» 17-07-2021 |
El PP es básicamente marrullero, y al decir marrullero quiero decir que no aplica los mismos parámetros para juzgar a la izquierda que para juzgarse a sí mismo. Por ejemplo la historia. Ellos no descienden (¡y por línea directa!) del dictador Franco, de los fascismos alemán e italiano y del ultraliberalismo desigualitario moderno; no hablan del pasado porque lo que les interesa es el futuro y por tanto todo el pasado del PP es algo de lo que no tienen que dar explicaciones, aunque sea el mismo partido y así lo consideren los tribunales. Podrían refundarse pero prefieren la intoxicación y la marrullería (y cambiar de sede, como si el problema estuviera en el cuartel. Sin embargo consideran a la izquierda heredera por línea directa del comunismo soviético y de sus desmanes (no mayores que los de Hitler); los partidos democráticos de izquierdas, si están a la izquierda del PSOE (lo que no es difícil), son radicales, aunque nunca haya habido un sentencia que lo avale, como es el caso de Podemos y de IU; los independentistas son partidos no constitucionalistas porque aspiran a la independencia como si esa aspiración fuera delictiva. Evidentemente los que infringieron la ley deben ser condenados y lo han sido, pero los que simplemente aspiran a la independencia son tan constitucionalistas como los fascistas… o quizás más.
El Constitucional emite una sentencia que si bien en puridad puede ser ajustada a derecho, de facto conduce a un callejón sin salida: el Estado de Alarma solo puede aplicarse si no se recortan los derechos fundamentales por lo que en la lucha contra la pandemia se debió aplicar el Estado de Excepción. Pero el Estado de Excepción no está pensado para una pandemia sino para situaciones en que el estado político está en peligro (guerra o revolución), por lo que no puede aplicarse sin vulnerar la seguridad jurídica. ¿Cómo resuelven sus señorías ese problema? Muy sencillo: determinan que la pandemia puso en peligro el Estado político. Ellos mismos, si se lo hubieran consultado. hubieran dictaminado que semejante interpretación estaba cogida por los pelos. Pero de esta manera se condenaba al Gobierno y esa es la principal misión de que unos tribunales profundamente derechizados, no hayan sido renovados por el bloqueo del PP. Esta sentencia es culpa de ese bloqueo, es decir del PP. Estamos ante una situación en la que la ley no es adecuada (por la imposibilidad de prever la pandemia) y la solución que nos dan los jueces es decir que el recorte de derechos debería haber sido más duro (el Estado de Excepción). No sentencian en contra del recorte de los derechos humanos sino a favor de que hubieran sido (y a partir de ahora serán) más restrictivos. Los jueces han dictaminado que la ley está mal hecha y no es capaz de afrontar el problema de la pandemia. La ley fue aprobada por el Parlamento. ¿De quién es la culpa?
La ultraderecha se lo apunta como una victoria ya que su única misión es desalojar a los de izquierda del poder, y vende la sentencia como que los jueces del Constitucional han tumbado el Estado de Alarma. Olvidan que VOX exigió dicho estado al gobierno y ellos y el PP aprobaron un estado de Alarma que se debatió en el Parlamento, por lo que no es una obra del Gobierno, sino de los representantes de la Nación. Poco importa intoxicar a los ciudadanos mintiendo y marrulleando, porque el tiempo pasa, la economía puede mejorar y entonces la posibilidad de desalojar a la izquierda será remota. Por eso empujan con todas sus fuerzas (mintiendo) para conseguirlo antes de que la mejora llegue. No quieren la mejora sino sus réditos: el mangoneo. Tal y como dijo el ministro de hacienda de Rajoy: ¡que se hunda España que ya la levantaremos nosotros! No está en juego España -para la derecha- sino el poder, ese poder que dios les dio y que ahora les ha usurpado un partido democrático y sus socios democráticos utilizando medios democráticos.
El Tribunal Supremo falla en contra del Gobierno de Aznar en el caso Couso (un periodista matado en la guerra de IRAK por los USAnos). El gobierno abandonó la defensa de un ciudadano español asesinado por USA, para no tener que enfrentarse con un socio poderoso que le dejaba poner los pies sobre la mesa y le pegaba el acento. Podría haber tomado otras medidas compensatorias pero no lo hizo. Había que poner el culo y se puso. Punto. Aznar ya era famoso porque cuando “había un problema lo resolvía”, en aquella ocasión: el caso de los emigrantes, fue con una devolución en caliente y en el caso de Couso mirando hacia otro lado. En aquel momento la ley española obligaba a defender a los españoles muertos inicuamente en el extranjero. Lo que se hizo fue cambiar la ley para que eso no fuera necesario. No solo se abandonó a Couso sino que también se cerró la puerta para que no pudiera haber futuras reclamaciones. Pero la denuncia fue por abandono de la obligación de socorro y el Supremo ha sentenciado a favor de los demandantes (la familia de Couso). Ese es el pasado del PP del que el pollo descabezado no quiere hablar porque es el pasado y él, solo habla del futuro. De ese futuro en el que se ve en la Moncloa del que fueron sacados ilegalmente porque el poder a la derecha… le pertenece por derecho divino. Amén.
El desgarrado. Julio 2021.