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» 29-04-2024 |
Sobre la metafísica he realizado numerosas entregas por lo que os remito a ellas: “La muerte de la metafísica”. Considero la Metafísica como un sistema de pensamiento (el de Occidente) más allá de su sentido etimológico del trasmundo escatológico, que tiñe incluso la parcela científica (cosa que no haría el trasmundo… aunque sí los trasmundanos).
La metafísica empieza en el SV adc y no se pone en crisis hasta la segunda mitad del SXX. Veinticinco siglos en los que ha reinado la ontología (el ser como categoría máxima), la causalidad simple o lineal, los principios (axiomas de la lógica) aristotélicos, el proceso abstracción-universalización-ley, la verdad absoluta (lógica), la cantidad (matemática), el concepto (lingüística) y la igualdad (ético-política), la esencia oculta tras la apariencia (el racionalismo por encima del empirismo), la separación mundo-ser humano y la capacidad de este último de poder entender cabalmente el primero. Durante su reinado se han propuesto otras categorías máximas alternativas (trabajar, habitar, la historia, la felicidad, vivir…) al ser, pero sin ahondar nunca definitivamente en la categoría alternativa por excelencia: el devenir. Todos los pensadores se ahogaron en el rio de Heráclito. En la década de 1970 surgió la “deconstrucción” cuyo fin era desmantelar la metafísica de la mano de Derrida y Lyotard -entre otros- en lo que se llamó (no sin polémica) la posmodernidad. La teoría literaria, (el giro lingüístico), que dio origen a los estudios universitarios sobre decolonización, género y altersexualidad, están en el origen de la deconstrucción de la metafísica.
La metafísica permite plantear la existencia de sistemas de pensamiento anteriores y posteriores. Entre los primeros está el sistema mítico para el que la verdad no es exterior (y autónoma) al ser humano sino que reside en los lugares y las personas (topología) y se estructura en el relato (mito) según el proceso: relato-tendencia-mito. Entre los segundos está el cibernético: base de datos-computación-algoritmo y el metaético/femenino: empirismo-ética-auto-precepto. De hecho podríamos encontrar tantos procesos como queramos de acuerdo con la división de lo sensible (Rancière) que hagamos . Por ejemplo podríamos contemplar un proceso anterior al mito en el que la ley fuera el instinto; el grado de fiabilidad la mecánica genética y nuestra verdad del mundo el mapa perceptivo sensorial. U otro sistema posterior centrado en la robótica, en la democracia (o su ausencia) o cualquier otra prospección de futuro. Solo comentaré los primeros.
En la triada procesual metafísica: abstracción-universalización-ley proponía un método de análisis del mundo de modo que se pueda dividir en grandes bloques (abstracción) a los que se pueda aplicar la norma de actuación (ley) con la máxima generalización (universalización). El método de interiorización del mundo (acceso a la verdad), es la abstracción consistente en reunir los objetos con las mismas cualidades en clases obtenidas por abstracción de esas cualidades de entre todas las inherentes a cada objeto. Es un sistema de simplificación o de “poda” de las ramas que no interesan. El grado de fiabilidad -grado o umbral de confianza- es la universalización, nunca alcanzada pero siempre pretendida. un y un modo de cognición para la acción. El modo de cognición para la acción es la ley (concepto extraído del derecho para hacer hincapié en su generalidad). El método científico ha asimilado este modo cognitivo de forma generalizada.
En el caso del mito el método de interiorización del mundo (de acceso a la verdad… que en este caso es verosimilitud) es el relato con las características que le atribuyó Aristóteles en la metafísica: causalidad, secuencialidad, necesariedad, intriga, verosimilitud; el grado de confianza es la posibilidad o tendencia (más confiable que fiable) es decir un sesgo perceptible, notable o por lo menos, apreciable y la norma de cognición para la acción es el relato del mito, como ejemplo o paradigma, del que nuestro pensamiento metafísico dispone profusamente d ejemplos: refranes, adagios, proverbios, brocardos, etc.
En el pensamiento femenino o metaético el método de acceso a la verdad es el empirismo, la práctica, la vivencia, en la que sentimientos y emociones son fundamentales; el umbral de confianza es la ética (tal como la entendía Spinoza: (la libertad es aceptar las propias leyes internas. Siempre hemos sabido que la libertad individual se opone a la libertad colectiva. Solo hay una solución: que la libertad interna sea universal, que coincida con la de todos los demás. Y ahí interviene la ética. La ética es esa coincidencia universal) y la forma de cognición para la acción es el auto-precepto (el conatus de Spinoza: impulso interior, precisamente porque los impulsos exteriores son inadecuados y para él las ideas inadecuadas, son “imaginaciones”, delirios, el mal que conduce a la incerteza). Esta cognición metaética no persigue el conocimiento puro sino el aplicado: la felicidad y esta se consigue con el cuidado de los unos por los otros. La acción prevalece sobre la cognición.
El pensamiento cibernético: base de datos-computación-algoritmo es el que surge en nuestra era informática. El acceso al mundo y a su verdad se realiza merced a las bases de datos (la antigua inducción por enumeración). No es necesario abstraer porque contemplamos todos los casos. El grado de fiabilidad viene dado por la potencia de computación del ordenador que sustituye a nuestro cerebro a la hora de procesar datos. La ley se convierte en el algoritmo (la sucesión de órdenes lógicas que determina el resultado óptimo, a su vez determinado por otro algoritmo en una recursividad sin fin. Espero que esta somera exposición de la metafísica y adláteres os permita haceros una idea de conjunto… que siempre podéis ampliar en los textos citados.
El desgarrado. Abril 2024.