» 31-07-2019

La 13 bis- 24 Legislatura. De cojos y mentirosos.

Dice el saber popular que antes se coge a un mentiroso que a un cojo. Y así es. El PSOE reanuda las conversaciones con UP diciendo: “como la posibilidad del partido de coalición HA FRACASADO pues intentaremos un gobierno de no coalición a la portuguesa (con acuerdos programáticos y apoyos puntuales)” Ja ja ja. Como ha fracasado daros mucho… os daremos poco. No ha fracasado. Lo habéis hecho fracasar porque no lo queríais de ninguna manera. Ahora es evidente que habéis mentido, boicoteado y filtrado todo lo imaginable con tal de hacer que el pacto fracasara. Porque nunca habéis querido otra cosa que lo que ahora ofrecéis. Esta negociación pasará a la historia como la más sucia, embarrada y ful que nunca un partido que se llama democrático haya realizado nunca. Tanto que me empiezo a creer que el alto dirigente que llamó a Iglesias para decirle que cambiara la cartera de Trabajo por las competencias territoriales… era cierto.

 

La cara de almorrana que pone Sánchez en estas situaciones es épica. El sufre en silencio lo que los demás le hacen. Su entereza, su padecimiento, es tan patente que pronto aprobará en las encuestas. ¿Cómo no te vas a creer esa carita de emoticono apaleado? Si la inteligencia emocional existe, está toda en el PSOE. Los ministros socialistas mienten como camellos para arrimar el ascua a su sardina. Hoy Montero ha dicho que ellos han subido el salario mínimo y las pensiones. ¡De qué, sin el empuje de UP! Desde Guerra es tradición en el PSOE tratar a la izquierda como el culo. Comprendo que entiendan (por que es verdad) que son sus principales competidores en las urnas. Pero también son sus principales aliados en la sociedad. Entender a los afines como el enemigo a batir ha sido (y será) el principal escollo que tiene la izquierda para lograr gobernar este país. Y así les va. ¡Mirad a la derechona como se ajuntan!

 

Las encuestas dicen (y no es habitual) que la izquierda ganaría claramente a la derecha en unas próximas elecciones. De hecho somos un país de derechas. Solo ganan las izquierdas cuando el cabreo sube y la indignación aflora. ¡Es el momento! Con la que lleva cayendo desde el 2008 la izquierda debería estar arrasando. Pero no. Un gobierno de izquierdas obtendría ocho años de pax romana y de mejoras para los desfavorecidos. ¿Y qué hace el PSOE? Tratar de comerse el pastel él solo, a mayor gloria de sus 140 putos años de historia y de sus innumerables errores (de los que Guerra y Felipe no son los menores artífices). Asistimos a un caso flagrante de nepotismo en el que se anteponen los intereses del partido a los de los ciudadanos. Y además las encuestas lo dicen. Los ciudadanos quieren el pacto. Quieren que las izquierdas se unan y que las cosas mejoren para los que nunca mejoran. El BBVA contrató a Villarejo durante 13 años para retorcer la ley. ¡Ese es el enemigo! y no los que quieren lo mismo que tú, aunque sin tanto protagonismo, sin emoticonos.

 

Durante años pensé que el PSOE era la alternativa a la derechona. Ya no lo hago. Primero se aliaron en el famoso bipartidismo, de turno vergonzoso de partidos, no sin antes haber renunciado al  marxismo, a la lucha de clase y a la representación de los trabajadores. Convertido en un partido de “Estado” se dedicó a gobernar desde la amplitud de miras (incluir a los burgueses entre sus objetivos y joder a los obreros por el bien del país… de los burgueses). Cuando surgió un partido que pretendía hacer lo que ellos no hacían lo tildaron de radical, antisistema y bolivariano. Lo trataron como al enemigo, para tapar sus vergüenzas de casta como descaradamente los etiquetaron. La búsqueda desesperada del centro les condujo a olvidarse de la “O” de obreros para centrarse en la “E” de estado. Lo de español se sobreentendía. Sánchez pareció oponerse a aquel montaje que había conducido a los socialistas a las cloacas del poder. Luchó contra los barones y los venció, apoyado por unas bases que querían seguir siendo socialistas, que reclamaban la “O” y les traía al pairo la “E”. Pero no. Sánchez ha resultado ser un estadista que quiere gobernar tanto a los burgueses como complacer a los barones. Y para eso tiene que renegar de sus principios y arremeter contra la izquierda que le tiende la mano. Cada vez que el prócer levanta la mirada, los obreros tiemblan.

 

Ahora ha quedado claro lo que quieren: comerse el pastel ellos solos. Pero, eso sí, con el apoyo gratuito de los de UP, de las izquierdas o de quien sea, que la Moncloa bien vale una pantomima. El PSOE está arriesgando una oportunidad de oro para que el grueso de la sociedad española mejore tras once años de empeorar. Y lo está haciendo simple y llanamente por intereses partidistas, sectarios y personales. Como espectador de la farsa solo puedo decir lo que haré con la única y exigua oportunidad que me dais de participar en la política: ¡jamás volveré a votar a los del PSOE! ¡Jamás volveré a votar a un partido que solo piensa en sus propios intereses y no en los de los que le dieron vida hace 140 años. No solo es importante durar. También es importante mantener la identidad y vosotros la habéis perdido clamorosamente. Más duro que aguantar a la derecha es ver como la izquierda se desmorona… hacia la derecha. En tiempos líquidos unas encuestas que -por una vez- dan ventaja a la izquierda, deberían ser de obligado cumplimiento. Quizás la última oportunidad de que la izquierda gobierne en este país… o lo que sea.

 

El desgarrado. Julio 2019.

 




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