» 03-05-2021 |
Hoy es jornada de reflexión es decir: día de descansar para los candidatos y recuperar la cara de triunfo, por si acaso. Normalmente se reflexiona en Sábado para votar el Domingo. Pero la convocante decidió que se votara en Martes no lectivo, es decir con los niños en casa. Evidentemente fue una casualidad porque es impensable que una político/a maquine algo que si bien puede ser legal, éticamente es deleznable, sin contar el dineral que les cuesta a los empresarios las cuatro horas que disponen los ciudadanos para votar. Para ser la princesa de los empresarios no lo ha hecho demasiado bien. Fiel a las directivas de la ley electoral, me apresto a reflexionar tal como la ley prescribe, aunque en el norte de Europa se pueda hacer campaña hasta el día de la votación (con lo que quiero decir que esa frase que tanto gusta a los políticos: como las democracias de nuestro entorno… no es cierta).
Estas elecciones marcan un antes y después en las campañas electorales. A partir de ahora (al estilo de Trump) no se trata de exponer un programa de gobierno sino de: 1) lanzar eslóganes vacíos: socialismo o libertad, comunismo o libertad, Sánchez o libertad, fascismo o libertad, libertAd con A de Ayuso, 2) desautorizar al enemigo, medios de comunicación incluidos, 3) Interpretar el papel de la jovencita (Tiqqun), 4) intoxicar de modo que nadie sepa quien es responsable de qué (salvar el culo), 5) matar, si es preciso, por la poltrona: comprar a los diputados que haga falta para ganar, 6) hacer todas las trampas que cuelen en la aplicación de la ley electoral, realizar campaña desde las instituciones, convocar las elecciones (innecesarias) con riesgo de la vida de los ciudadanos, o copar los espacios de la TV con ocurrencias continuas, 7) generar sondeos falsos que descoloquen a los indeciso, 9) convertir las eleciones locales en nacionales : lo que está en juego no es Madrid, es España, etc. !0) Doparse convenientemente, con dinero negro, para ganar las elecciones.
Y a partir de este bochornoso espectáculo voy a reflexionar. 1) Eslóganes vacíos. Las leyes no suelen definir los términos que usan. Eso se lo dejan a la doctrina. De este modo la interpretación de las leyes siempre está abierta. De hecho el CC prácticamente empieza estableciendo las reglas de su interpretación. Los políticos tampoco definen sus conceptos, aún cuando sean tan significativos como fascismo, comunismo, libertad, igualdad, democracia etc. ¿por qué lo hacen? porque la interpretación popular es simplificadora y sesgada: cada cual puede interpretar lo que quiera. Por eso los eslóganes son vacíos. Empecemos por el principio ¿qué es un político?: Un político es aquel que dice lo que (no) va hacer. Se juntan en esta sencilla formulación dos conceptos antitéticos: decir (teoría) y hacer (práctica). O prometer y dar trigo como dice el refrán. Pero sabemos que la política es la acción, para nada la teoría. ¿Por que entonces anteponen lo que dicen (la teoría) a la acción? Se llama prometer: dicen lo que van a hacer y que no harán. Pero tanto va el cántaro a la fuente que las promesas electorales se han convertido en papel mojado. ¿Cuál es la solución? ¿Cumplir? No. Mucho más fácil: no prometer. Es decir los políticos son aquellos seres que ni dicen lo que hacen ni hacen lo que dicen. ¿Coherente, no?
Y ahí entran los eslóganes vacíos: lo que dicen está vacío y lo que hacen nunca se hará. Los políticos son seres vacíos llenos de buenas intenciones pero vacíos de realidad. De hecho solo pueden aspirar a ser guapos, simpáticos, ocurrentes o buenos oradores. La honradez -como en la mili- se les supone. Sin embargo tanto en la teoría como en la práctica esos conceptos que con tanto ahínco vacían tienen significados precisos. Fascismo a nivel teórico (filosófico) quiere decir una interpretación de la realidad en clave negativa, la preponderancia de la nación (que conduce al suprematismo y a la xenofobia), y tres normas de actuación: la fuerza, el pragmatismo y el coraje Es decir: la única razón es el pragmatismo, aplicado por la fuerza y con un par de cojones. Lo dijo alguien como Habermas criticando (“Hay que hablar de Heidegger contra Heidegger”) la actuación de la Alemania nazi (excepto lo de los cojones). Comprobad cuantos partidos comulgan con estas ideas. A nivel político el fascismo es un totalitarismo (Hitler alcanzó el poder a través de las urnas pero se enquistó en él mediante una dictadura de facto), genocida (4.000.000 de judíos exterminados), imperialista (quiso dominar Europa), racista (no solo los judíos sino también los gitanos y los marginados), xenófobo (suprematistas arios), con instituciones siniestras dedicadas a la represión (SS), antidemócratas y en un estado permanente de propaganda.
El marxismo (del que saldrían el socialismo y el comunismo), si atendemos a la teoría, pretendió un mundo mejor y más justo apoyando la causa obrera (los niños y las mujeres trabajaban en las minas y la jornada laboral era de 14 horas). Su puesta en práctica fue tan poco brillante como las del fascismo. El comunismo de estado (URSS, China, Cuba) se convirtió en totalitarismo y en purgas, progromos y desigualdad. De él se desgajó el socialismo y el comunismo de partido (el eurocomunismo) que aceptó las reglas democráticas. No existe fascismo democrático (o por lo menos ellos no lo admiten, aunque participan de su ideario) sin embrago sí existe el socialismo y el comunismo democrático, por lo que no son comparables. El feminismo es un movimiento de liberación de la mujer, absolutamente pacífico que es admitido (otra cosa es que lo pongan en práctica) por todo el arco parlamentario excepto los partidos, que aunque no admiten serlo comulgan con los cinco apartados que hemos citado.
La libertad es un concepto límite. No solo limita con la libertad de los demás sino que simplemente es un efecto secundario de la razón: la facultad de decidir. Libertad es votar, decidir quienes serán nuestros verdugos en los próximos años (dos años, afortunadamente). Decir que libertad es un partido (Diaz), hacer lo que te de la gana (Diaz), no encontrarte con el ex (Diaz) o que la libertad es una manera de nacer (madrileño), un estilo de vivir (en Madrid), o tomar cañas con los amigos, es una pamema. Libertad es decidir sobre cosas importantes o factibles, que nada tienen que ver con donde naces, que acento tienes, qué te da la gana, las cervezas que te tomas o la vergüenza que sientes al cruzarte con tu ex. Banalizar la libertad (un ideal) de esta manera es bochornoso. Pero de donde no hay nada se puede sacar. Pero también os diré otra cosa: si vuestra libertad os pide Diaz, pues votad Diaz. La libertad es también el derecho a equivocarse… aunque sea despilfarrarla.
Por hoy no da tiempo para más, pero para reflexionar ya hay suficiente. Solo os pediría tres cosas: no votéis por lo que dicen sino por lo que han hecho. A un gestor no se le han de pedir teorías sino gestiones; entended los conceptos por lo que son y no por lo que quieren que entendáis. Comunismo y libertad no son oponibles, como no lo son ultraliberalismo y libertad; Votad. Es vuestra única arma y vuestro único pasaporte hacia la reivindicación. Recordad que no votar es regalar el voto a Diaz (la lista más libremente votada).
El desgarrado. Mayo 2021.