» 04-10-2020

La 14-55 Legislatura. Diaz cuantifica los muertos asumibles en Madrid.

En la guerra por salvar el culo que ha iniciado Diaz con el gobierno central,  este domingo “concede” una entrevista a ABC (diario ecuánime donde los haya) en el que cuantifica el número de muertos que se pueden asumir antes que lo que ella supone medidas necesarias para salvar la economía. La frase exacta es “No podemos confinar al 100% para salvar al 1%” Es decir nos se pueden aplicar medidas que afecten al funcionamiento económico por salvar 70.000 vidas (el 1% de los madrileños). Ya tenemos cuantificado cual es el monto de los “daños colaterales” (vidas humanas) asumibles para salvar la gloriosa gestión económica (el mantra) de los fascistas del PP.

 

Y digo fascistas porque cambiar 70.000 vidas por una hipotéticamente exitosa medida económica, solo de esa manera se puede calificar. Es un holocausto, un ritual sacrificial en el que 70.000 deben inmolarse para que (presuntamente) el 99% prosigan con su vida habitual y sobre todo, el PP pueda seguir con su mantra de que ellos arreglan la economía que la izquierda estropea (sobre lo que ya peroré en el anterior blog). En una palabra 70.000 vidas es el precio que el PP pone a salvar su culo y su mantra. Queda por fin claro qué es un político (en este caso de derechas): aquel para quien 70.000 vidas son el precio de tener razón. Si esto no es la guerra se le parece mucho. Durante años se dijo que la guerra era la continuación de la política por otros medios. Ahora se patentiza que la guerra es la continuación de la guerra por medios políticos porque entre guerra y política no hay diferencia alguna… ni siquiera en los muertos producidos.

 

Todos los políticos habían tocado el tema de economía versus vidas humanas sin alcanzar este grado de definición. Algunos se atrevieron a decir que más cornadas da el hambre (utilizando un símil taurino), pero otros han afirmado rotundamente que la única manera de salvar la cuestión económica es atajar la cuestión sanitaria. Pero eso no le importa al PP que lo único que busca es desestabilizar al gobierno en ese estilo golpe-estadista que le caracteriza desde hace años y sin ir más lejos en el bloqueo de la renovación de poder judicial, el defensor del pueblo, la dirección de RTVE, el Tribunal supremo, el Constitucional, y otros órganos decisivos. Juliana (subdirector de La Vanguardia) ya puso en evidencia que la aspiración de la Diaz a la autonomía absoluta dentro del estado de las autonomías en nada se diferencia de la de los catalanes independentistas al mando del gobierno de  Catalunya. ¿O no es un hecho diferencial que Madrid sea una España dentro de España como afirmó Diaz?

 

En los “países de nuestro entorno” Johnson apostó por esta fórmula (la selección natural) hasta que cogió el virus y se apresuró a rectificar. En América, Trump, Bolsanaro, Y López también apostaron por no hacer nada y  esperar a la vacuna/tratamiento. Nadie (y digo nadie) ha apostado por una estrategia conjunta a nivel mundial que es la única posible habida cuenta de que el virus no reconoce fronteras. En un hipotético caso de que Europa doblegara al virus ¿qué debería hacer: cerrar sus fronteras a cal y canto (es decir con un muro)? Nadie parece caer en la cuenta de que el virus (los virus) han llegado para quedarse. Estamos ante un cambio de Era: la Era ciber-vírica. El capitalismo que tanto confió en la economía ha sido vencido por un puto virus que ha demostrado que no es cierto que el progreso es imparable (nos hemos parado en seco), que el estado (investigación básica, estado de bienestar, comunidad mundial) es imprescindible, que el desarrollismo a ultranza genera una competencia que olvida las metas comunes y nos convierte en reinos de Taifas.

 

Ahora Trump ha caído enfermo en un a modo de justicia poética. Todo el mundo reza pero con distintas aspiraciones. Según la teoría de Diaz (tan afín en tantas cosas a Trump del que tantas veces ha tomado argumentos) No podemos parar la economía por un 1% de vidas. Mucho menos por la vida de un payaso loco, fascista, oligárquico y que ni siquiera -a juzgar por sus declaraciones de renta- sabe ganar dinero. La muerte de Trump no sería la muerte de 70.000 vidas sino la de uno solo. Y quizás serviría para reorientar esta crisis. Sería quizás la prueba de que Dios existe, que la justicia existe. Pero no será así. El no será tratado como se trató a nuestros mayores en las residencias que dependen de Diaz. Todos los medios se volcarán sobre él y saldrá adelante con la simpatía de los que se apiadan de los enfermos. Incluso si palmara, podría reinar después de muerto debido a esa simpatía que producen los muertos… incluso si son gilipollas, fascistas, canallas o del PP.

 

El desgarrado. Octubre 2020.




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