La Iglesia reconoce que se apropio de casi mil inmuebles que no le pertenecían. Teniendo en cuenta que fueron 35.000 en los últimos años no es mucho reconocer… ademas de excluir del reconocimiento, los grandes templos como la mezquita de Córdoba, con ingresos turísticos multimillonarios. Nuestra parte del estado constitucional laico, que es evidentemente confesional, había propiciado que la Iglesia gozara del privilegio de los registradores y pudiera inmatricular inmuebles sin título alguno de propiedad. En ejercicio de ese enorme privilegio fueron 35.000 los inmatriculados por la jeta y ahora se reconoce que en mil casos se les fue la mano, es decir, robaron.

Es evidente que no le ha dado a la iglesia, de repente, un ataque de nobleza. Este asunto de las inmatriculaciones indocumentadas (cuando no contradocumentadas) hacía tiempo que traía cola y no es difícil traslucir que ha habido un acuerdo entre Iglesia y Estado para que la Iglesia hiciera un gesto con la ciudadanía y devolviera los casos más flagrantes de estafa. El ataque de nobleza ha sido parcial y no afecta a todos los inmuebles: se escamotean los grandes templos: los más rentables turísticamente) y muchos de los inmatriculados contradocumentados por los legítimos propietarios. ¡Si esto no es robar, que venga Dios y lo vea! La Iglesia española es uno de los tenedores más importantes del mundo (el Estado tiene 12.000 inmuebles en su patrimonio), que es como decir que es profundamente capitalista muy lejos del ideal de pobreza que predicó su fundador.

Pero el negocio inmobiliario no solo reside aquí. La iglesia está exenta del pago de IBI en sus edificios de culto, lo que no impide que lo amplíe a todo tipo de inmuebles (garajes, viviendas, hostelería, etc.) ante la pasividad de los gobiernos de derechas y de izquierdas. De nuevo la Iglesia defrauda a los ciudadanos (Hacienda somos todos) robando enormes cantidades de capital. Otro de los negocios de la Iglesia son las donaciones y las transmisiones testamentarias. Miles de almas cándidas legan sus bienes a la Iglesia, sin que haya la más mínima transparencia en estas transacciones y sin que sepamos si pagan los impuestos correspondientes o, como el dinero de las colectas, se trajina en negro. Cáritas es una ONG que disfruta de todas las subvenciones y exacciones de este tipo de organizaciones sin ánimo de lucro. Teniendo en cuenta que la caridad está entre sus cometidos fundacionales es difícil entender porque detraen a los pobres esas subvenciones (un tercio de los trabajadores en España son pobres). Tampoco en este caso la transparencia  es ni tan solo mínima. La iglesia no solo trapichea con inmuebles sino que oculta celosamente su patrimonio y sus prebendas.

Hace poco la conferencia episcopal hizo declaraciones sobre la pederastia de los miembros de la Iglesia. Si en Francia contabilizaron 250.000 casos en España solo han encontrado unos cientos, porque solo contabilizan las denuncias fehacientes. El obispo de Tenerife arremete contra los homosexuales. Hace unos años acusó a los menores de provocar a los diáconos, obviando cualquier tipo de responsabilidad. La Iglesia se niega a aceptar su responsabilidad en este repugnante delito cometido al amparo de la representación divina. Mienten, haciendo gala de una realpolitik que para sí quisieran muchos políticos. El argumento es claro: el reconocimiento del delito sería contraproducente para los altos fines de la Iglesia. En una palabra: ¡qué importan unos miles de vidas destrozadas frente a las miles de almas que se perderían si se les aplicara la ley como a cualquier otro ciudadano! La ley ampara a los diáconos pederastas al permitir que sus delitos prescriban mucho antes de que el niño tenga los medios para denunciar. Un nuevo caso de realpolitik confesional.

Dicen que Foix, visitando la universidad confesional de Deusto comentó ante su grandeza: ¿Y si esto han hecho ustedes con el voto de pobreza, qué no conseguirán con el voto de castidad? Pues bien, en ambos casos lo consiguen todo, entre otras cosas convertirse en multinacionales inmobiliarias y mafias sexuales. Y además se adentran en la política cuestionando las leyes e influyendo en el voto desde el púlpito, aprovechándose de la presunción de veracidad y bondad que les confiere su jefe: Dios. Amén.

El desgarrado. Enero 2022.