» 17-02-2021 |
1) Los independentistas han perdido 654.092 votos. Pero los 66.967 del PdCat también los han perdido porque no alcanzan el 3% que los hace válidos en el Parlamento. Si a eso añadimos que la CUP solo ha perdido 6.416 votos resulta que los dos grandes del independentismo ERC y JXC han perdido: 727.475, el 47,75% de los votos de los que no acudieron a las urnas (1.523.782). Se suponía que los independentistas eran de una disciplina de voto férrea. ¿Donde están esos tres cuartos de millón de votos. ¿La lluvia y el virus son más fuertes que el anhelo de independencia? ¿O es que empiezan a flaquear las fuerzas? Han bajado en votos exactamente el peso que tenían como colectivo (47,50%). Sin embargo la huída a la abstención (mayor en otros partidos) les ha hecho ganar esos 3 puntos que necesitaban para llenarse la boca de superioridad numérica. Poco importa que en anteriores elecciones arguyeran que eran más, sumando a los podemitas, o que lo que importaba eran los escaños. Ahora lo que importa es ese esmirriado 0,77% que los hace mayoría (legítima). La ley de los políticos es contar del modo en el que las cuentas salen. La de los independentistas y la de los imperialistas. Ser político imprime carácter. No hay políticos independentistas e imperialistas (como no hay políticos de derecha y de izquierda) solo hay políticos.
Ese 0,77% ha sido el detonante. Verdad es que los opositores siempre les echaron en cara que no eran mayoría. Ahora orquestan esa limitación como justificación. Se trata de no hablar de dónde están esos 727.475 votos. De no analizar cómo es posible que tantísimos independentistas no hayan ido a votar. Votaron con las calles llenas de policía, con los colegios intervenidos, con dificultades extremas. Se han quedado en casa. Pero como han sido un poco menos miedosos que los imperialistas, pues han conseguido esos tres puntos que necesitaban para ser mayoría. Victoria pírrica de los menos cobardes pero no de los más valientes. Pero lo importante es descubrir que los votos independentistas también son volátiles. Ya no pueden pensar que los votos les pertenecen, pero claro, no se puede prometer y no cumplir y eso es lo que han hecho los políticos catalanes.
2) El PP también ha tirado de estrategia para no tener que enfrentarse a la pérdida de 76.829 votos, el 41.38% de sus votos. Casi, que el 25% de escaños perdidos enmascara la real pérdida de votos. Un nuevo fracaso de los PPeros (tras las generales en las que se quedó con 67 escaños) y que solo tenía una explicación: la de Kumann: ¡eran mejores y nos dieron un baño! Pero, claro, eso no se puede explicar y el PP ha optado por desviar la atención: ¡vendemos la sede! Todo el mundo habla de que Casado ha roto con su pasado (es decir los ha dejado con el culo al aire), que se refunda el partido, y sobre todo, que se abandona la senda de la delincuencia, de la corrupción y del dopaje electoral. ¡Parole, parole, parole! Ahora llegan los eufemismos: ¡Abandonamos lo malo pero respetamos y conservamos lo bueno! Parole, parole, parole. Ellos le echan la culpa a Bárcenas y al PSOE, pero la culpa es suya. Nadie es más guarro que el PP a la hora de la guerra sucia. ¿Cómo es que esta vez os la han metido doblada?
3) Dejo C’s para el final porque ha sido el peor. Perder 952.203 votos no es moco de pavo. El 85,80% de los votos. En su caso lo han echo a pulso. Los catalanes no independentistas entendieron que C’s, centristas, moderados, pragmáticos (y nuestros) podrían oponerse a los independentistas. No fue así. Arrimadas no se arrimó ni lo más mínimo; no quiso ir a la investidura y en cuanto pudo, se fue a la política nacional. Dos desplantes que difícilmente aguanta el electorado. Si a eso añadimos el descomunal error de Rivera abandonando el centro para medirse con el PP pues sale esto que vemos: la debacle. Los catalanes no independentistas tenían que seguir buscando un padrino y este ha sido el PSC y es que cuando los políticos son basura ni siquiera hace falta tener carisma, como Illa o Aragonés. Tampoco los C’s han argüido gran cosa. Se conforman con callarse y negarse a dimitir. Si llega el momento dirán que la culpa es de Rivera, como Casado dice que la culpa es de Rajoy. Ni siquiera conservamos el respeto a los padres fundadores (o padrinos, para ser exactos). El pragmatismo (ausencia de ideología) del C’s hace que sus votantes sean de lo más volátiles: hay que convencerlos en cada cita electoral y eso se le escapó a Arrimadas.
4) Tampoco Podemos (ECP) se ha lucido. Han perdido 132,249 votos. Un 40.52% de sus votos. Por esas peculiaridades del desproporcional sistema electoral, no han perdido escaños, pero han perdido votos suficientes como para que se vayan todos a la empresa privada. Podemos tiene a mano la deslealtad de su socio de gobierno que le permite levantar una cortina de humo que enmascare su fracaso. Quizás la imputación de Monedero también es parte de la estrategia de ECP para que no se note que de poco pierden la mitad de los votos. Por una vez los escaños han sido salvadores.
5) VOX saca un resultado espectacular, lo que significa que Catalunya saca un resultado deplorable. Catalunya no tenía ultraderecha, ahora la tiene y abultada. Se ha nutrido de los votos que pierde el PP y de los que se le escapan a C’s, porque, claro, la posibilidad de que algunos desencantados del independentismo se hayan pasado a VOX es impensable. No necesita subterfugios, no solo porque ha ganado, sino porque los subterfugios ya los lleva en su programa. Sin ir más lejos la división azul nos recordó ayer que son los judíos el enemigo. ¡Y Hasél en la cárcel! ¡Toma subterfugio!
6) La CUP aguanta el tirón de la lluvia y del virus. Parece evidente que su resistencia a la desbandada solo puede venir del transvase de votos de sus socios independentistas. Pero también pierde votos (6.416, 3.3%) pero mucho menos que sus socios. La CUP es poco amiga de estrategias. Aplica la ideología en estado bruto. El problema que tiene es que la volatilidad no es la de su electorado sino la de sus cuadros. Si decides votarlo tienes que darte prisa porque si no, ya no votarás a quien habías pensado. Es como el tiro al plato. O te decides o ya es tarde.
El desgarrado. Febrero 2021.