» 13-12-2023

Informarse en tiempos tóxicos 1. Introducción. La ley de amnistía.

Vivimos tiempos en que la información se ha hecho muy difícil de obtener. Los políticos han decidido que es mejor tenernos desinformados, que sepamos lo que hacen ,y sobre todo, lo que dejan de hacer. La intoxicación, la seudoinformación y las mentira se han convertido en moneda corriente y ante este alud de “posverdad” los ciudadanos nos vemos obligados a votar de oído. Teniendo en cuenta que en una situación en que los mecanismos de democracia directa no existen en absoluto (relaciones políticos/electores durante la legislatura, referéndum vinculante, iniciativas populares vinculantes, asociaciones políticas intermedias, Asambleas, participación en la vida política digital, etc.) y que el voto está absolutamente mediado por las listas cerradas y bloqueadas, las circunscripciones desiguales, el voto rogado, la ley de Hondt, los mínimos parlamentarios, etc. nuestra posibilidad de ejercer la soberanía popular, es nula. 

 

Es por lo que se hace absolutamente necesario que se establezcan medios de información al margen de los políticos y de los periodistas para que los ciudadanos podamos ejercer nuestro derecho al voto, que en la actualidad está absolutamente secuestrado. Incluso para la ciencia la verdad es múltiple. No solo la verdad absoluta (100%) se opone a las verdades fraccionarias (probabilísticas) sino que existen distintas acepciones de la verdad: adecuación teoría/realidad, situación social, utilidad, éxito, homogeneidad, etc.), y de eso sacan partido los políticos para engañarnos y así evadir su miserable realidad de mentirosos, irresponsables, incumplidores, poltronistas, cazavotos… cuando no, delincuentes o corruptos. El problema es que dada la desafección (calculada desafección a juzgar por las pocas reivindicaciones que levanta entre la clase afectada) de los ciuadanos por la clase política, esta situación se ha convertido en crónica y los políticos se sienten como pez en el agua en esta situación de desinformación.

 

Pero no se puede mear contra el viento, y como mearse en los ciudadanos es como mearse en la Constitución, deben soplar nuevos vientos que reorienten la actitud rastrera de los políticos hacia una honorabilidad informativa ya olvidada. Y ese es el cometido de esta nueva sección: informar, sacar de la mentira, verdad, desentrañar los geroglíficos conceptuales, dar a los ciudadanos las herramientas para poder votar informadamente. Los periodistas y su compromiso por la verdad son escasos en un mundo en el que la alineación con los partidos políticos es la norma. La fácil verdad de la contradicción en lo dicho, ha desplazado incluso a aquella iniciativa de las chedck-news (hasta cuando no les convino a los políticos)  se dejaba a los políticos con el culo al aire cuando mentían. No es lo mismo contradecirse en las palabras que con los hechos y la segunda opción desapareció repentinamente de la TV como desaparecieron “Las noticias del guiñol” o “Caiga quien caiga”. El eslogan d’El intermedio”: “ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad”, ha resultado siniestramiente cierto.

 

No es la primera vez que esto se intenta en España. En plena dictadura franquista “La codorniz”, “la revista más audaz para el lector más inteligente”  contenía dos secciones: la cárcel de papel y la comisaria de papel en la que se enchironaba o se denunciaba virtualmente (otra cosa no hubiera sido posible) los desmanes de la gente pública. El humor ha servido para este fin en numerosas ocasiones lo que explica la alergia que tienen los políticos por los humoristas, a los que no dudan en enchironar. Otras veces la supuesta misión pedagógica ha servido para adoctrinar como aquella “formación del espíritu nacional” que se impartía en los colegios durante la dictadura franquista. En la actualidad el adoctrinamiento escolar se realiza en todas las asignaturas con especial relevancia de la historia y la geografía. La sexta aplica un formato de noticiario, -que no sé si lo ha inventado- “la sexta clave”, en el que se trata de sistematizar unas pocas noticias explicadas de manera pedagógica, con mínimo contenido de imágenes (que tantas veces cuentan lo contrario de lo que dice el locutor), y con exclusión de salpicaduras informativas como: noticias del corazón, de interés humano, curiosidades y el último récord Guinnes.

 

La ley de amnistía se ha debatido en el Congreso. De hecho no ha sido un debate sino una trifulca, como corresponde a los tiempos políticos en que vivimos. Os resumiré la situación: El partido socialista se manifestó repetidamente contra la amnistía y cuando ha necesitado los votos de los indepes para gobernar, pues ha cambiado de opinión. Hay razones para pensar que: 1) la unidad de España reflejada en la Constitución no debería ser una condena para los socios que la componen sino una cuestión voluntaria, a no ser que como en Ucrania o en Israel esté todavía vigente la anexión de territorios por conquista. 2) La revuelta catalana difícilmente encaja en el delito de sedición cuando no fue violenta (la violencia vino después, como consecuencia de la represión). 3) La represión del movimiento independentista fue desproporcionada y muy parecida a la del bombero que pretende apagar el fuego con gasolina, creando una fractura social incalculable, 4) se judicializó una cuestión que era esencialmente política, 5) el PP se aprovechó de la situación para implicar intereses partidistas en una comunidad que le es especialmente esquiva. Por otra parte 6) la Constitución es la que es y las leyes están para ser cumplidas.

 

A partir de aquí el PP y sus socios ultraderechistas/fascistas ha vertido en los medios una serie de argumentos que solo son entendibles desde la intención manifiesta de intoxicar la opinión pública. A) que el PSOE pacta con terroristas, independentistas, delincuentes, anticonstitucionalistas y rompespañas. 1) El tribunal constitucional se ha pronunciado sobre la legalidad de estos partidos herederos de los terroristas etarras o de los independentistas. 2) El propio PP defendió en su día que dejaran las armas y se constituyeran en partido político. 3) El PP mantuvo conversaciones y llegó a pactos con el “Ejército de liberación vasco” -en palabras de Aznar, a los que ahora tilda de rompespañas. 4) Que exactamente igual que Bildu es heredero de ETA, VOX es heredero de la asesina dictadura fascista de Franco y con relaciones estrechas con el nazismo y el fascismo italiano. 5) La aspiración de cambiar la Constitución no es anticonstitucionalismo. Lo que si es anticonstitucionalismo es incumplir los mandatos de la Constitución, como ahora hace el PP, oponerse a renovar los cargos del CGPJ por intereses espurios previsiblemente pro-corrupción.

 

B) La amnistía de los independentistas del “procés” catalán es ilegal, anticonstitucional, delito, atentado contra la unidad de España y en contradicción flagrante de lo que quieren todos los españoles o injusta. 1) Quien decide si una ley es ilegal  (o delito, o anticonstitucional) son los jueces ante los que ya se ha presentado el oportuno recurso. La constitucional presunción de inocencia aconseja que no se acuse a nadie de nada, hasta que los jueces se pronuncien. Por otra parte sabemos que la responsabilidad política es papel mojado. 2) Si la unidad de España o no, está en peligro, es algo que solo se verá con el tiempo, y no hay manera humana de anticiparlo. 3) Todos los españoles está representados constitucionalmente por el Parlamento. Será pues el Parlamento el que deberá pronunciarse, y como ya lo ha hecho (aunque el trámite no haya acabado) se puede decir que la ley orgánica de inmunidad de los indepes, representa la voluntad de todos los españoles manifestada en las urnas. Si al PP le parece que esa representación no ha existido por defecto en la Constitución, en las votaciones o en la constitución del Parlamento debería decirlo claramente. 4) La amnistía (junto al aforamiento y el indulto) son figuras de gracia reconocidas por la Constitución. Que deberían desaparecer, pues no cumplen con su cometido de solucionar los errores judiciales o la igualdad de los ciudadanos ante la ley, es evidente. Que al PP le ha parecido bien su existencia hasta hoy, es evidente también. Si no le gustan, que inste una reforma de la Constitución.

 

C) Apoyar la amnistía es cálculo interesado (por un puñado de votos), engaño a los votantes, ambición de poder (poltronismo), corrupción,  1) El cálculo interesado no está prohibido por la ley. Todos los partidos lo practican, incluso el PP que gobierna en cinco comunidades con la ultraderecha y en las que ya se han producido recortes importantes de derechos individuales. El primer partido de España (por número de votos) tiene perfecto derecho a instar un proyecto de ley para convertir el cálculo de votos e algo ilegal. 2) El engaño a los votantes (al considerar engaño que se haya cambiado de parecer sobre la amnistía o que no se llevara en el programa electoral) es algo de lo que los partidos responden ante sus votantes, y no ante la ley. Si el PP quiere cambiar esa ley tiene los medios para instarlo. 3) Ambición de poder. Querer mantenerse en la poltrona de presidente no es delito, es la muestra de que uno es consciente de que no podrá aplicar su programa de mejora de la vida de los españoles desde la oposición. Como en los casos anteriores el PP puede instar una ley en favor de su tesis. 4) Corrupción. El PP debería saber muy bien qué es corrupción, pues ha sido condenado fehacientemente, como partido, de esa acusación. Es difícil ver como se podría aplicar aquí una acusación de corrupción. Parece, más bien, diarrea verbal.

 

D) Parte importante de los votantes y afiliados del PSOE están en contra de la amnistía y en conciencia deberían votar contra ella. 1) “Parte importante” es un concepto jurídico y numérico indeterminado. Si el PP tiene datos fehacientes debería compartirlos con los españoles y sobre todo debería argüirlos en el debate. 2) Instar a votar en contra de los intereses de partido, es injerencia y quizás incitación al transfuguismo que si bien no es delito, si está regulado por acuerdos entre partidos. El que el PP esté a favor del transfuguismo como demostró en Madrid con el Tamayazo y en Murcia recientemente, es cosa bien sabida. Si quiere institucionalizarlo, debería instar la ley que lo ampare.  

 

Estas son las claves de la guerra de esta amnistía. Creo que todos desearíamos que no se hubiera suscitado, pero la Constitución ampara el mercadeo de apoyos y la libertad de la decisión ética de los políticos,  a los que incluso liberó del código deontológico consustancial a la colegiación necesaria para el ejercicio profesional. No nos gusta que los delincuentes (pues consideraciones aparte, se violó la ley), se libren de su merecida pena, pero tampoco nos gusta que sean los políticos los que se beneficien de los indultos, las amnistías, los aforamientos, la inviolabilidad y la inmunidad. La lección que deberíamos sacar de esta trifulca/rabieta de quien no ha podido gobernar, es que hay que cambiar la Constitución: en el mercadeo de apoyos, en la obligatoriedad de una ética política, en la regulación de la responsabilidad política, en la mediación de las elecciones, en la carencia de institutos de democracia directa, en la regulación del indulto, de la amnistía, del aforamiento, de la inviolabilidad y ya de paso en la inmunidad de los políticos por causa de su cargo que -entre otras lindezas- les permite mentir impunemente, insultar a sus oponentes y encrespar la vida política. Y de la politización de los jueces y del law fare no decimos nada porque se cabrean sus señorías. Frente a todas estas ocasiones perdidas de mejorar la vida política, el hecho en sí de esta amnistía, se debilita enormemente. 

 

El desgarrado. Diciembre 2023.

 




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