» 17-03-2024

La condición humana 2-3. Etología 3. Violencia.

Si entendemos por guerra un conflicto estable, operado por una estrategia racional ajena a cualquier agresión emocional (ira, venganza, etc.) en la que el objetivo es el éxito total (sea destrucción, invasión, sumisión, humillación, expolio, etc.), los antropoides la desconocen, puesto que “… carecen del adoctrinamiento, la estructura de mando y la sincronización que emplea la milicia humana para intimidar al enemigo” (De Waal 2005, 136). Las escaramuzas entre grupos de chimpancés (que se producen en las fronteras) tienen que ver con la territorialidad, y por tanto con la posesión de las hembras. Frente a los encuentros violentos y asesinos entre chimpancés, los bonobos -tras una fase previa de carreras y alaridos- pronto se reorientan hacia el sexo, sin que haya heridos y mucho menos muertos. La disponibilidad de las hembras a copular con los vecinos -pues en una situación matriarcal la decisión les corresponde a ellas- y su abierta disposición sexual hace que las hembras no puedan ser la causa de las disputas fronterizas.

 

Violencia entre grupos. Las disputas entre grupos se producen por “la identificación grupal, la xenofobia y el conflicto letal” (De Waal 2005, 137). Los chimpancés son carnívoros y la xenofobia puede ser la excusa para proveerse de carne. Los machos patrullan con regularidad las fronteras de su dominio, en las que se produce una gran tensión. Cualquier macho solitario extraño es abatido en una acción altamente coordinada. La ferocidad de la agresión, entre comunidades, es mucho más alta que la desarrollada en el interior de la comunidad. “aparte de la identificación con un grupo, que está ampliamente extendida en el reino animal, hay otras dos características que compartimos con los chimpancés. La primera, como hemos visto, es un desprecio hacia el grupo ajeno hasta el punto de la deshumanización, o deschimpacización. La separación entre el grupo propio y el ajeno es tanta que hay dos categorías de agresión: una intragrupal contenida y ritualizada y otra Intergrupal, desmedida, gratuita y letal (De Waal 2005, 142). Esta ferocidad se desarrolla incluso entre grupos de chimpancés conocidos. Lo que empuja a considerar a un grupo como enemigo, es la ausencia de un propósito común. 

 

Los chimpancés cautivos son tan xenófobos como los salvajes. Solo cuando los intereses de una colonia colisión con los de otra tiene sentido el conflicto. La pauta de conducta humana más similar a la antropoide es la incursión letal. “Las incursiones consisten en ataques por sorpresa llevados a cabo cuando los atacantes tienen ventaja y, por ende, es poco probable que sufran bajas propias” (De Waal 2005, 145). "No puede ser coincidencia que las únicas especies animales en las que bandas de machos expanden su territorio exterminando deliberadamente a los machos vecinos resulten ser los chimpancés y nosotros"(De Waal 2005, 145). ¿Hemos heredado de los chimpancés nuestra afición a la guerra?

No parece probable, pero también es evidente qué tampoco hemos heredado de los chimpancés la inclinación a la paz, que en su caso, no existe.

 

Violencia dentro del grupo. 1. Reconciliación. La vida en sociedad causa conflictos que en el caso de los chimpancés y bonobos se resuelven mediante la reconciliación. El conflicto es inevitable, pero al mismo tiempo los animales dependen unos de otros. Cada especie tiene sus pautas de reconciliación pero siempre empiezan por el reconocimiento (¿arrepentimiento?) del daño causado. Perdón podría ser una tendencia natural en los animales cooperativos. "Los primates forman amistades expresadas mediante acicalamiento mutuo, compañía en los desplazamientos y defensa mutua” (De Waal 2005, 152). A hacer las paces se aprende en el primer conflicto que tiene la cría de chimpancé: el destete. Posteriormente aparece en la reconciliación entre iguales. ¿Es una conducta instintiva? Los primates se desarrollan despacio; tienen años para dejarse influir por el entorno. Sería entonces una conducta "cultural", una habilidad social. Parece que las mujeres son mejores en evitar los conflictos y los hombres en resolverlos. A las mujeres les cuesta más reconciliarse y son capaces de fingirlo. Es también el caso de los chimpancés que además nunca hacen trampa. "Las hembras de Bonobo se reconcilian con mucha más facilidad que sus parientes cercanas… los machos por el contrario, tienen menos capacidad de reconciliación que los chimpancés” (De Waal 2005, 158). "La principal razón de la pacificación no es la paz per se, sino los fines compartidos… la dependencia mutua favorece la armonía. En otras palabras, si se entierran las rencillas no es por amabilidad, sino para mantener la cooperación"(De Waal 2005, 159). “Entre los bonobos las reconciliaciones más intensas y teatrales se dan siempre entre las hembras” (De Waal 2005, 162).

 

2. Celebración. Antes de comer o disputarse la comida entablan un contacto físico frenético que sirve para calmar el ánimo y preparar el camino para compartirla. Esto se conoce como celebración. "Los chimpancés se congregan para abrazarse, acariciarse y besarse… la fiesta tiene lugar antes de que nadie haya probado la comida” (De Waal 2005, 163). 

 

3. Mediación. Con la celebración se exterioriza la necesidad de contacto. Pero también se puede producir la inducción al contacto: una hembra se acerca a uno de los machos que acaban de pelearse, tras acicalarlo se dirige hacia el otro. El segundo macho la sigue Y se ponen ambos s acicalar al primero. La hembra se retira  y deja quese reconcilien. Es la mediación que evita que alguno de los machos deba humillar ante el otro. Esta operación también la efectúan las hembras de mayor rango siempre mediando entre contendientes masculinos. La mediación para los humanos es imprescindible: "influencias sociales que influyen en el papel de los ancianos, la diplomacia exterior, los tribunales, los banquetes conciliatorios  los pagos compensatorios” (De Waal 2005, 165). 

 

4. El desplazamiento de la agresión. A veces los primates en vez de aceptar la responsabilidad de sus actos la reorienten hacia un chivo expiatorio, un pobre subordinado. Por un lado se libera la tensión entre los individuos dominantes, por el otro aúna a los dominantes en torno a una causa común. Este comportamiento se observa también en ratas sometidas a dolor. En los humanos este procedimiento se rodea de simbolismo, redirigiendo la agresión incluso a objetos inanimados. 

 

5. Contención. Ha sido generalizada la relación entre hacinamiento y agresión. Sin embargo se ha observado que la agresión se produce en los zoológicos más en las zonas abiertas qué en las más estrechas zonas de confinamiento. A la capacidad de los primates de contrarrestar los efectos del espacio reducido se le llama contención. Este control emocional es fácil de detectarlo en los humanos dentro de un ascensor o en un autobús lleno. Los animales sociales somos capaces de acomodarnos a toda suerte de condiciones pero si a ésta le sumamos una escasez de recursos, la combinación muy bien podría conducir a la miseria vaticinada por Malthus. Éste inspiró un sistema de pensamiento, conocido como darwinismo social, desprovisto de compasión, para el qué el interés egoísta es el fluido vital de la sociedad, lo que se traduce en el progreso del fuerte a expensas del débil. Esta justificación del acaparamiento de los recursos por parte de unos pocos afortunados fue exportada con éxito al nuevo mundo. La alternativa se establece entre la competencia y la humanidad. “La compasión no es una debilidad reciente y antinatural, sino una formidable capacidad que forma parte de nuestra naturaleza, al igual que las tendencias competitivas que aspira a superar"(De Waal 2005, 174). 

 

El desgarrado. Marzo 2024.




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