» 19-03-2021

La 14-96 Legislatura.¡Vacunemos a nuestros políticos como única solución para no caer en el caos!

Diversos presidentes de comunidades afirman que verían con buenos ojos que las cúpulas del poder político y militar se vacunaran. No es la primera vez. Participan de la interterritorial que decide sobre el Covid. ¿Por qué no lo proponen en el órgano adecuado? ¿Por qué lo proponen ante los medios? Desautorizan así a sus representantes, o lo que pretenden es sembrar confusión, o quizás desautorizar a la interterritorial dado que es un “invento” del Gobierno? Todo es politiquerismo, todo es desgaste y difamación. Lo primero que pensamos es que los políticos son unos caguetas, como ya demostraron en el 23-F: todos bajo el pupitre menos tres: Gutierrez Mellado, Suarez y Carrillo. Lo que quieren es vacunarse antes que nadie y salvar el culo, eso, que tan bien se les da. Aunque también podría ser una cuestión de jerarquías: ¿Cómo es posible que los próceres de la nación no estén los primeros de la fila? Pero no lo quieren plantear así y lo camuflan en razones de necesidad nacional o de gobernabilidad. ¿Se imaginan que los dirigentes desaparecieran? No hace falta. Ya lo hemos visto.

 

Cuando las dificultades en la asunción de pactos fueron insoslayables, España vivió sin gobierno durante más de un año. No pasó nada. Para ser exactos no hubo corrupción (si no hay tráfico económico, no hay componendas), pero la nación siguió funcionando como si nada hubiera pasado. Cuando los estúpidos políticos fueron incapaces de pactar unos presupuestos, vivimos con los presupuestos prorrogados cerrando los ojos a que eran unos presupuestos del partido que había perdido las elecciones. También vivimos con unos jueces (y los nuevos que ellos no tuvieron ningún desdoro en nombrar, estando cesados) que el PP -con clara intención desestabilizadora- se negó a renovar inconstitucionalmente. Los ciudadanos tenemos la piel dura. Podemos sobrevivir cuando ellos prevén el desastre. De hecho los políticos no son necesarios sino que son superfluos (ni siquiera contingentes). Porque no están ahí para gobernar sino para hincharse, para robar, para acumular prebendas. El gobierno lo llevan los funcionarios mientras ustedes se dedican a lo que les interesa: ¡forrarse!

 

Si el covid -que dios no lo quiera- se los llevara a todos, la nación saldría ganando: menos robar y un simple funcionar burocrático. No discuto que en breve otros vendrían a ocupar sus puestos y la noria de la corrupción volvería a girar. Pero habríamos vivido en un Estado limpio por un tiempo. A ellos les interesa imponernos la idea de que sin su sabia dirección este país se hundiría, pero no es cierto porque ellos no gobiernan, velan por sus intereses que nunca coinciden con los del pueblo. El 50% de los jóvenes no tienen trabajo y el 25% de los trabajadores no tienen trabajo o están en el lado de la pobreza. Incluso han inventado eso tan genial de trabajadores pobres, que no tienen suficiente salario para vivir. ¿Qué hacen ellos? Si dejáramos la barca sin timón no iría peor. Pero el 10% del PIB que supone la corrupción y el 20% del PIB que supone el despilfarro y la subvención a los partidos, desaparecería. Si fuéramos un 30% más ricos ¿no les parece que muchos de los problemas que he citado desaparecerían? Ellos son parásitos. No solo hay que pagarles generosamente un sueldo y unos complementos inacabables que se fijan ellos mismos sino que roban y despilfarran a diestro y siniestro.  Ellos no gobierna y por eso cuando faltan… no pasa nada.

 

Porque lo que se esconde en esa propuesta de que se vacunen los políticos y los militares es que ellos son imprescindibles, incuestionables, insustituibles. Que desaparezcan nuestros políticos y militares es asomarnos al abismo de la ingobernabilidad, la guerra y el caos. Evidentemente si en un estado represivo a ultranza desapareciera la dirección muchos intentarían aprovecharse (como en las manis), pero si la policía municipal siguiera funcionando (de modo autista, siguiendo sus estatutos) no pasaría nada. O si la policía fuera sustituida por un somatén popular que no defiende al gobierno sino que se defienden a sí mismos. Pero si dejáramos que esos que se aprovechan no fueran perseguidos la pérdida que resultaría sería menor que lo que nos cuestan los políticos. Cuando la policía es política los beneficios para los ciudadanos son escasos.

 

No vivimos mejor gracias a los políticos. Vivimos mucho peor. En el SXIX prácticamente no existían los impuestos (Piquetti). Hoy los trabajadores pagan el 20%, los bancos el 8% y las multinacionales el 1%. Vivimos mejor gracias a la ciencia… que los políticos no se cortan en asfixiar con ayudas cada vez más cortas. Ahora quieren quitarnos las prestaciones sociales que justificaban esos impuestos. Pero no quieren devolvernos lo impuestos. Lo que quieren es tener los impuestos y no dar las prestaciones. Somos la energía con la que funciona el sistema y nadie le pregunta a la gasolina qué tal lo está pasando. Pero además existen unos privilegiados (los poderes fácticos) que contaminan sin contraprestación, se nutren de subvenciones extraordinaria, disfrutan de legislación absolutamente favorable, oprimen a sus trabajadores, pagan escasos impuestos y maltratan el planeta. Se llama desigualdad, y es la plaga (que no el covid) de nuestro tiempo.

 

Tenemos que vacunarlos (a pesar de que las instituciones no lo dicen) porque son insustituibles. ¿Lo habéis entendido?: insustituibles. Si ellos desaparecieran nosotros moriríamos… o quizás la humanidad renacería. (buen argumento para una película de ficción).

 

El desgarrado. Marzo 2021.




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