» 09-10-2022

Guerra en Ucrania 9. Guerra nuclear.

Los medios andan revueltos tratado de dilucidar si habrá o no guerra nuclear (holocausto nuclear sería más lógico decir). Los analistas dan muchos datos pero no se mojan en decantarse por una u otra posibilidad: guerra táctica, guerra estratégica, arsenal disuasorio, guerra local o global, etc. La cuestión es que el ciudadano no sabe si tiene que ir a trabajar como cualquier día o ponerse a rezar. Que la inseguridad es un arma política, dirigida a apaciguar/aterrorizar a las masas, lo sabemos. Lo que no sabíamos es que es también el objetivo de los medios de comunicación. No se si lo recuerdan pero su cometido es informar y no especular, y aún menos con el terror. En esa escalada del solipsismo (los medios generan las noticias), el tertulianismo (periodismo de opinión y no de información), el periodismo político sesgado (periodistas alineados con las tesis de determinados partidos), solo nos faltaba el periodismo de la especulación (la adivinación del futuro). La cuestión es ¿habrá guerra nuclear o no?

 

Es evidente que esta campaña de guerra en Ucrania estaba concienzudamente preparada y pensada en todos sus detalles. Incluso la amenaza nuclear formaba parte de la estrategia. Lo que suscita la primera pregunta ¿Qué mierda de servicios secretos tiene Occidente que no se había enterado de nada? ¿O, si? Pero aunque el ser humano es la única especie con capacidad de prever no suele tener la fortuna de acertar. Las cosas no salieron tal como Putin las había previsto: la campaña se alargó, la UE se mostró extrañamente unida y Ucrania se opuso frontalmente. Lo que podía haber sido una continuación de la toma de Crimea se convirtió en su contrario: una guerra en toda regla.

 

La necesidad de movilizar 300.000 reservistas ha producido una contestación inmediata dentro de Rusia. Las tropas rusas están desmoralizadas en lo que reconocen una guerra innecesaria (salvo intoxicación informativa). Las matanzas de civiles se filtran a la prensa, y las mentiras del Kremlin (no es una guerra, es una operación especial; no es un corte de gas estratégico, es una avería; vamos a liberar a Ucrania del nazismo; el referéndum de las supuestas provincias secesionistas manipulado groseramente, etc.). Entre tantas mentiras ¿es posible que la amenaza nuclear sea verdad?  Las consecuencias de una guerra nuclear global serían la desaparición de gran parte del globo. Pero una vez lanzada la primera bomba (por muy local que sea) ¿qué garantía hay de que no le seguirán otras? Por tanto la posibilidad de una guerra nuclear perimetrada es remota. Por último está la guerra nuclear soft: la actuación convencional contra las centrales nucleares. Lo lógico sería empezar por esta posibilidad -para pulsar la determinación de la parte contraria- antes de lanzarse a aventuras que podrían acabar con el mundo. Naturalmente no se reconocería la autoría, pero podría ser la última mentira.

 

¿Cuanto tiene Putin de mesiánico y cuanto de astuto estratega? No olvidemos que su perfil es el de agente secreto: la acción taimada. Su mesianismo es conocido: quiere una gran Rusia que reverdezca los laureles de la antigua URSS. El estúpido capitalismo sigue llamándoles comunistas cuando son tan o más capitalistas que los occidentales. El desmantelamiento de la URSS a manos de los oligarcas (con la connivencia del poder) fue suficientemente expresiva como para que se siga pensando que Rusia es comunista. Pero comunista es un insulto, como hijo de puta, que poco o nada tiene que ver con el literal del epíteto. Y esa estupidez del capitalismo tiene su reflejo en la opinión pública que no sabe quien es quien en esta guerra: comunistas, capitalistas, nazis… ¿Cómo justificar una guerra entre capitalistas por muy poco democráticos que se conduzcan? Tampoco es que las democracias occidentales sean ejemplares. lo que es evidente es que como en todas las guerras modernas las bajas son civiles, es decir trabajadores. El capitalismo siempre gana: cimienta su victoria sobre los cadáveres de los proletarios. Creo que Putin tiene mucho de mesiánico y que no aceptará dejar un legado para la historia inferior a una gran Rusia. Por ese lado estamos jodidos.

 

Pero hay otro aspecto que complica la cuestión: Putin podría estar enfermo terminal. Así lo indica su rostro hinchado de corticoides, sus manos aferradas al canto de la mesa para ocultar el temblor, sus mesas interminables para alejarse de sus interlocutores, sus apariciones del brazo de sus asistentes. Claro que como nuestros medios ponen las imágenes que les da la gana (sin indicación de fecha) para mejor manipular las noticias, resulta que no podemos ver la evolución de su presunta enfermedad. Si así fuera Putin podría tener prisa en realizar sus planes de pasar a la historia junto a Pedro el grande y de nuevo por ese lado estamos jodidos. Pero el mesianismo tiene su lado positivo: le impide pasar a la historia como el dirigente que destruyó Rusia: el cielo se aclara. Tanto si es mesiánico como astuto estratega la guerra nuclear global queda excluida. La teoría de la rata acorralada ha estado muy presente en su propia historia como para que caiga en ella.

 

Todavía queda mucha estrategia por aparecer y por tanto queda mucha guerra (convencional) por delante. De momento el gran damnificado es el pacifismo que se ha desplomado a manos de la justicia infinita y el eje del mal. ¿Os suena? es el mismo argumento que utilizó Bush contra el terrorismo internacional tras el 11S. De todas formas no arriesgo mucho con esta previsión pues no quedará nadie para recriminármelo. Aún así fijaos en las centrales nucleares porque son la clave de lo que pasará en el futuro. Una guerra nuclear taimada y negada por el Kremlin es lo que más le pega a un agente secreto, tanto si es mesiánico como si es un astuto estratega, tic tac, tic tac.

El desgarrado. Octubre (rojo) 2022.




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