» 08-02-2021

La 14-80 Legislatura. PP: sopas y sorber.

El PP se retuerce ante el ataque de Bárcenas, pero no tiene defensa aunque lo intentan: 1) es un ataque del gobierno a través de de la ministra de Justicia, Delgado, un contubernio de esos que tan bien vienen cuando se tiene que defender lo indefendible. 2) Es el eterno retorno de las estrategias electoralistas. 3) No somos nosotros… aunque los anteriores eran honrados… si hubo algo fue de ello… aunque, insisto, fueron honrados… pero no somos nosotros. Y de por medio esa exquisita manera de expresarse de Casado que nunca responde a las preguntas (casi siempre ironiza con tal de no pronunciarse tajantemente), y utiliza términos que nada tienen que ver con el contexto periodístico en el que se le hacen. Veamos algunos ejemplos. “Mi equipo nunca ha contactado con Bárcenas” ¿Quién es tu equipo? ¿Es el PP, es una facción del PP, cuántos equipos hay? Todo resulta ser una ingeniería dialéctica en la que nunca se aclaran las cosas.

 

Casado repite y repite que en su partido la tolerancia con la corrupción es cero. Palabras. Los políticos son (deberían ser) tipos de acción, no de dicción. Deberían hablar para anunciar actos, pero no es así. A ellos lo que les gusta es el actorado, no de la acción sino de la dicción (y de la ficción). Sería muy fácil demostrar que el PP actúa con contundencia ante la corrupción. Podría, por ejemplo mostrarnos sus trabajos de tesis doctoral realizados en una Universidad famosa por repartirlos como rosquillas entre los políticos del PP. O haber investigado el asunto en vez de obtener de los juzgados que se sobreseieran todas las causas relacionadas. Podría haber abierto una investigación sobre los innumerables casos de corrupción (en su partido los tres últimos presidentes de la comunidad de Madrid están imputados por corrupción -la Aguirre caerá antes o después-) que afectan a ese pasado del que reniega. Podría condenar a todos los que están involucrados.

 

Cuando se anunció la iniciativa de Bárcenas, Maroto salió al quite y declaró que la contundencia contra la corrupción era impecable. La periodista le preguntó si abandonarían la sede de Génova, dada su vinculación incuestionable con delitos de uso de dinero negro. Contestó: “No ¿por qué?”. Contundencia verbal. Connivencia de acción. Muchas palabras y nada efectivo. No es cierto que estemos en un nuevo PP que nada tiene que ver con el pasado. Sin decir ni Pío sobre nombres todos sabemos que quedan en el partido en puestos relevantes elementos del antiguo PP, del presuntamente corrupto. He dicho muchas veces que la corrupción existe porque los que no trincan se callan de acuerdo a una omertá o a un compañerismo mal entendido. Unos trincan porque otros se callan. Delinquir no solo es pillar, también es callarse. ¿Alguien ha piado en el PP contra los presuntos delincuentes del pasado? No, ni lo harán, porque nunca sabes cuanto tardarás en encontrarte en su lugar. Excepto los mesiánicos (que son pocos) todos los políticos están ahí para trincar, unos: prebendas y otros: fajos de dinero, pero todos están ahí para lo mismo… con diferentes grados. Pero todos están de acuerdo en que el que se mueve no sale en la foto, como dijo Guerra. Algunos son delincuentes. El resto son cómplices.

 

El PP quiere que su partido sea uno y el mismo. El partido histórico de la refundación democrática del franquismo y el partido renovado de toda corrupción, por obra y gracia de la omnipotencia de las ideas, del discurso. Sopas y sorber. Tal como dijo el príncipe de Lampedusa: todo debe cambiar para que todo siga igual (Ver “El Gatopardo”). En  nuestro caso no cambia nada más que el discurso, la palabrería, los ladridos… pero todo sigue igual. Los actos (las mordidas) siguen siendo los mismos porque ¿para qué ser político si no puedes caciquear? No hay cojones para refundarse porque eso significaría dejar con el culo al aire a factótum como Aznar, Aceves, Arenas, (solo por citar los que empiezan por A) y eso no es cosa de gente bien nacida, de buena cuna. Total, hay que mantener la ficción de que el partido es nuevo cuando sigue siendo el mismo. No hay regeneración, no hay una nueva moral, no hay cojones para enfrentarse al pasado. Hay palabras, discursos, promesas, demagogia, quizás proyectos, pero no hay obras, actos, efectivaciones de las ideas. El desierto político de las palabras. Amén. Por eso VOX (con vuestro propio discurso) se os come.

 

El desgarrado. Febrero 2021.

 




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