» 22-08-2019

Datos y sapos 78. La ocultación de la verdad.

Hemos hablado muchas veces de cómo los datos contradicen las afirmaciones más groseras de nuestros políticos y medios de comunicación pero nunca hasta ahora de cuál es la metodología para el engaño, la casuística de las fake news. Ha llegado el momento. En La Vanguardia del 18/08/2019. Xavi Ayén firma “Cómo nos manipulan exactamente” página 35, donde recoge la experiencia de tres ensayistas que hablan de ello: Peirano, Argemí y Lladó. La primera de ellos escribe “El enemigo conoce el sistema” (Debate) expone como unas pocas empresas, dedicadas a extraer datos (Facebook, Twiter), se dedican a manipular al personal. Funcionan de manera opaca, centralizada y secreta (tecnología oculta,  algoritmos secretos, decisiones irrastreables) hasta el punto que debemos empezar a desconfiar de nuestros deseos más íntimos…  porque son implantados. Los algoritmos descubren patrones que nos son desconocidos a nosotros mismos. Todo lo que se puede utilizar de mala manera… lo será. El reconocimiento facial por satélite que nos parece natural que se use en Afganistán, se está utilizando con nosotros (oficialmente en China 2020; las compañías aéreas para expulsar por overbooking al pasajero menos conflictivo; Taylor Swift en sus conciertos).

 

Argemí acaba de publicar “Los siete hábitos de la gente desinformada”,  (Conecta). Las informaciones no contrastadas (Fake news) compiten con las serias a un coste muy inferior de fabricación. ¿Cual es nuestra responsabilidad personal? Describe siete malos hábitos: 1) Precariedad informativa: no conocemos nuestro nivel de incompetencia y tendemos a creer que estamos al tanto de todo (cuñadismo) lo que nos predispone a ser engañados. 2) Activismo visceral: no distinguimos entre medios de información, de justificación y de mobilización. 3) Cortoplacismo: Cada vez aceptamos plazos más cortos (días) en los programas de acción política. 4) Incredulidad crédula: someterse a dudosas pseudoterapias, por insatisfacción. 5) Sesgo de deseo: aceptamos las informaciones que confirman nuestros deseos. 6) Ansiedad informativa: aceptamos informaciones no contrastadas por simple densidad o acumulación. 7) Confusionismo relacional: indistinción entre los amigos reales y los virtuales (celebridades). Propone volver a la modestia socrática y a la evidencia que el nivel de la información es muy superior a nuestra capacidad de procesarla. Debemos aceptar la incerteza y la precariedad como natural y aceptar, en su caso, que nos hemos equivocado, o a cambiar de opinión. Tiempos líquidos.

 

Lladó publica “La mirada lúcida” (Anagrama). Parte de una idea de Camús acerca del periodismo: los cuatro puntos cardinales del periodismo son: 1) lucidez, 2) desobediencia, 3) obstinación, e 4) ironía. 1) En relación a la filosofía y  la literatura el periodista no solo comunica sino que produce conocimiento (filosofía) y crea un imaginario (literatura)… sin dogmatizar ni fabular. Frente a la dictadura del clic (me gusta) el periodista debe tener una mirada propia, ser ambicioso. 2) la definición de noticia: “aquello que alguien no quiere que se publique” remite a la desobediencia. El periodista debe ser incómodo sin caer en la provocación gratuita. 3) la curiosidad basura debe ser sustituida por otra más profunda e insistente. Hay que servir buenos platos a los lectores… o nos abandonarán. 4) Hay que utilizar la metáfora, la paradoja y la ironía (la retórica) pues estamos en una empresa humana afín a la filosofía y a la literatura. Desentrañar la noticia y no destripar al actor. Las entrevistas deben huir del periodista acosador que no deja hablar y que a menudo se autoentrevista tanto como del periodista elogiador que opera de altavoz.

 

Tres análisis, desde tres puntos de vista: desde las empresas de tráfico de datos personales, desde el receptor/usuario y desde el periodista/mediador de los datos. Un denominador común: los datos. En nuestro actual paradigma cibernético (Tiqqun) las bases de datos son el sustrato del conocimiento: Big data. De ellos se desprende la verdad. Si son manipulados la verdad será imposible. Las grandes empresas necesitan los datos con el exclusivo propósito de manipularnos, de vendernos productos y condicionar nuestro voto. Los periodistas (en general) están asociados a un partido político o a una ideología por lo que participan de la gigantesca empresa de manipulación. Solo nosotros podemos resistirnos a esas dos grandes empresas de manipulación (las empresas y el periodismo), y requiere un gran esfuerzo. ¿Estamos dispuestos? El caso de Cambridge Analitycs (que podéis ver en Netflix: “The greit Hacker”) es un claro ejemplo de cómo se están manipulando las elecciones en todo el mundo (empezando por USA). La lectura (o vídeo-audición) plácida se ha acabado. Estamos en la percepción militante, y no tanta por el sesgo ideológico, como por la disciplina en el análisis y el rigor en la selección. ¡La formación continua incluye la disección de los datos! Vivir se ha convertido en un trabajo. El marxismo engulle la vida. ¡That’s live!

 

El desgarrado. Agosto 2019.

 




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