» 26-11-2019

La 14-5 Legislatura. Reescribir la realidad.

Tradicionalmente la política fue la forma de cambiar las cosas (la realidad presente). Mediante ideologías o seudoideologías se trataba de cambiar el futuro. Ahora hemos entrado en una nueva era. No se trata de cambiar la realidad (el presente), sino el pasado. Por supuesto el futuro ya no le interesa a nadie. Vamos a los hechos.

 

1) Vox irrumpe (dentro de su turno, como O. Smith se encarga en recalcar. Sobre todo respetar las formas) en la conmemoración de las víctimas del machismo para decir que también son víctimas los hombres (¿del feminismo?). No importa que las víctimas sean inferiores al 1%. Para VOX son tan importantes (o más) que las víctimas femeninas. Es su manera de ningunear las 1028 víctimas femeninas  mortales de los machos airados. Es su defensa del machismo. Su mensaje es claro: lo importante no es el número de víctimas lo importante es que si también ha habido víctimas masculinas el problema es equiparable. Es como si acusáramos a los conejos de los accidentes de caza. Se trata de transgredir la lógica, los datos, las estadísticas, y la racionalidad más elemental. Pero una víctima les sale respondona y ¿cómo reacciona O. Smith? Escabullendo el bulto, mintiendo, acusando al mensajero. Esto no es política porque lo que se quiere hacer es cambiar el pasado: 1028 víctimas.

 

2) Martinez A. alcalde de Madrid por la gracia de VOX, decide retirar el memorial de las víctimas del franquismo instalado recientemente en Madrid. Los 200.000 € de coste no importan, lo que importa es que el memorial no es equitativo: no se hace suficiente hincapié en las víctimas fascistas. Los mismos que denunciaron el ajuste de cuentas que suponía el desalojo de Franco de su automausoleo, no dudan en ajustar sus cuentas -no contra dictadores sanguinariso- sino contra víctimas de una dictadura. ¿Cuando mentían. Cuando decían que el pasado, pasado está, o cuando lo resucitan taimadamente? Esa impavidez ante el desalojo de Franco era sospechoso. No era impavidez, era postureo. Ahora sabemos que la venganza estaba presta. Esto no es política porque lo que se quiere hacer es cambiar el pasado: si tu quitas a uno yo quitaré a 3.000.

 

3) Los demócratas impulsan una moción para ceñir un cordón sanitario a la ultraderecha. Los demócratas de “centro derecha liberal” se niegan (PP y C`s).  La ultraderecha no es el franquismo, son los compañeros que nutrieron nuestras filas hace pocos meses. En el caso de C’s no se cual será la justificación, pero sin duda será difícil. “Ya les hemos reconvenido” afirma Viñacís. Con un tirón de orejas, basta. Para Martínez A. VOX es el centro derecha. Franco denominó a España, bajo su dictadura, como una democracia orgánica. Muchos pensaron que era la democracia que le salía de los cojones. Nadie lo dijo. La policía era una policía política (como la Stasi, la KGB, etc.) y no era cuestión de pasar al memorial. Esto no es política porque lo que se quiere hacer es cambiar el pasado: lavarle la cara al fascismo franquista.

 

4) Como dijo Franco: “Estábamos al borde del abismo, y hemos dado un paso al frente”. Es difícil encontrar la democracia en España. En la derecha, ni rastros; en la izquierda escasa. Ahora llega la ultraderecha, franquista hasta la médula. Estamos dando ese paso al frente que nos sacará del borde del  abismo para llevarnos al abismo propiamente dicho. Ahora resulta que la coalición de la derechona con la ultraderecha es el “centro derecha liberal”. ¿Son idiotas o piensan que lo somos nosotros? Esto no es política porque lo que se quiere hacer es cambiar el pasado: hacer bueno el fascismo franquista.

 

No hay futuro para los ciudadanos. Votaremos en el día de la marmota hasta que dios provea. Porque los políticos han perdido la noción de lo que es el futuro más allá de arrellanar su puto culo en una mullida poltrona. El futuro es confort. Un culo arrebujado y caliente, si puede ser, por la eternidad. Desengañémonos: no ven, no saben lo que es el futuro, no van a cambiar las cosas. Por eso cambian el pasado. Por cambiar algo. No saben hacer lo que deberían hacer si fueran políticos y en ese caso solo queda una solución: ¡botarlos! Os juro por mi M. que si vamos a otras elecciones os votará vuestra puta M. Y no me amenacéis con que si llega la ultraderecha al poder las cosas empeorarán. Ya no pueden empeorar. Lo habéis roto todo. Por menos, los alemanes se liaron la manta a la cabeza. ¡Jugad, jugad, malditos!

 

El desgarrado. Noviembre 2019.




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