La línea dura de Casado se ha acabado….momentáneamente. Una legislatura que empezó con la posibilidad de que fuera corta se ha visto enredad por la aparición del virus. Los españoles no ven con complacencia que en momentos tan duros los partidos persigan exclusivamente sus objetivos partidistas. La actuación del PP durante esos momentos ha sido exclusivamente tratar de aprovechar la coyuntura para desalojar a “los radicales” del poder. Las encuestas no les secundan lo que muestra que esa estrategia no es bien vista por el electorado. Incluso los barones autonómicos como Núñez en Galicia han disentido explícitamente de la línea dura con buenos resultados electorales. Y a nivel municipal la actuación de Martínez en Madrid ha tenido mucho mayor éxito y respaldo que la de su correligionaria -y rabiosa con el gobierno- Diaz. Si a eso añadimos que la militancia PPera tampoco comulgaba con la línea dura de Álvarez llegamos a la solución de Casado: retirar a Álvarez el único apoyo que tenía: el suyo.

Casado a vuelto al redil lo que significa que se aleja de Aznar, el auténtico impulsor de la línea ultra. No estamos por tanto ante un simple cambio de vocero sino, posiblemente de un cambio de dirección de la estrategia del PP. Evidentemente no querrá eso decir que la oposición no siga siendo enconada y correosa pero podemos excluir que se llame a los padres de los ministros terroristas. El perfil de Sánchez ante el virus -prescindidendo de su acierto objetivo- está siendo ampliamente respaldado por los ciudadanos incluido parte del PP. Así las cosas le ha parecido a Casado que no es momento para disentir abiertamente y es mejor “arrimar el hombro” como tantas veces ha pedido Sánchez, calando en el sentir general. El acercamiento a las posiciones de VOX ha sido repetidamente denunciado por los analistas que no comprenden qué puede ganar el PP acercándose a la ultraderecha franquista y fascista por mucho que sean hermanos de leche.

Por otra parte se acerca el trámite de los presupuestos y tampoco sería bien visto que no se apoyaran (con la abstención, evidentemente) en un momento de emergencia nacional. Pero ¿cómo apoyarlos desde una posición de enfrentamiento a cara de perro? Se hace necesaria una pacificación de las posiciones y eso pasa por el cadáver de Álvarez. Demasiadas razones para no tomar la decisión criminal por más que sea cambiar de dirección con lo que eso supone para la carrera de un político para el que la homogeneidad es más fuerte que el contenido de la propia política desarrollada. Tampoco debe ser ajena a esta decisión el cambio de estrategia de las autonomías que tras oponerse de forma frontal al mando único ahora rectifican y piden al gobierno central que les proporcione directrices de actuación, cambio en el que ha participado hasta la Diaz, abanderada de la oposición frontal al gobierno. Tras el ataque de cuernos de la pérdida de poder ahora ven como positivo -ante la eminencia del desastre- que el responsable de las medidas sea Sánchez y no ellos mismos. Lo que no deja de ser significativo de que están convencidos del desastre y empiezan a tratar de salvar el culo.

Así vistas las cosas no es que Casado renuncie a su política partidista antepuesta al bienestar general sino que la reorienta supeditada a que sea el gobierno central el que cometa los errores para obtener el mismo resultado que hasta ahora perseguía ostentosamente: desalojar a la coalición de gobierno del poder. Porque, que la coalición consiguiera unos resultados aceptables -aunque fueran parciales- sería una catástrofe para los agoreros que han apostado por la debacle radical, el fin del mundo civilizado y la vuelta del comunismo bolchevique.

Álvarez no se ido mansamente. Ha organizado su circo para regocijo de los medios. Dentro de poco reaparecerá Aznar para ilustrarnos con su  magisterio casi-divino (como diría Wyoming) de lo que la derechona debe ser y defender: la santa cruzada. Todo juega a favor de Sánchez que está consiguiendo que un gobierno estructuralmente débil se mantenga con un grado de aceptación más que potable. El PP ha perdido casi un año (probablemente el tiempo que se daban para desalojar a los radicales) y hay que enderezar las cosas y ese enderazamiento es, hoy por hoy, la defenestración a cajas destempladas de la Álvarez. RIP. Con un poco de suerte funda un nuevo partido, aunque es difícil entender que quepa algo entre VOX y el PP.

El desgarrado. Agosto 2020.