» 20-12-2020

La 14-66 Legislatura. Eutanasia: ¿Libertad individual o inmunidad de rebaño?

La ley de eutanasia no propone obligar a nadie (sería la opción de rebaño) a audeterminar su muerte, sino permitir una decisión individual (sería la posición individual) frente al dolor extremo físico o mental. Es una ley que permite al individuo tomar las riendas de su vida frente al avasallador dominio que la política ha tomado en los últimos cincuenta años de la vida de los ciudadanos. A ello responde la desaparición de la pena de muerte (no siquiera el Estado debe poseer la decisión sobre la vida o la muerte), el divorcio (la decisión sobre la propia vida es una decisión individual y de ninguna manera social, siempre que no altere la convivencia), el aborto (lo mismo más allá de la estúpida discusión religiosa sobre cuando se inicia la vida), la orientación sexual (lo mismo, a pesar de las creencias religiosas), el matrimonio homosexual o amplio (de nuevo contra la tendencia religiosa), etc. Un estado laico, aconfesional, no puede depender de directivas religiosas. El nacional-catolicismo debería haberse acabado con Franco. O mejor: no haber existido nunca.

 

La derechona, que reivindica la Navidad como celebración del nacimiento del salvador (?) “Porque somos un país cristiano y perteneciente a la civilización occidental” (Casado dixit) olvida el laicismo constitucional del Estado y que la Navidad es una orgía consumista lejos de ser una fiesta religiosa que Cristo no dudaría en disolver a latigazos.  La derecha siempre ha sido partidaria del “café para todos” es decir el “ordeno y mando” el autoritarismo a ultranza. No es fácil disimular el fascismo constitutivo. Todas las leyes que permiten libertades individuales les son ajenas: aborto, eutanasia, divorcio, matrimonio homosexual, leyes que un raquítico panorama de recorte de las libertades individuales, abre un poco el grifo y dota a la democracia de un contenido que no se ha cesado de recortar desde la ley mordaza hasta la inseparación de poderes pasando por la reforma de la ley de privacidad que permite a los partidos entrar en los datos de los ciudadanos. Cada uno puede insuflar a las tradiciones el sentido que sus convicciones religiosas le dicten siempre que no obligue a los demás a secundarlo.

 

De una vez por todas los cristianos deberían enterarse que su brutal influencia política se ha acabado, que los papas puteros, que los diáconos pedófilos, que los banqueros vaticanos, que los docentes sectarios, que los papas guerreros o anticomunistas, que la financiación de armas y prostitución internacional de los cardenales de finanzas, etc. se ha acabado. Supongo que Casado añora aquellos tiempos en los que el cristianismo era mucho más que una religión. Era una dominación abusiva, desconsiderada, beligerante y anticristiana. ¿Por qué los luteranos se separaron del catolicismo cristiano, por qué hubo tantísimas herejías, por qué hubo duplicidad de papas, por qué en el SXX la teología de la liberación disintió de la norma oficial sobre colonialismo, por qué a Galileo se le pidió perdón no antes del siglo pasado, por qué todavía no se ha atajado la galopante pedofilia del clero? Y ya puestos: por qué existió la inquisición durante tres siglos. Yo os lo diré: para que Casado supiera cuál era la línea a seguir.

 

La religión es dogmática (qué menos para la palabra de Dios) pero la política no puede (no debe) ser dogmática. Si Casado quiere dogmatismo que se meta a cura (claro que debería confesarse de lo de su carrera y tesis). Pero si quiere ser político que se olvide de la religión y que se dedique a la política. El último meapilas que la derecha del PP colocó en el gobierno fue Fernández Diaz. En nombre de sus ideas baleó a los emigrantes que nadaban en las costas de Andalucía, conspiró y mintió en el caso Kitchen contra un excompañero torciendo la ley a su favor y otras cosas que nunca sabremos. En nombre de la religión han orquestado leyes de educación que pretenden que el catolicismo esté profundamente presente en la sociedad o dicho mal y pronto: adoctrinar a los futuros votantes cuando todavía son niños. Y no se trata de libertad religiosa sino de favorecer a una sola: el nacional catolicismo. El judaísmo y el Islam -que también recogen las leyes de protección a las religiones- son vistas no solo con recelo sino con odio.

 

Ya nadie habla en el PP del aborto o del matrimonio homosexual (incluso lo usan con fruicción). Le han pasado el testigo a VOX. Dentro de poco no hablarán de la eutanasia o dirán -como en el caso de ETA- que desapareció gracias a ellos. Como decía Serrat en aquella canción: “Entre esos tipos y yo hay algo personal”. Dogmatismo y cinismo una fórmula que es capaz de sintonizar con muchos españoles. ¡Que asco!

 

El desgarrado. Diciembre 2020.

 




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