» 15-02-2021

La 14-83 legislatura. El voto electoral. Más sobre la democracia plena.

La legislación española dice que el voto debe ser universal, igual, libre, directo y secreto. Pero solo lo dice. En esta democracia plena que disfrutamos según el PSOE, no se cumple ni una de estas prescripciones legales. Y trataremos de explicarlo.

 

1) Universal. Los juegos de manos que ha hecho la democracia para poder presumir de que el voto es universal… son asombrosos. Los griegos llamaron democracia a algo que ejercían los ricos o aristócratas (con un nacimiento determinado), ociosos, hombres, libres (no esclavos) y no extranjeros. Es decir: cuatro patricios (propietarios). Andando el tiempo los ilustrados llamaron universal al voto de los hombres (la idea de lo universal como algo que excluye a las mujeres es insuperable), y lo tabularon con un censo (una lista) en la que estuvieran incluidos (evidentemente por razones espurias) solo los tipos elegibles. Seguía habiendo una clasificación previa que determinaba el resultado. Los padres fundadores de la nación USAna hicieron una Constitución esclavista, de propietarios (capitalista), racista y hedonista (aspiraba a la felicidad). Los colonizados, los esclavos, las mujeres y los extranjeros) quedaron excluidos del voto. Pero ahora (a partir del SXX), parece que el voto es realmente universal. La edad para votar es controvertida. No se puede votar  antes de los 18, pero se puede ir a la cárcel a los 16, precisamente lo que Olympe de Gouges arguyó como razón para que las mujeres que podían ser ejecutadas, pudieran votar en el SXVIII (Ranciére “El disenso” FCE, 2019, página 99). Hoy todavía se excluye del voto a los extranjeros, a los jóvenes, y hay muchos que sospechan del voto de los simples y de los disminuidos (además de las mujeres).

 

2) Igual. La igualdad del voto se impugna de distintas maneras: La circunscripciones desiguales (como se indica en la tabla anexa) permite que algunos votos se transformen en votos de calidad: Un diputado vale distinto número de votos según la circunscripción y según el partido. Pero también obligando a votar listas (en las que junto al candidato se encuentran una serie de “rellenos” que nunca se hubieran votado, y además en un orden que no sería el elegido por el elector). Es como si en vez de casarte con él te casaras con toda su familia. Votar listas (partidos) produce esa incongruencia que es el tránsfuga: obtiene la acreditación por pertenecer a un partido pero, como le pertenece, puede irse con ella. El voto en el extranjero no es un derecho sino un castigo pero es que los que se han tenido que ir al extranjero no suelen estar muy de acuerdo con el Gobierno que los abandonó.

 

3) Libre. La libertad es un concepto individual. Cuando se vive en sociedad la libertad es algo mediado. Pero la política es social y las elecciones son la manera de regular de ese vivir en sociedad. Una contradicción imposible de resolver. Si votas no eres libre porque estás atado a una sociedad que te ligará cada vez más, como consecuencia de tu voto. Solo se puede ser libre solo, o unido a un alma gemela (lo que se confunde con el amor, a menudo). Votar es estar sometido al tormento de las influencias interesadas, los odios inducidos: el otro (extranjero, el altercreyente, el altersexual, el inmigrante (alterfronterizo), vecino, delincuente, el propio yo), la estupidez, la estulticia, todas las pasiones, todas las perversiones. La política trata de aparecer como convicción por encima de la fuerza. ¿Y cómo se convence? Con el miedo, la inseguridad, el interés, la conveniencia: miedo y utilidad… quizás amor. No en vano el amor se ha convertido en cosa de las redes sociales, es decir, de la situación de socialidad. La sociedad nos defiende y nos satisface (a unos más que a otros), pero no excluye la fuerza. Ni con los otros: la guerra, la sojuzgación, la injerencia. Ni con los propios: la polícía (en el sentido de Ranciére).

 

4) Directo. Nuestras elecciones son directas… aunque representativas, pero no es el caso general. En USA (y en el Barça) las elecciones se hacen a través de compromisarios. Es la democracia representativa (un político te representa ante las instituciones, es un procurador) a través de representantes: los compromisarios. Es decir: hay democracias representativas (a través de políticos), representativas de representantes (por compromisarios) y aquello que hacían los patricios en Grecia: la asamblea: la democracia directa, representarse a ellos mismos. Se trata simplemente de poner filtros para que la voluntad popular se module de acuerdo a las aspiraciones de los gestores. Hoy no es necesaria la representación (y mucho menos los compromisarios). La tecnología nos proporciona los medios para que nos representemos de forma directa. La política: el gobierno en comunidad es como un contrato, una transacción: unos proponen y otros compran las propuestas. Se aplica la ley de la mayoría, y punto. Pero eso pondría en el paro a millones de políticos. La robótica puede expulsar del mundo laboral a millones de trabajadores, pero de ninguna manera la tecnología (Internet) expulsará a los políticos. ¡A ver! ¿Quien gobierna?

 

5) Secreto. El secreto empezó como una forma de protección para que el poder no tomara represalias. Pero el poder no podía pasar demasiado tiempo sin mangonear el secreto. La actual cibernética se basa en las bases de datos que recogen los big data y que les permite tomar decisiones no por la universalidad inducida de la abstracción (metafísica) sino de la casi totalidad de los datos. Las redes sociales han sido el camino para que los viudadanos volquemos nuestros datos para que nos manipulen con ellos. Si Amazón, Google, Apple o Microsoft conoce nuestras búsquedas… nos conoce. Somos nuestras inquietudes, nuestros deseos, nuestras dudas, y todo eso lo dejamos plasmado en la red. Hace poco expliqué como el Parlamento español aprobó una ley que le permite mangonear los datos protegidos de los ciudadanos: el artículo 58-1 bis LEC (ley electoral) de la disposición final 3ª de la LOPD (ley de protección de datos). “Lecciones de política alternativa 74”. Ese es el secreto: fisgonear en las tripas de los ciudadanos… ilegalmente. Saber lo que votas es tan fácil que ya son habituales las granjas de boots para condicionar las elecciones (Trump, Brexit). El único secreto que nos queda es el secreto ibérico.

 

Nos venden una idea y la tergiversan: la soberanía popular -que es lo primero- es una idea que no es directamente aplicable sino a través de unas instituciones y unos sujetos que “las hacen posible”. Las elecciones son la participación del pueblo en la cosa pública, pero moduladas, mediatizadas, controladas por esos gurús de lo social que son los políticos. Evidentemente: ¡no se nos puede dejar solos!

 

El desgarrado. Febrero 2021

 

 

Circunscripciones y porcentaje de voto por escaño (catalanas)

 

Provincia

Escaños

Votos de media por escaño

Barcelona

85 diputados

49.358 votos

Tarragona

18 diputados

32.301 votos

Girona

17 diputados

31.285 votos

Lleida

15 diputados

21.019 votos

 

 

 

 

Votos por partido para obtener un escaño (nacionales)

 

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