» 24-07-2021 |
Hace unos meses, cuando Iglesias se dedicaba a la política, afirmó que España no era una democracia plena. El escándalo fue mayúsculo. No se le echaron encima la oposición (que lo hubiera hecho dijera lo que dijera, e incluso si no dice nada) sino también sus socios de Gobierno, y por supuesto, los periodistas alineados, más atentos al eslogan que a la realidad: para un político es un desdoro no habitar una democracia, es de suponer que por la parte que le toca. Estuve y estoy de acuerdo con él. Tenemos una democracia mejor que muchos países pero manifiestamente mejorable. La democracia es una planta que necesita agua, sol y alimentos, y si bien puede mejorar si se le habla, no vive de eso sino de los cuidados. Si Platon circulara por nuestros tiempos diría que la democracia es la apariencia, y la esencia está podrida por el capitalismo y como dice Juppe (“El fetichismo de la mercancía”) el capitalismo somos todos, aunque los ideológos son los conservadores-liberales. Y como para muestra basta un botón os voy a exponer unos cuantos ejemplos de esa deficiente democracia que “disfrutamos”. En la teleserie “The Hour” (Prime), un político dice: “la democracia es, en resumen, el derecho a preguntar. Y la pregunta fundamental es ¿vivimos en una democracia?
Mi cardiólogo me recomienda que haga deporte. Voy a una piscina y gimnasio municipal y me dicen que necesito un certificado médico (supongo que debido a mi edad) que les salve el culo en caso de accidente cardio-vascular. Conecto con mi CAP que me dice que ellos no hacen eso: que me vaya a la privada. Me lo dicen por teléfono para que no quede rastro (la consulta la hice por internet). Salvar el culo, resolver por teléfono y privatizar los servicios básicos. Tres rasgos evidentes de una democracia.
Viajo en avión con Vueling a Ibiza. Había visto como a un viajero le obligaban a dejar de comer un caramelo porque tenía que llevar la mascarilla. Pido una cerveza. ¡Ya puedo quitarme la mascarilla! Como dicen en Catalunya: “Pagan… Sant Pere canta” Durante la pandemia los que fuman y los que beben han sido dispensados de llevar la mascarilla. Fumar y beber son dos situaciones que aumentan el riesgo de contagio. También son un gran volumen de electores y cotizantes de impuestos especiales. Pero no comentaré las enormes y variadas contradicciones en la que han incurrido el gobierno y la oposición. Para las primeras está la oposición y para las segundas no está nadie.
El constitucional tumba el Estado de alarma porque era poco duro. Lo adecuado hubiera sido el Estado de excepción. Para defender los derechos de los ciudadanos se afirma que el estado debía haber sido más duro con esos derechos. La culpa no es de ellos (que aplican, -o deberían aplicar- la ley). La culpa es de unas leyes tantas veces legisladas en caliente y tantas veces en componendas con los poderes fácticos (a cambio de pingües beneficios). Pero hay otra cuestión. Los políticos se autootorgaron, cuando redactaron la Constitución, el estatuto de ignorantes: para ser político no hace falta título alguno (ni colegiación profesional). Si los mejores profesionales son los mejor formados, está claro cuales son los peores: los que no tienen (por ley) formación alguna. La democracia es el gobierno del pueblo (?) representado por una pandilla de ignorantes. Por cierto, Casado -que consigue sus títulos de forma más que sospechosa- ataca los éxitos que Sánchez consigue en USA, basados precisamente en su formación. Es natural que no crea en la formación.
El Gobierno rescata a “Plus ultra” una compañía aérea que casi nadie conoce. No se puede subir el salario mínimo pero se puede rescatar a una mierda-compañía sin ninguna incidencia en la economía española. El contubernio de los políticos con los poderes fácticos es desde los ’80 un hecho. Bancos, gasistas, petroleras, farmaceúticas, la Iglesia católica (la mayor inmobiliaria del mundo… exenta del IBI), las financieras y las multinacionales gozan de privilegios desmesurados. Y le llamo contubernio porque a cambio de los rescates y de las concesiones fraudulentas, de la legislación “ad hoc” y de la subvenciones los políticos recibirán jubilaciones doradas en suculentos consejos de administración.
El otro contubernio es con los medios de comunicación. La película “La verdad” lo explica con claridad. En general las películas de grandes periodistas que se enfrentan al sistema… ganan “Los papeles del pentágono, Garganta profunda, Spotfight.)… Aquí, pierden (como siempre en lo real). En “Primera plana” Wyler se ríe de ellos. Los periodistas afine pueden hacer varias preguntas en las ruedas de prensa (cuando no son por plasma o se vetan las preguntas), siempre a dedo. Los otros están incorporados al decorado. Políticos y periodistas son otra pareja necesaria como policías y ladrones, solo que en el primer caso todos son ladrones. Ladrones de democracia.
El desgarrado. Julio 2021.