» 14-03-2021 |
El Sr. Gonzalez Terol entrevistado en la sexta de Cristina Pardo, a la pregunta de si Bárcenas dice o no la verdad, ¡por cinco veces1 contesta con una soflama electoral (es decir, no contesta). En la despedida de la no-entrevista afirma que ellos siempre responden y que son los socialistas y sus socios de gobierno los que van contra la libertad de expresión. Ante la extrañeza de la presentadora aclara que Sánchez amordaza la libertad de expresión y Casado es un dechado de transparencia. Pardo le recuerda al presidente plasmado. Fin. Ya no existen argumentos, solo existe postureo, palabras, retórica. Lo que evidentemente no existe, es decencia.
El TSJM dictamina que las elecciones convocadas por Diaz son legales. Se salta así la ley. El TSJM solo puede dictaminar de acuerdo a la ley. Cabía la posibilidad que el Supremo dictaminara (interpretara) que aplicar la ley fuera peor jurídicamente que interpretarla, pero eso solo corresponde al supremo. Para cuando se recurra, las elecciones ya se habrán celebrado y nadie se atreverá a anularlas. Hechos consumados, como cuando el PP fue dopado a las elecciones. Se afirmó que así era, pero no se anularon los comicios ni se buscó una responsabilidad para algo tan grave como conculcar la democracia de la elecciones. Estas leyes que no defienden a los ciudadanos son la consecuencia de una transición que se hizo en connivencia con la dictadura y sus herederos. De una Constitución pergeñada por los herederos de la dictadura. Ahora toca que lo que está atado y bien atado no lo desate nadie.
Esta democracia plena que defienden los partidos del bipartidismo, no lo es ni de coña. Es un fenómeno mundial, no somos especiales… lo que nos homologa a los estados de nuestro entorno. En USA un presidente impulsa un golpe de estado y es exonerado. En Francia se aprueba una ley mordaza al estilo de la española. Sabemos como la democrática Alemania resolvió el tema de la Baaden Mayenhorf (suicidándolos) o el secuestro del avión de Munich (apiolándolos). Los miembros de la casa real inglesa se cruzan acusaciones de racismo, mientras el Brexit se convierte en una jaula de la que no les permiten salir. La democracia no es que esté en peligro, sino que que ha desaparecido. Pero por comparación (siempre hay estados que están peor) resulta que, relativamente, estamos mejor que muchos. ¿Es suficiente? Ya no se trata de ser democráticos sino suficientemenete democráticos, y ese “suficientemente” es negar la democracia plena. La democracia no se la cree nadir (ni Trump, ni Casado, ni Diaz… que la denuncian continuamente) pero los ciudadanos estamos obligados a creérnosla. La democracia es la desnudez del rey. Todos la ven pero todos la niegan.
Madrid se enfrenta a una decisión crucial. Apoyar a Diaz es declarar la independencia de la capital, del resto de España (como en reiteradas ocasiones a dicho Diaz). Es entregar la comunidad a la ultraderecha que Diaz ya ha declarado que le parece apreciable. El imperialismo también es nacionalismo y lo que pretende Diaz es imperialismo. Ninguna diferencia (política) con lo que pretenden los vascos y los catalanes. Ahora habrá que deslindar posiciones para convencernos de que lo de Madrid no es lo mismo que lo de la periferia. Tras tantísima denuncia del independentismo como terrorismo no será fácil, pero podéis volver a leer el párrafo del encabezamiento para comprobar que mentir es la norma y por tanto todo es justificable con palabras. Solo queda el comodín de la izquierda de la izquierda, los in-organizados, los que ya no creen en la política y solo acuden a las urnas cuando se produce una situación de alarma (como el 11-M). Muchos pensarán que la única manera de que las cosas cambien es que Madrid se haga de ultraderecha (hasta que no se toca fondo no se puede empezar a emerger), pero entregar Madrid a la ultraderecha puede ser una acción irreversible. Ya ocurrió cuando se le entregó a la derecha.
Como diría Rancière, la izquierda oficial ya solo depende del taponamiento, de la elección del menos malo… porque hay otros peores. Hace ya muchos años que el equipo juega a la defensiva y ha olvidado el ataque. En este caso nos dirá que votemos al sangre-de-horchata Gabilondo o al fliebag de Podemos-Más Madrid para evitar la catástrofe, cuando sabemos que no han hecho nada por evitarla. El comodín de la izquierda de la izquierda es una apelación a la izquierda que no cree en la actual izquierda pero que jamás votará a la derecha, y por eso no vota. Y como ha pasado en Francia el día que falle, permitirá el gobierno de la ultraderecha (en las últimas elecciones presidenciales francesas, el FN pasó a la segunda ronda y hubo que hacer un cordón sanitario para evitar su triunfo). ¡Ahí es nada una posible Francia de ultraderecha!
Quizás estamos -por fin- ante la posibilidad de que sea el pueblo el que decida las elecciones. Tras años de que los políticos alejaran a los ciudadanos de las urnas y aplicaran mil argucias para que su voto no fuera decisivo, ahora la cosa se les vuelve en contra. Existe una reserva de ciudadanos de izquierdas que solo votan cuando la situación es dramática. Y esa situación devuelve a los ciudadanos la decisión democrática de los electos. Los analistas apuestan por una baja participación (pandemia, cansancio, insurrección elctoral) lo que haría de Madrid una comunidad de ultraderechas. Pero nadie sabe lo que hará la reserva. Pero no desesperemos. La Diaz es capaz de cabrear a cualquiera, y está subida de tono.
El desgarrado. Marzo 2021.