» 13-12-2019

La 14-10 legislatura. Posgobernar es muy difícil.

Decía Rajoy -con esa manera de apoyar sus palabras que las hacen parecer como algo importante- que gobernar es muy difícil. A juzgar por las maniobras de los presidentes tras su cese yo diría que lo que es difícil es posgovernar. Asistimos a la resurrección de Rajoy -que tras liquidar su destino en Santa Pola, que le estuvo esperando 30 años- recorre los medios reivindicándose como salvador de la patria. A golpe de demagogia y chistecitos, retranca y mohines de complicidad, esboza el perfil de un estadista impecable que -en el que nosotros, al menos- no reconocemos aquel zafio impresentable que contaminó la política española durante muchos años. Porque la historia no se reescribe y los errores de Rajoy son descomunales. No diré que los de González y Aznar, sean menores, pero sí que, los de Rajoy, necesitan matización.

 

Para empezar no podemos olvidar su gestión del accidente del Prestige y aquellos hilitos que contaminaron durante diez años el marisco y las costas gallegas. La gestión fue nefasta y chapucera (chapapotera). Semejante actuación hubiera sido suficiente para que desapareciera de la vida política,  pero en el cuaderno azul de Aznar estaba marcado como su sucesor (parecía el más manejable) y aquello lo mantuvo vivo hasta que ganó -por fin- las elecciones. Las ganó  diciendo que bajaría los impuestos y no lo hizo. Por el contrario subió no menos de cincuenta de ellos… que luego bajaba modosamente antes de las elecciones (la caña y la zanahoria como dijo su escudero Montoro). Si algo le distinguió es que siempre aprovechó los ajustes de impuestos para favorecer a sus patrocinadores. Su reforma política consistió en la reforma laboral y en los recortes. Metió la tijera por donde más le dolió a la clase trabajadora (los salarios y las prestaciones sociales) pero también arremetió con la I+D+I, la educación y la sanidad. Con la primera abarató el despido, suprimió la negociación de los convenios, recreo las agencias libres de (re)colocación y reinventó a los autónomos en falsos autónomos (trabajadores asalariados con sus propios medios de trabajo y sin cobertura social. La precariedad fue su legado. De hecho inventó a los trabajadores pobres, los que no pueden llegar a fin de mes. La desigualdad creció con él exponencialmente. Se comió la hucha de las pensiones y falseó todas las estadísticas.

 

Su actuación en el entonces vigente plan de energías alternativas fue el desmantelamiento, de forma tan chapucera, que dejo miles de reclamaciones pendientes por haber incumplido las promesas que se habían hecho a los inversores. No solo perdimos el tren de la modernidad energética (que se congeló) sino que nos metió en un charco de demandas del que todavía no hemos salido. ¿Para qué? Para favorecer a sus amigos de las eléctricas, las gasistas y las petroleras. No de peor manera se porto con los bancos a los que rescató por casi 70.000 millones € mientras cacareaba que no había habido rescate. Pero no fue suficiente. Su protección a los bancos de los desmanes que habían cometido, alcanzó incluso a enfrentarse con la UE: preferentes y subordinadas (vendidas a inversores inexpertos), chanchullos con el euribor y otros índices, cláusulas abusivas, cláusulas techo, desahucios, hipotecas subprime, abusos continuos en la contratación de cuentas y de efectos financieros, etc. Es difícil saber como pudo gobernar, estando como estaba continuamente legislando para salvar a sus amiguetes. La recolocación de los bancos quebrados y de los inmuebles descolocados dieron lugar a toda clase de mangoneos (venta de bancos por un euro, miles de inmuebles vendidos a precio de saldo a fondos buitre). Es de suponer que tantos favores le debieron reportar pingües beneficios.

 

Durante su mandato se destapó la red de corrupción partidista más grande de toda Europa. Hasta cincuenta casos de corrupción anegaron al PP durante su mandato. El partido fue condenado como mafia por sus prácticas, que si bien no recibieron el castigo judicial que merecían (por prescripción, por jueces amigos, por desaparición de documentación, etc), nos permitió comprobar, en las transcripciones de sus conversaciones, la magnitud del choriceo y la mafiosidad de los protagonistas, dignas de una película de Scorsese. Baste decir que todos los tesoreros del PP y los últimos tres presidentes de la comunidad madrleña está imputados en causas penales. Siempre lo negó y a lo más que alcanzó fue a disculparse por ser amigo de Bárcenas (¡Luis, se fuerte!). El caso Gürtel le llevó a una moción de censura y su consiguiente sustitución, pero esa no fue su única hazaña privativa de un presidente del gobierno, también consiguió tener que declarar ante un tribunal por las causas de corrupción que inundaban su partido. Ganar elecciones completamente dopado fue uno de sus grandes legados. Práctica antidemócrata en donde las haya.

 

No es de extrañar que tenga que recorrer los foros mediáticos reivindicando su legado. Lo que no sabemos es ¿por qué? ¿qué pretende? Sabemos lo que pretendían sus antecesores: notoriedad. No se resistían a haberlo sido todo y a no ser nada. Mendigaban reconocimiento y un mal asunto al que hincarle el diente. Aunque fuera mediar en una venta de armas. No parece ser el caso de Rajoy. Alguien le ha dicho a Rajoy que Casado no va a durar. Sin embargo, yo personalmente, creo que es irreciclable. Las ocho horas que se pasó en el restaurante llorando y bebiendo -y que no recuerda- calaron en el inconsciente colectivo. Nunca los medios trataron así a un político. Aquel bolso de SSS en su banco del Parlamento era como el zapato de la víctima en un atropello. Nunca los medios antes habían cubierto a alguien como se le cubrió a él, como solo se cubre al rey. Su rehabilitación pasa por que recuerde, no solo lo de aquella tarde, sino toda la mierda que vertió sobre los españoles. La precariedad laboral, el desmantelamiento oneroso de la política de energías alternativas, el rescate bancario, la protección a ultranza de los poderes fácticos. Probablemente son estos los que están detrás de su rehabilitación. Cuando España cae en manos de los radicales y los golpistas quien mejor para “rescatarla” que superrajoy. Que dios nos pille confesados.

 

El desgarrado. Diciembre 2019.




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