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» 04-04-2020 |
Tras darnos los demoledores datos del día a día del coranavirus: los contagios aumentan a un ritmo del 6% diario hasta 125.000 y los muertos alcanzan ya los 1.000 casos diarios y subiendo, los medios nos dan los datos de los dados de alta. ¿Son significativos esos datos de altas o es el chocolate del loro? La estabilización no es cierta. Seguimos infectándonos a un ritmo de aumento del 6%/día. Por supuesto en el caso de los muertos (que van desfasados ocho días sobre los contagios) el aumento es mayor (no lo facilitan). Se pone el acento en las plazas de UCI al borde del colapso. La estabilización resolvería el problema, pero todavía estamos a un 6% de lograrlo.
1) Las altas indican que los enfermos se están curando sin saber con que curarlos y sin tener una vacuna (que va para largo, aunque el negocio será tan fabuloso que muchos laboratorios se parten los cuernos por lograrlo), es decir se curan por sus propios medios o por casualidad. Obviamente los laboratorios de las farmaceúticas empiezan por probar contra el virus sus fármacos más caros mientras que la sanidad pública empieza por los más baratos. De los fármacos ya existentes (y no específicos para el corona) se conocen los efectos secundario pero no los primarios (si son efectivos) y eso requiere pruebas que no son inmediatas. Con 15.000 sanitarios infectados (evidentemente no por su causa) el peor sitio para estar es un hospital y la única medicina que te pueden dar es el ¡ala chaval, que tu puedes! (aparte los cuidados paliativos). No creo que esa situación se pueda entender como un triunfo contra el virus.
2) Para que las altas fueran significativas epidemiológicamente contra el virus los curados deberían ascender al 40% de la población (18.000.000) y para que fueran inconstatables tendrían que ser todos lo que no están infectados o muertos. No parece que con 35.000 dados de alta podamos alegrarnos. Es evidente que no solo cuentan los fríos datos (que radiografían la situación). También hay que mantener la moral alta y el individualismo bajo. Y eso quiere decir engañar a la población para que no se vengan arriba, ni se desplomen de desesperación. Así las medidas se informan con cuentagotas: el confinamiento de quince en quince días, los índices realmente significativos, paulatinamente. En una palabra: los datos de curados solo son relevantes de cara a la moral pero no de cara a la solución de la crisis.
3) Los plazos de resolución de la crisis ya los sabemos. En Wuhan han sido tres meses. Claro que en China no tienen una oposición que solo vela por sus intereses electorales y contesta a todo lo que hace (y como lo hace) el gobierno. Llevamos 21 días. Nos faltan 70 más. Eso si el confinamiento se ha llevado con la disciplina que se llevó en China y si la oposición no consigue que las medidas se suavicen con el consiguiente riesgo de aplazamiento. Abril está perdido y Mayo… también a no ser que el gobierno sea gilipollas y ceda a las presiones de la patronal y de la oposición. De momento el ritmo de bajar el aumento de contagiados es peor que en China y en Italia. ¡Como para suavizarlas!
4) Mientras se habla de suavizar las medidas de confinamiento, las medidas de medios de protección (a medida que se dispone de ellos, cuatro meses después de iniciarse la crisis) arrecian. Tras decir que las mascarillas no sirven para protegerse ahora resulta que sí. Quizás se llamó inutilidad del recurso a la inutilidad de la autoridad sanitaria para conseguir ese recurso. Por otro lado se van endureciendo las medidas y las situaciones potencialmente patogénicas: Hay que lavarse las manos durante 20 segundos, hay que quitarse los guantes con un protocolo específico, las gotitas víricas de saliva permanecen en el aire hasta 30 minutos lo que obliga a ventilar, cuatro horas en el cartón (¡ojo a la venta on line!) y hasta 24 horas en el acero inox o el plástico. Los contagios domésticos pueden ser mucho más altos que lo previsto (y no se dan datos).
Que os voy a decir. No basta con tomárselo en serio. Hay que tomárselo con terror. ¡Esto es la guerra!
El desgarrado. Abril 2020.