» 01-03-2022 |
El congreso del PP para “resolver” el problema de la confrontación Diaz-Casado ha sido la ocasión que ha escogido (Fra)Casado para despedirse de los miembros de su partido que lo han descabezado. El tono ha sido comedido, conciliador, un discurso de Estado en el que ha defendido su gestión y en el que no ha habido reproches para los que hace unos días pedían su cabeza inmediatamente. Tenemos que coincidir con él en que ha mantenido todas las mentiras con las que nos ha regalado en los cuatro años en que ha desempeñado su cargo. En eso ha sido coherente. Menos lo ha sido en su olvido de hablar de ser el azote de la corrupción de Diaz, que ha obviado clamorosamente. No se puede decir que “vine con las manos limpias y el bolsillo vacío” cuando no nos mostraste tus trabajos de master, dando la razón a los que afirmaban que nunca existieron, porque esa corrupción también ensucia las manos, aunque no llene los bolsillos.
Combatir la corrupción es combatir la corrupción económica y la política y, por supuesto, no amparar a los corruptos. En estos cuatro años no se ha denunciado a ningún miembro del PP y, por el contrario, se ha intoxicado la opinión pública, negando que la sentencia judicial que determinaba la culpabilidad del PP en el caso de la caja B, con la que se pagaron las obras de la sede, era una falsedad. La única denuncia fue la que se dirigió contra Diaz… y todos sabemos por que. Pero esa única denuncia -que por momentos sirvió para sacar pecho de “azotes de la corrupción”- no ha aparecido en el discurso de despedida. ¿Ha dejado de ser corrupción (cuando los datos que se publican son cada vez más claros)? No. Ha sido un gesto de amparo de la corrupción de los compañeros, de connivencia con las prácticas corruptas que ha sido la norma en toda su gestión (ocultando -por ejemplo- la corrupción de Diaz más de seis meses). Y no ha sido solo él. Todo el PP, con Feijoo (al que vimos con un narcotraficante, en su yate, en confraternidad amable) y Diaz a la cabeza, ha echado pelillos a la mar y ha decidido que esa corrupción de la Diaz no es más que la “normalidad” del PP.
Pero ha dicho más mentiras. Se ha presentado como defensor del constitucionalismo frente a las fuerzas del mal (independentistas rompespañas y herederos del terrorismo de ETA) a pesar de que la judicatura no ve indicios de anticonstitucionalismo en sus formaciones políticas presentes en el congreso. Constitucionalismo que no le ha impedido ni pactar con la ultraderecha (cuyo declarado inconstitucionalismo es palmario) o negarse a renovar la cúpula judicial (y otras instituciones del Estado) durante tres años, por infames intereses partidistas. Blindar la Constitución (en una situación de déficit democrático como el nuestro) por intereses partidistas, también es anticonstitucionalismo (por omisión) cuando la propia Constitución prevé su modificación. Por supuesto que comprar voluntades para torcer la voluntad popular expresada en las urnas le parece constitucional. Tampoco le ha impedido injuriar, desacreditar y calumniar (llamó felón y tildó sus razones de poltronismo, al presidente del gobierno, e insultó a los socios de gobierno como radicales chupones vendidos al comunismo bolivariano… sin conseguir -por cierto- a probar nada) en una campaña de crispación que se desdice de su presunta honorabilidad política.
Llama populistas a los demás, como si lo que hace el PP no fuera populismo extremo, desde Aguirre a Diaz, pasando por él mismo. Dice que el PP no debe caer en las provocaciones de la izquierda cuando el grueso de las provocaciones han salido de sus filas, y cuando sus razones y motivaciones son exactamente las mismas que las de sus opositores. En uno de sus discursos llegó a decir que VOX y PP eran partidos de centro-derecha ¡no acertó ni una!. Luego rectificó y tildó a VOX de ultraderecha. Trató de convencernos de que en CyL no se pactaría con la ultraderecha, desmentido por Diaz y -dentro de poco- por el muñeco presidente de la comunidad que -ahora- se verá liberado de los hilos que lo manejaban en la sombra. Porque lo único que le interesa (como él dice del PSOE) son las poltronas.
Es una pena que entre su toma de posesión (en la que prometió el oro y el moro) hasta hoy, el (Fra)Casado no ha hecho ningún discurso de Estado. Todo ha sido crispación, desacreditación e insultos. Probablemente eso ha sido una de las causas de que se haya descabezado al pollo. Podría haber detenido la hemorragia pero ha preferido dar bandazos caóticamente hasta desangrarse. Pocas veces hay tanta unanimidad en un partido a la hora de echar a su jefe supremo. Quizás por eso ha citado a todos los presidentes del PP menos a Hernández Mancha. Porque pertenece al selecto grupo de los presidente que han sido echados ignominiosamente. No ha sido César, pero nunca nadie tuvo tantos Bruto’s. Pero el error más craso ha sido ofrecer a un partido algo que no le interesa… por más que lo haya hecho de boquilla y con gran tibieza: la entereza ética, el fin de la corrupción. El amigo de los narcos le sucederá. ¡Toda una garantía!
El desgarrado. Marzo 2022.