La Diaz está tocada. La han pillado con un apartamento por la cara, con un protocolo para matar abuelos, quejándose amargamente del confinamiento y alargándolo cuando le confirieron las competencias. No hace falta que hablemos que las medidas en los restaurantes, en los bares y hasta en las iglesias no cumplen con las mínimas condiciones de prevención y además no ha sabido sacar partido de su enfermedad. Para colmo parece que Casado se desmarca de las directrices de Aznar (que sigue la Diaz a pies juntillas) y se apunta a una conciliación con el gobierno. Sus ataques a Iglesias tratando de endiñarle la gestión de las residencias no ha funcionado. La Diaz huele a muerto político. En una palabra, le quedan tres telediarios, dependiendo de las necesidades electoralistas de su partido, pero huele a muerto.

Y en lo de los aeropuertos tiene razón. No es de recibo que en un país con 30.000 muertos las medidas en los aeropuertos sean de mierda… o de condescendencia con los poderes fácticos. Pero todos sabemos que si la Diaz ataca a los aeropuertos es porque son competencia del estado central. En otro caso (en la ley de régimen local franquista. por ejemplo) no diría ni pío. Lo de la Diaz es el rencor. Porque hay que decirlo: las medidas que ha tomado la comunidad de Madrid (excluido lo de acabar con los abuelos) no difieren de las que ha tomado cualquier autonomía o el gobierno central. Los poderes fácticos mandan mucho, precisamente por que los políticos ponen el culo… y la mano egipcia. Es difícil atacar al oponente cuando ambos son rehenes del mismo capitalismo insaciable. Y solo quedaba un espacio: los aeropuertos. Si el gobierno tuviera cojones tendría que transferirle las competencias del  aeropuerto a la comunidad y así nos reiríamos a más y mejor. Pero eso no sería noticia porque inmediatamente -como lo ha hecho con el confinamiento- se desdeciría como si nada hubiera pasado.

Ellos son así, topológicos. Su verdad se ajusta a la situación en la que se encuentran. Aquello de que la verdad es intransaccional es pura filfa como lo es, para ellos, la ciencia y la filosofía. Ellos son prerracionales, míticos, presocráticos. Es una pena que no tengamos políticos del SXXI o cuando menos del SXV. Y sobre todo que no hayan sido filósofos, humanistas, hombres buenos. Pero cuando unos políticos se dan una constitución en la que no necesitan formación alguna, ni control (que no sea la de ellos mismos) que no consista en los comicios (que por cierto están absolutamente mediatizados). Y en ese campo de coles nace el repollo Diaz… y así nos va. Porque no podemos obviar que la pésima sanidad madrileña es hija de los recortes de Rajoy, de las privatizaciones de Aguirre y de la pasividad del PP para restaurar los niveles mínimos necesarios para que no hubiera ocurrido lo que ha ocurrido. ¿Que los aeropuertos no son seguros? evidente. Que tampoco lo son los metros, los trenes de cercanías, los restaurantes, los bares, los hospitales, los ambulatorios… etc. también.

Usted Sra. Diaz juega sus cartas porque no tiene otra, pero no engaña a nadie. Es usted un cadáver porque no ha estado a la altura. Su compañero Martinez -de partido y de comunidad- se lo ha montado bastante mejor. El nuevo C’s solo la aguantará mientras sus encuestas no remonten y eso ocurrirá pronto porque sus votantes querían un partido de centro y no de ultraderecha. Pero consuélese Sra. Diaz. También su partido está condenado: si se aproxima a VOX, este se lo comerá y si se aleja, nunca tendrá socios de gobierno. Lo del patriotismo y la bandera pasa factura. Bueno Sra. Diaz, ha sido un placer (es una fórmula de cortesía). Vuelva usted con su mentora Aguirre o con su paladín Aznar, aunque no se si le irá mejor que ahora. Pero no desespere. En política todo es posible. ¿Cómo si no hubiera llegado usted a presidenta sin otro palmarés que no fuera que todos sus antecesores (¿o debería decir antecedentes? están imputados o bajo sospecha? Todos la recordaremos, aunque solo sea por esa histeria que luce en sus últimos momentos de mandato. ¡Agur y tal!

El desgarrado. Junio 2020.