigación inductivo, más particularmente al de la grounded theory, se trata ante todo de un ejercicio de disciplinada imaginación (WEICK, 1989):
IMPLEMENTACIÓN DEL ENFOQUE DEDUCTIVO
_________________________________________________________________________
ENFOQUE | IMPLEMENTACIÓN | OBJETIVO
INDUCTIVO | |
_______________________________________________________________________________________________
Estudio empírico |Metodología que se construye en el |Señalar los indicadores en el camino |mundo empírico |
_______________________________________________________________________________________________
Análisis/orden de |Interpretación y localización de elementos |Hallar relaciones lógicas ligando los
la realidad | comprehensivos/explicativos | fenómenos
________________________________________________________________________________________________
Teoría Hipótesis | Interpretación y argumentación a |Estabilizar una explicación bajo la
| favor de la teoría/hipótesis |forma de una hipótesis/teoría
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La epistemología que atraviesa el enfoque inductivo puede ser comprendida como la de la subjetividad heurística, en la que es el investigador quien ordena y da sentido al mundo empírico en la búsqueda “de intuiciones a validar en los datos” (ANADÓN; GUILLEMETTE, 2007, p. 33).
ABDUCCIÓN
Desde un punto de vista histórico, Aristóteles (1995) había señalado los tres tipos de razonamiento: la apodeixis o deducción, la apagogé o inducción y la epagogé o abducción. Según el filósofo griego, con el último razonamiento uno “llega a acercarse a la ciencia” (p. 317), pero no se está completamente en la ciencia debido a que la abducción es un conocimiento probable o posible. Como ya se señaló, dado que el proyecto aristotélico tiene como objetivo el conocimiento verdadero, en definitiva, la abducción es eliminada de la deseada cientificidad.
Hubo que esperar más de dos mil años para que Peirce retomara la abducción aristotélica, integrándola en su sistema filosófico de una forma inédita y completamente renovada: Peirce se dedicó principalmente a estudiar la lógica de la ciencia, entendida ésta por una parte como abducción –formación de hipótesis para explicar hechos sorprendentes– y por otra como inducción –generalización de hipótesis por medio de pruebas–. Su propuesta medular fue asentar la inducción y la abducción de modo firme y permanente junto con la deducción en la concepción misma de la lógica (RODRÍGUEZ, 2005, p. 88). Subrayamos que un gran número de críticas (REILLY, 1970; ECO, 1990) a la noción peirceana de abducción se centran exclusivamente en el nivel de la lógica, prolongando la idea aristotélica de un silogismo “inválido”, desechando el nivel epistemológico de la abducción y sin hacer ninguna referencia a la cuestión ontosemántica –tema que será abordado sucintamente en la parte 2 de este artículo –La abducción: una inferencia, un método.
Pero el proyecto de Peirce va más lejos: A la abducción corresponde el rol de introducir las ideas nuevas en la ciencia: la creatividad, en una palabra. La deducción extrae las consecuencias necesarias y verificables de las que se debería seguir que la hipótesis es cierta, y la inducción confirma experimentalmente la hipótesis en una porción determinada de casos. Pero estas tres clases de razonamiento no funcionan de modo independiente o paralelo, sino integrado y cooperando en las fases sucesivas del método científico. (GÉNOVA, 1996, p. 59). Dicho de otro modo, en calidad de inferencias lógicas, abducción, deducción e inducción cumplen un rol preciso para el desarrollo de la ciencia. Sin embargo, aquí se defiende la idea de que estas tres fases pertenecen a un método más complejo entendido como “ciclo” (DAVID, 1999); es precisamente un proyecto de superación de la dicotomía deducción-inducción, un camino hacia “un ciclo recursivo abducción/ deducción/inducción” (1999, p. 1). En definitiva, la abducción es a la vez una etapa –pues introduce una idea nueva– y un método – un ciclo que combina abducción, deducción e inducción en un proceso recursivo.
Se puede afirmar, con Peirce (2002), que la abducción es la única vía para arribar a una idea nueva. Fundamentada sobre el asombro frente a un acontecimiento sin explicación –característica en común con la inducción–, la abducción encarna un enfoque en el que la duda –bajo todas sus formas: cuestionamiento de teorías, búsqueda de explicaciones y argumentos válidos, etc.– representa el núcleo duro de la investigación. Reducir la abducción al puro estatuto de inferencia lógica es un error: Se puede establecer entonces, al menos dos sentidos epistemológicos del término abducción: Def. 1: El proceso inferencial por medio del cual se generan hipótesis plausibles. Puede ser estipulada como: Abducción creativa. Def. 2: El proceso inferencial por medio del cual se establece la mejor explicación y también se evalúan hipótesis. Ésta puede ser estipulada como Abducción evaluativa (MAGNANI, 1998, p. 1, como se cita en RODRÍGUEZ, 2005, p. 93-94).
Comprender la abducción en Peirce no se limita a seguir su evolución
en su pensamiento, pues se trata de una noción central para el conjunto de su sistema filosófico, como ahora se verá.
Comprender la abducción implica, ante todo, captar la dificultad que genera la existencia de diversas versiones de esta noción en la obra de Peirce.9 Para superar la cuestión, se identifican dos fases que no se oponen, sino que pueden ser comprendidas como complementarias: la abducción como inferencia y la abducción como método.
1. La abducción como inferencia
En esta primera fase del pensamiento peirciano, la abducción tiene un estatuto de inferencia lógica. Las tres modalidades de razonamiento –deducción, inducción e “hipótesis” (como Peirce llama la abducción en esta etapa)– tienen el carácter de procedimientos independientes en la búsqueda de la veracidad de los enunciados. La estructura lógica de la abducción es, entonces:
RAZONAMIENTO ABDUCTIVO
_____________________________________________________________________
ENFOQUE DE INVESTIGACIÓN | FASE /PREMISA | SILOGISMO ABDUCTIVO
__________________________________________________________________________________________
Teoría/Hipótesis. | Regla | A Todas la canicas del empaque X son blancas
Validación/Invalidación | Resultado | C Estas canicas son blancas
Estudio empírico | Caso | B Estas canicas provienen del empaque ___________________________________________________________________________________________
La abducción puede ser comprendida como la inferencia de un caso (B) a partir de una regla (A) y un resultado (C). Ella tiene un grado débil de veracidad o, en términos de Peirce, alguna cosa puede ser el “caso” si es una creencia aceptada por inferencia a partir de los conocimientos preestablecidos en las premisas –regla y resultado–. Así, los tres tipos de razonamiento se clasifican en explicativos –que explicitan lo que está ya contenido en las premisas– y ampliativos –que aumentan el conocimiento–. En sentido estricto, la inducción hace la apuesta de que alguna cosa que ha sido constatada es bastante probable para los casos no constatados, mientras que la abducción concluye una cosa nueva, pensada sobre la base de la observación, pero diferente a todo lo que ha sido observado.
2. La abducción como método
Más adelante en su reflexión, Peirce comienza a ver “la hipótesis” como un procedimiento más complejo y lo renombra “abducción”. En este periodo, los tres tipos de razonamiento son comprendidos como elementos al servicio de un procedimiento mucho más complejo, en el que la abducción es: “el proceso de formación de una hipótesis explicativa. Es la única operación lógica que introduce una nueva idea; porque la inducción no hace sino determinar un valor y la deducción se contenta con sacar las consecuencias necesarias de una pura hipótesis. La deducción prueba que alguna cosa debe ser; la inducción muestra que alguna cosa realmente se comporta; la abducción sugiere simplemente que alguna cosa puede ser. Su justificación es que la deducción puede obtener una predicción que puede ser comprobada por la inducción y que si nunca entendemos o comprendemos alguna cosa de los fenómenos, se puede lograr por abducción”.
De ese modo, el proceso se inicia con un hecho sorprendente, que podría ser explicado a partir de una hipótesis que toma su fuerza de los datos empíricos. Un hecho es sorprendente si es nuevo o anormal de cara a las creencias (ALISEDA, 1998). Esto provoca la duda, porque las creencias no son capaces de explicarlo. Para Peirce, dudar de las creencias es el motor que genera la búsqueda, la investigación de una nueva creencia. El rol de la abducción es entonces hacer emerger una hipótesis capaz de aplacar la duda frente al hecho sorprendente, es decir, que ella debe facilitar el retorno al estado de creencia. El ejercicio intelectual que pide la abducción es de naturaleza dual, una operación de “instinto racional” (AYIM, 1974, como se cita en ALISEDA, 1998, p. 4): de una parte, la abducción es instintiva, porque ella apela a la creación y a elegir una hipótesis entre varias posibles; de otra, ella es sometida a los criterios de la razón argumentativa. A su vez, una hipótesis abductiva debe cumplir con dos aspectos suplementarios: debe ser comprobada frente al mundo empírico y debe ser económica –asegurar el camino más corto posible–.
El desgarrado. Enero 2024