» 10-01-2020 |
Durante años la derecha (actualmente ultraderecha extendida) ha tratado de intoxicarnos con que todo lo que no era la izquierda domesticada (es decir institucionalista) era la catástrofe. De poco sirvió que el comunismo español fuera no solo eurocomunismo sino también comunismo democrático y evidentemente tampoco le sirvió a Podemos que fue tildado de bolivarista, iranista, fidelista, etc. todo ello con documentos falsos presentados por Inda ante la opinión pública ante las cámaras de la sexta. Pareciera que olvidaban que la derecha también tiene un pasado totalitario y no en Venezuela sino en la misma España. Como en el caso de Convergencia en Catalunya, ellos habían cambiado de nombre lo que, por lo visto, les inhibía de responsabilidad, pero en ambos casos eran lo mismo y lo sabemos. La cuestión es que los comunistas fueron durante años el 10% de los votos hasta que se desplomaron con el muro de Berlín y las tesis de Fukuyama momento en el que hasta el nombre fue causa de vergüenza.
Pues bien, hoy los comunistas y radicales han vuelto al gobierno de la nación de España (¡descanso y cubrirse!). Nadie parece notarlo pero así ha sido. Que comunistas y radicales defienden a las clases más desfavorecidas no es un secreteo. Que su llegada supondrá mejoras sustanciales para trabajadores, inmigrantes, desahuciados, excluidos, etc, es evidente. Lo que también es evidente que será a costa de los pingües beneficios de la patronal y de sus gestores afines (léase políticos). Pero aunque esto sea un grito de alegría, también es un gesto de preocupación. A lo que acceden UP no es ministerios sino a cachitos de ministerio. Me explico. Iglesias tendrá una vicepresidencia entre cuatro. Un 25%. El resto de sus carteras tienen competencias desgajadas de anteriores ministerios. La operación ha consistido en desdoblar las funciones de los anteriores ministerios y ceder una parte (nunca mayor del 30%) a lo nuevos socios. Esta situación ya la denunció Iglesias en la anterior negociación (¡nos dan ministerios vacíos de compotencias!) pero no con suficiente énfasis. Es evidente que ahora ha aceptado esa vejación, él sabrá por qué.
La cuestión es que no les han dado ministerios sino que les han creado nuevos ministerios con escasas atribuciones mientras el grueso de las atribuciones se quedan en los ministerios de origen. Para disimular se cambian todos los nombres de los ministerios con nombres que para nada recuerdan a los anteriores. El bipartidismo sigue existiendo y utilizando las argucias que ha perfeccionado durante años. UP entra en el gobierno como becario y por tanto para trabajar, no cobrar y no ser reconocido. ¡Hasta en eso funciona la reforma laboral! Es de suponer que ni la ley mordaza, ni la reforma laboral, ni la reforma de la ley de procedimiento, ni la tasas universitarias, ni los delitos de odio, ni la dependencia, ni nada, serán reformados integralmente. Este gobierno no podrá ser derrocado por la ultraderecha extendida porque no tiene fuerza parlamentaria para ello. Ni siquiera por la falta de apoyo de ERC cuya determinación de alcanzar un independentismo democrático es evidente. Este gobierno caerá cuando se le caiga la venda a UP, cuando se de cuenta de que está en un gobierno de centro-ultraderecha.
De momento, tres días después de la investidura, ya empiezan las putadas. No solo Economía y SS están en manos de conservadores sino que las posibilidades de que se efectúen reformas con esos cachitos de ministerio que tiene UP son exiguos. Sin lealtad no es posible el gobierno y de alguna manera los ministerios de UP están duplicados por otros ministerios del PSOE. Es posible que Iglesias tenga mano izquierda para lidiar esta situación (lo dudo) pero lo que es seguro es que Sánchez no la tiene. Sánchez actúa siempre con la mano del centro, la que le cuelga. Ya me entendéis. Pero ¡pelillos a la mar! Tenemos un gobierno de coalición de izquierdas. La estúpida ultraderecha extendida presiona tan zafiamente que lo cohesiona. Esperemos que tengan tiempo antes de reventar, por unos o por otros, para mejorarnos la vida. Al fin y al cabo a lo único que podemos esperar los ciudadanos es el milagro. Todo lo demás nos está vedado.
Por cierto, inefable Revilla diciendo que ellos no han cambiado su voto (que lo han cambiado) sino que ha sido Sánchez quien lo ha hecho. Por si acaso ha reconocido que tuvo presiones en la esperanza de que no lo hayan grabado. No solo es el rey de los populistas sino que además maneja la posverdad como un ultraderechista extendido. No me gustaría ser su amigo. Es difícil protegerse la retaguardia cuando estás con un presunto amigo. Así es la política. Juego de trileros. Estoy deseoso de conocer la noticia de que Oramas se pasa al PP que la recibe con los brazos abiertos. ¡País!
El desgarrado. Enero 2020-