» 15-05-2020

La 14-39 Legislatura. 50.000 sanitarios infectados.

Llamemos a las cosa por su nombre 50.000 sanitarios contagiados son 50.000 fracasos. No se ha podido proteger a los protectores. Es como si la solución fuera parte del problema. No se está resaltando esta incompetencia del sistema del modo que se debería hacer. Aquí no podemos equipararnos a los países de nuestro entorno. Ellos no tienen nuestro número de fracasos ¡ni de coña! Somos los campeones de la inutilidad, de los recortes, y del fracaso. Y eso tendría que reclamar responsabilidades. Todos son culpables. La sanidad está transferida a las CCAA por lo tanto, que cada palo aguante su vela. La responsabilidad del gobierno central sería la de no haber coordinado (históricamente) el trabajo de las autonomías. Pero la diferencia de presupuesto entre el gobierno central y las autonomías es abrumadora. 50.000 sanitarios infectados son 50.000 razones para que dimita cada político. Pero, no.

 

Porque lo que funciona aquí, como siempre, es el “¡y tú más!”. Todos quieren que la culpa sea del gobierno que les ha quitado las competencias. ¡Gracias a dios! porque la gestión que estaban haciendo las comunidades y que -a la vista de su actuación, pretenden seguir haciendo-, es desastrosa. Enzarzadas en una carrera a ver quien saca ventaja económica de avanzar en la fase, con un menosprecio total por las vidas de los ciudadanos. Todo son los votos y las poltronas. La economía. No es diferente de lo que pasa en el mundo, pero en España los muertos son españoles. Es evidente que el sistema de los políticos que tenemos no funciona. El partidismo solo quiere lo que le conviene. No quiere saber nada de los ciudadanos, ni del futuro. Solo ve la perspectiva de una convocatoria electoral y del deterioro del oponente. Todo lo demás se la trae al pairo.

 

Y con eso no quiero decir que el gobierno sea ejemplar, pero marca el ritmo. Como todos, toma decisiones partidistas como la manifestación de 8M, las concesiones a la autonomías de acuerdo a su peso, las concesiones a las líneas aéreas, descargarse en los científicos cuando las decisiones son solo políticas, y sobre todo, culpabilizar a los ciudadanos como si la culpa de todo fuera de ellos. Porque la culpa es evidente: los recortes en sanidad, en I+D, en funcionariado. Las privatizaciones interesadas. La economía de escala que hace que la masificación sea la solución. El desprecio por las medidas de control del cambio climático. El abandono de las residencias de nuestros mayores. Comparado con la Diaz A., es ejemplar. Y al decir gobierno, digo gobiernos. porque todos están pringados por mucho que píen echando la culpa a Sánchez.

 

Mientras los pijos se lanzan a la calle (¡quien lo hubiera pensado!) con total desprecio por las normas y el decreto, los bulos y los fakes (de pago, esto no se improvisa) invaden las redes, los tradicionales manifestantes, se confinan y tratan de ayudar. Así es la vida. El mundo al revés. Los ricos a la manifestación y los pobres a la obediencia. Consecuencias del populismo, de la ultraderecha, del ultraliberalismo que ahora exige que el Estado se haga cargo de rescatar a los empresarios, que los Ertes se alarguen, que los trabajadores se aprieten el cinto. Ni así se darán cuenta de que somos simples humanos al albur de un virus que no hace distinciones, aunque no todos tengan las mismas oportunidades de evadirlo. Así ha sido siempre y así será. Palabra de Dios. Te alabamos señor.

 

El desgarrado. mayo 2020.

 




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