» 14-06-2020

La 14-38 Legislatura. Partidismo, electoralismo, parlamentarismo y racismo sanitario.

Hemos asistido en esta crisis a la trifulca entre las distintas administraciones: central, autonómica y local respecto a las decisiones. Al principio fue el lamento de las autonomías que se conformaban mal con la idea de que fuera el gobierno central el que dirigiera el estado de Alarma. Era evidente que esa debía ser la figura jurídica y que debía estar centralizada para evitar la dispersión. Pero eso es igual. Había que manifestar la disidencia que unas veces fue partidista y otras, electoralista. En el caso del partidismo se trataba de desautorizar al partido contrario y en el caso electoralista se trataba de sacar pecho y reclamar autonomía de cara a las elecciones. Tampoco estuvieron ajenas las quejas que solo pretendían ser racistas: nosotros estamos sano y no queremos aguantar la invasión de las comunidades o provincias que están enfermas. En resumen: partidismo, electoralismo y racismo sanitario.

 

A medida que las diversas facciones tenían más autonomía, lo que se ha visto es como se les arrugaban los cuernos. Tras que Madrid acusara al gobierno central (de su partido rival) de maltratar a la comunidad de Madrid (la más afectada de principio a fin) cuando ha podido tomar sus propias decisiones se ha arrugado y no se ha atrevido a tomar decisiones que podrían tener consecuencias nefastas. En una palabra: si la decisión es tuya, es prevaricación; si es mía actuemos con prudencia. El caso de Madrid ha sido jocoso en este sentido. En el caso de la competencia sobre las residencias Madrid también ha dado la nota. Teniendo, como tienen, la competencia absoluta han tratado de echar la culpa al gobierno central -y sobre todo al de UP, para escamparse las pulgas. Claro que le han pillado prohibiendo el traslado de los mayores a los hospitales lo que solo se puede tildar de nazismo.

 

Pero también lo hemos visto entre administraciones del mismo partido en un, a modo de electoralismo sanitario. Algunas administraciones periféricas se han lamentado amargamente ante el gobierno central de su propio partido, de que se les marginaba o se les relegaba en la competición de quién estaba más sano, y por tanto tenía la mejor sanidad. Ocurrió con Valencia y con Extremadura que posteriormente recularon cuando pudieron tomar la iniciativa. Murcia y Ceuta y Melilla organizaron su especial trifulca contra el partido contrario del gobierno, simple y llanamente para desgastarlo como hiciera Madrid. Es de destacar que cuando han tenido que controlar a sus ciudadanos en las diferentes fases los resultados han sido pobrísimos.

 

Pero es de destacar que Murcia también ha sido la que se ha quejado más y mejor por el tema de la apertura de fronteras que corresponde a las autonomías (la fase 4 o de la nueva normalidad). Murcia se queja de que les manden enfermos aprovechando la apertura de fronteras sin reparar, por lo visto, que sus visitantes son mayormente madrileños. Les podríamos llamar los racistas sanitarios. ¡Qué cada cual aguante sus enfermos! Los independentistas vascos y catalanes se han mantenido bastante contenidos…. para lo que son ellos. Pero también llamativo ha resultado el parlamentarismo sanitario. El PP que votó en contra de las últimas renovaciones de los estado de Alarma, decide no avanzar en los estados de desescalada, es decir, se apunta al estado de Alarma. La Clavé del trio de la bencina (la derecha mediática) trató de justificarlo con escaso éxito en la sexta. ERC voto no en la penúltima y se abstuvo en la última, como si el estado de Alarma es algo que depende de negociaciones políticas y no de la salud de los ciudadanos.

 

¡Ciudadanos! vosotros votáis pero no sois el objeto de los denuedos de los políticos a los que habéis encumbrado. Para ellos lo importante es el partidismo, electoralismo, parlamentarismo y racismo sanitario. Tomad nota. Estáis en la cola de las preocupaciones de los políticos. Pronto habrá elecciones (si le sale bien la estrategia al contubernio ultraderechista) y tendréis que tomar en cuenta estas preferencias de los políticos. Ahora que los negros americanos llaman a la participación electoral para resolver el profundo problema racista norteamericano (USAno), los políticos españoles prefieren orientar el voto por otros derroteros.

 

Aún podríamos hablar de otra sección: la estadística sanitaria. Las encuestas dicen que menos del 50% de los encuestados entendían cabalmente de quien eran las responsabilidades de las distintas administraciones. Ni sobre el estado de Alarrma, ni sobre las residencias de ancianos. La Diaz ha sido especialmente intoxicante echando la culpa a Iglesias de sus enormes deficiencias con las residencias (casi 6.000 muertos). Porque lo revelan las encuestas es que la intoxicación funciona, que los ciudadanos no acaban de netender lo que los políticos no quieren explicar. Para la Diaz la culpa de esos muertos es de Iglesias. Momento sublime de la intoxicación y la mentira publicitaria en un campo en que las competencias están transferidas y el decreto no liberaba de la competencia. Claro que en el Parlamento también la ultraderecha extendida ha acusado al gobierno de los muertos del coranavirus. ¡País!

 

El desgarrado. Junio 2020.




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