» 10-08-2020

Estética 13-2. La estética del Gusto de Agamben. Kant y sus conceptos.

Expondremos previamente los conceptos básicos de Kant (Crítica del juicio, Austral 2013(1790)). Prólogo de M. García Morente a quien sigo y que a su vez sigue la interpretación de Cohen. No es posible entender a Agamben sin reparar en la especial terminología de Kant, aunque la interpretación de Cohen/García y la de Agamben no coinciden.

 

Filosofía: teoría del conocimiento o de la experiencia. Crítica del conocimiento. El propio Kant la definió: “La naturaleza, pues, funda su conformidad con leyes en principios a priori del entendimiento, como facultad de conocer; el arte se rige en su finalidad a priori según el Juicio en relación con el sentimiento de placer y dolor; finalmente las costumbres (como producto de la libertad) están bajo la idea de una forma semejante de la finalidad, que se cualifica para leyes universales como un motivo de determinación de la razón  en consideración de la facultad de desear” (Kant 2013,33). Se divide en teórica (naturaleza, conceptos, entendimiento) y práctica (moral, libertad, razón) pero admite su división en tres partes (con sus respectivos principios a priori): filosofía teórica, finalismo (estética y teleología) y filosofía práctica.

 

Filosofía (crítica) del gusto: primer enfoque que pretende dar al arte el estatuto de  parte de la filosofía (a fin de que sea sistemática). Al encontrar la teleología la englobará en ésta como crítica del juicio (estética + teleología)

 

Filosofía crítica: sistema del espíritu en cuanto sujeto productor de conocimiento, moralidad y arte. Avanzar en la filosofía criticando el conocimiento.

 

Filosofía trascendental: Condiciones de posibilidad, y límites, del conocimiento, la moral y el arte. Fundamentación del sistema de la filosofía (conocimiento, moral y arte) previamente delimitados (separación y reconocimiento) como direcciones originales de la conciencia. Crítica del conocimiento y de la experiencia que no pretende sustituir a la ciencia ni dogmatizar. Análisis de la experiencia. Proceso que partiendo de la ciencia alcanza las formas que constituyen el conocimiento.  Responde a cómo y no a qué. Sistemático. Lo opuesto al análisis sicológico. Análisis de la experiencia, proceso que partiendo del hecho mismo de la ciencia se remonta a sus condiciones de posibilidad.

 

A priori: aquello que en el conocimiento no procede ni se deriva de la experiencia, sino que la antecede de alguna manera y surge independientemente de la experiencia.

 

Fundar: encontrar el principio o condición a priori de su posibilidad.

 

Principio: condición a priori de la conciencia, mediante la que una dirección determinada de actividad espiritual crea su propio contenido.

 

Sistema: visión precisa y firme de los problemas de la filosofía y de los métodos para resolverlos. Sistema del espíritu como sujeto de la cultura, como productor de saber, del querer y del gozar humanos. Sistemática: reducir a la unidad de la conciencia las diversas direcciones del espíritu, encontrar los principios a priori.

 

Experiencia sensible: sensación cualitativa de la naturaleza. Primer paso del conocimiento científico.

 

Suprasensible: esfera de la moralidad y la libertad inaccesible a la facultad de conocer.

 

Razón pura: facultad del conocimiento por principios a priori excluyendo el sentimiento de placer y dolor y la facultad de desear. Entre las facultades de conocer se ocupa del entendimiento según sus principios a priori, excluyendo el Juicio y la Razón.

 

Crítica de la razón pura: investigación de la posibilidad y límites de la razón pura (teórica)

 

Conocimiento (ciencia): Trama de formas ideales (conceptos) a los que atribuimos la realidad. Única manera de conocer. Sistema del mundo.

 

Experiencia: producto de nuestra actividad espiritual según leyes que le prestan objetividad, universalidad, necesariedad, etc. Ciencia en el sentido anterior. Cuando se transforma en elementos simples del ser se convierte en dogmática (Descartes). Necesita considerar una función de los sentidos (espacio y tiempo), una función del entendimiento (intuición y juicio), se concretan ambas en Ideas de la razón.

 

Juicio: facultad de pensar lo particular como contenido en lo universal. Si lo universal (regla, principio, Ley) es dado, el juicio es determinante (deductivo). Si solo es dado lo particular (hay que inducir lo universal) es reflexionante. El Juicio determinante tiene como principio la Ley. El reflexionante tiene como principio la finalidad de la naturaleza.

 

Idealismo trascendente: el sistema kantiano en cuanto no significa una relación de nuestro conocimiento con cosas sino solo con la facultad de conocer.

 

Juicios sintéticos a priori: juicios especiales que relacionan un sujeto con un predicado heterogéneo (no reducibles el uno al otro) con pretensión de universalidad y necesariedad (que reside en el entendimiento y que expresan las categorías).

 

Categorías: sustrato de los principios

 

Principios de conocimiento: Ley universal de la naturaleza, derivada de las categorías.

 

Noumeno (cosa en sí): puro pensado, que no podemos conocer, irreductible a conceptos y que no es ni fenómeno ni producto de nuestra actividad espiritual. Concepto límite.

 

Naturaleza: producto de la conciencia. No está absolutamente dada. Conjunto de los objetos determinados en la experiencia.

 

Imperativo categórico: necesidad de concordar la razón consigo misma. Es el principio constitutivo de la moral y entraña la libertad. Se sitúa fuera de la experiencia y fuera de la naturaleza por lo que no interfiere con la causalidad. Entre el mundo del deber y el mundo del ser hay un abismo. Determina el primado de la razón práctica. Es lo humano.

 

Imperativo hipotético (condicionado): la necesidad de la acción no es absoluta sino relativa a la consecución de un fin exterior. Prudencia o práctica, no es la moralidad.

 

Estética: esfera de la cultura (o de la filosofía crítica) que se sitúa entre la naturaleza (conocimiento) y la libertad (moral) y que consiste en la belleza y el arte.

 

Y ahora la interpretación de Agamben.

 

En la “Critica del juicio” Kant expone lo bello como significante excedente y el gusto como saber/placer. Kant define el placer estético como un exceso de representación sobre el conocimiento. “El objeto entonces se llama bello, y la facultad de juzgar mediante tal placer (y por consecuencia universalmente) se llama gusto” (Agamben 2017, 33)

 

                        CONOCIMIENTO                                              PLACER

                               OBJETIVA                                                  SUBJETIVA

                             CONCEPTO                                                     FORMA

              ————————————————————————————————

                                             REPRESENTACIÓN=GUSTO

                    EXCEDENTE DE PLACER                      EXCEDENTE DE SABER

                         LO SUPRASENSIBLE                                         LO BELLO

 

“… lo bello es un excedente de la representación por sobre el conocimiento y (que) es precisamente este excedente lo que se toma como placer” (Ibidem). Kant amplió la tradicional bipartición de la filosofía en teórica (conocimiento) y práctica (moral), típicamente metafísica, en la tripartición, típicamente sintética: en el conocimiento, el sentimiento (de placer y dolor) y el deseo, es decir, da a la estética un lugar en la filosofía. Sin embargo no consigue asignar a los juicios del gusto un lugar preciso y los coloca en la inmediata relación de la facultad de conocer y el sentimiento (de placer y dolor). Consciente del apaño declarará que “esta relación es justamente lo que hay de enigmático en el principio de la facultad del juicio” (Agamben, 2017, 35). El esquema más arriba se interpreta: “El juicio del gusto es, en otras palabras, un excedente del saber, que no conoce… pero se presenta como placer, y un excedente de placer que no goza… pero se presenta como saber. Por esta situación híbrida (intermedia) el juicio del gusto produce el pasaje desde la pura facultad de conocer (conceptos de la naturaleza) hacia el dominio de los conceptos de la libertad y se sitúa en una situación intermedia entre naturaleza-conocimiento y moral-libertad. Esta situación híbrida origina la imposibilidad de de definir lo bello (mediante conceptos) y lo encierra en una serie de determinaciones puramente negativas: placer sin interés, universalidad sin concepto y finalidad sin propósito además de impedirle resolver la antinomía del gusto (fundado/no fundado en conceptos).

 

Poner como fundamento del juicio estético un “concepto con el cual nada se conoce” no satisfizo a Kant y como consecuencia lo refiere a un fundamento suprasensible (moral) y reconoce, además, que las fuentes de los juicios del gusto permanecen desconocidas. La solución es definir esta idea estética como imagen excedente, una representación que no puede ser salvada en los conceptos tal como propuso Platón. “Así como en una idea de la razón, la imaginación con sus intuiciones no alcanza el concepto dado, del mismo modo en una idea estética el intelecto con su conceptos, nunca alcanza la íntima intuición de la imaginación” (Agamben, 2017, 38). “El excedente de la imaginación por sobre el intelecto funda la belleza (la idea estética, así como el excedente del concepto funda el dominio de lo suprasensible” (ibidem). Al final de la sección segunda de la primera parte de la “Crítica del juicio” lo bello se presenta como símbolo de la moralidad y el juicio del gusto remite a algo que no es naturaleza ni libertad aunque está unido con el principio de esta última: lo suprasensible. Esta remisión del gusto a lo suprasensible nos retorna a la propuesta de “salvar lo fenómenos” (¡ojo no es salvar las apariencias!) de Platón. En contra de la corriente estética dominante (la estética como conocimiento) Kant excluye una ciencia de lo bello.

 

El desgarrado. Agosto 2020.




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