» 19-09-2019 |
El balance de esta legislatura es cero leyes, cero medidas de gobierno, casi 30 millones € en sopa boba y el mandato a la ciudadanía para que aprenda a votar, porque es evidente que no sabe. Los políticos no están al servicio de los ciudadanos sino viceversa. Ellos saben gobernar (aunque no lo hacen) y nosotros no sabemos votar (aunque lo hacemos). Hemos llegado al cabo de la calle. Con semejantes cantamañanas (hemos pasado de los tres tenores a los cinco cantamañanas) no se puede ir a ninguna parte. No tiene sentido que los ciudadanos seamos más responsables que nuestros representantes políticos, por lo que propongo que seamos irresponsables. ¡Que os vote vuestra pajolera madre! No es una idea tan descabellada. El país sigue funcionando aún cuando ellos no gobiernen enzarzados en sus estúpidas rencillas personales, en sus estrategias de medio pelo, en sus ambiciones personales y partidistas, en su cortedad de miras, en su ignorancia supina, en su sempiterno. ¡Y tú más! en su demagogia, su populismo, sus mentiras y su posverdad. No aceptar el mandato de las urnas es un golpe de estado. Es despreciar la voluntad popular situada en el artículo uno de la Constitución. Es declarar que el pueblo os importa una mierda y que lo único que vale es vuestro culo y el sitio donde se deposita.
Hemos llegado al cabo de la calle porque los políticos no quieren acatar la constitución. Ni respetan la soberanía popular (a la que ningunean) ni la ley electoral (que convierten en instrumental), ni las leyes del estado (de las que se burlan). Se hace raro que condenen el golpismo de unos, cuando practican ellos mismos el golpismo imponiendo unas elecciones contra la voluntad popular. Si un golpismo afecta a la unidad (obligada) de España el otro se desdice de la representación política de los españoles. Ustedes no quieren representar a los españoles de acuerdo con las leyes sino que quieren representarlos de acuerdo a su soberana voluntad, en contra del sentido común, de las leyes y de la constitución. Y encima tenemos que aguantar que la culpa sea de la propia Constitución que permite el bloqueo (de los otros. El propio no cuenta) y se anuncia una reforma que requiere los dos tercios de la cámara, la disolución de las cortes y la convocatoria de nuevas elecciones. ¡Pero es que son idiotas! ¡Si no pueden conseguir un pacto de gobierno, cómo van a conseguir un pacto de revisión de la constitución!
Son glucagones (secretinas metabotrópicas, como ya sabéis. Neurotransmisores corre-ve-y-dile), y votar a un glucagón es una estupidez. necesitamos políticos de fuste, responsables, informados, audaces, honrados, coherentes, enteros, veraces, hombres y mujeres y no sucedáneos ) y no es eso lo que se ha demostrado que tenemos. Son mentirosos, demagogos, populistas, cobardes, ignorantes, aprovechateguis, poltronistas, taimados, corruptos, mafia, ladrones, irresponsables, golpistas, etc. No sería coherente por nuestra parte volver a ofrecer a semejantes energúmenos nuestra representación por lo que os propondré una fórmula para librarnos de quien no ha dudado en librarse de nosotros de malas maneras. Ante el penoso espectáculo del ¡Y tú más! de la ausencia de una mínima contrición, de la evidencia que dimitir es un verbo ruso sin equivalente en español, del disfrute de la sopa boba a la chita callando, no queda otro remedio que echarlos. Cobráis por no hacer nada y eso no es justo cuando tanta gente lo está pasando tan mal. ¡Hasta luego Lucas! Os recordaremos como lo que sois: bazofia, basura, el manjar de las moscas, casta deleznable y podrida, ponzoña, chacales, carroñeros, (con perdón de los animales, que no se merecen esta comparación).
Os propongo que votemos (dentro de la cuerda de cada cual) a un partido que no sea uno de los cinco que han optado por repetir las elecciones. Siempre encontraréis a uno de derechas (Falange, la fundación Franco) o de izquierdas (el partido de los pueblos de España, Ahora Madrid). Y si vuestra cuerda no es ni la derecha ni la izquierda tenéis al PAGMA, bacteria, escaño en Blanco (que espero que se vuelva a presentar), ecologistas, feministas o cualquier otro. Si se quedan una legislatura sin la sopa boba no me cabe ninguna duda que la próxima vez se lo pensarán. Al fin y al cabo todos tenemos transversalidades además de la sacrosanta oposición derecha/izquierda. Simplemente votad a vuestra segunda opción. Tampoco estaría tan mal que mandaran las feminista, los ecologistas o los animalistas. Si ya se que se pueden poner objeciones. Analicémoslas.
1) Una elecciones son lo suficientemente importantes como que no juguemos con ellas. Ellos juegan ¿Por qué no nosotros? ¿Estáis convencidos que esos partidos lo harían peor que los cinco cantamañanas? ¿Es que Falange va a ser peor que VOX o Ahora Madrid peor que Podemos? Sabemos que los cantamañanas no sirven para gobernar ¿Por qué no probar con otros? El sentido del voto por exclusión (si este no vale, probemos con este otro) es más habitual de lo que suponemos. Incluso el voto de castigo es un voto habitual. ¿No me diréis que no se merecen un voto de castigo. Incluso cuando no gobierna nadie (el año de Rajoy, las últimas 20 semanas, los quinientos y pico días de los belgas) las cosas no parecen cambiar… excepto porque hay menos corrupción al no poderse repartir los dividendos. Incluso os diría que los poderes fácticos (bancos, petroleras. eléctricas, la Iglesia, etc.) van a mandar igual o quizás menos. Por lo menos tendrán que rehacer los contactos.
2) Es el dilema del prisionero. Se trata de decir que sí y después votar a los de siempre, aprovechándose de la ventaja que da, el que unos cuantos tontos voten a las minorías. Doy por supuesto que muchos (los de la servidumbre voluntaria, los masoquistas, los miedosos, los idealistas) seguirán votando a quienes nos han dado por el ole en esta legislatura. Solo con que les quitáramos la mitad de los votos (y de los escaños) el castigo sería tremendo. Al final los bloques se reharían como siempre y volveríamos al bipartidismo o al bibloquismo. Seguramente sería más fácil que se pusieran de acuerdo sabiendo la que les espera si no lo hacen. Los políticos y los incontables cargos de confianza votarán a los cinco cantamañanas -eso está cantado- pero insisto, robarles la mitad de los votos sería un sueño.
3) Es una oportunidad tan grande para los partidos minoritarios que deberían desmelenarse y prometer lo que los cantamañanas no nos darán nunca. Es como una amenaza de huelga de representatividad. El voto juvenil aumentaría ante ofertas transversales: I+D+I, energía limpia, el fin del diesel, el fin del calentamiento global, los derechos de los animales, Igualdad de género, el fin de la reforma laboral, la rebaja de las tasas judiciales y académicas, un plan de empleo juvenil, reforma de la ley de enjuiciamiento criminal para que no se escape ni un corrupto, ajustar las tuercas a los bancos, presión fiscal proporcional, lucha contra los paraísos fiscales, alquileres justos, etc.
4) La aparición de asociaciones de electores que ofrezcan votos a cambio de mejoras (no son los partidos políticos los que ofrecen, son los votantes). Partidos políticos cooperativos (al modo de las cooperativas laborales o agrícolas). La epimemética (el cambio del ADN social mediante una democracia participativa y no representativa). La farmacia cooperativa. La sanidad cooperativa. La democracia directa (referéndum, iniciativas populares, consultas a los ciudadanos durante la legislatura, asociaciones vecinales con poder de decisión). Toda una nueva política podría aparecer a la sombra de los glucagones (o mejor, en vez de ellos). ¿Una utopía? Una revolución política e incruenta. Nada que perder y todo que ganar. Una oportunidad.
El desgarrado. Septiembre 2019.