» 18-05-2024

La lógica parda 6. Causalidad e inducción lógica. Abducción. Causalidad simple o lineal, circular, compleja, difusa, retroalimentada, cibernética. La causalidad como atractor (¿extraño?) Atractores y tendencias frente a absolutos. Análisis. El arte c

La causalidad (la posibilidad de asociar un consecuente a un antecedente de forma inequívoca) marca nuestra forma de pensar. La inducción consiste en generalizar de lo particular (casos concretos) a lo general (leyes de comportamiento). La deducción es el proceso contrario (de lo general a lo particular, es decir de la ley al caso concreto). La lógica formal no se lleva bien con la inducción. El hecho de que se haya producido la asociación causal entre antecedentes y consecuentes no quiere decir que se vaya a producir una vez más. En el caso de la inducción es evidente pero ¿qué pasa con la deducción? Aquí se pasa de lo general a lo particular y por tanto no debería haber problemas. Pero los hay: en primer lugar ¿de donde ha salido esta ley general? No ha podido ser por inducción pues está prohibida. ¿Revelada, intuida, axiomática, instintiva…? En cada caso deberá analizarse. Pero hay más. No es difícil pensar que estamos ante una tautología (el caso particular y la ley general han salido del mismo sitio). Esta es por lo menos la pega que se le pone al silogismo deductivo. 

 

¿Qué pasa si los datos (indiciarios de que algo ha pasado) que tenemos, son ciertos pero insuficientes? No podemos aspirar a la verdad absoluta sino a una posibilidad probabilísta, Deberemos suplir las lagunas con hipótesis (contextuales), con la intuición, con la experiencia, etc. Esas posibilidades son variadas (múltiples). En definitiva solo podemos optimizar nuestra (post)dicción, nuestra mejor conjetura. Estamos en la abducción lógica. No nos enfrentamos al futuro, sino al pasado, no estamos previendo sino postviendo. Aunque estamos deduciendo el pasado nos enfrentamos a procesos causales y nuestros indicios son las consecuencias de estos procesos. Estamos buscando las causas que produjeron la situación que observamos. Del consecuente tratamos de deducir (¿inducir?) el antecedente, la causa. Estando la verdad absoluta fuera de nuestro alcance por falta de información podemos plantear que no estamos ante procesos inequívocos sino ante tendencias o atracciones ocurridas en el pasado pero desconocidas. Como popularizó la teoría del caos estos atractores -en nuestro espacio de fases- pueden ser “extraños”, es decir difíciles de identificar, por cuanto el nexo causal no es evidente. Del humo podemos abducir que hay fuego… pero hay otras posibles causas.

 

Existen distintos tipos de causalidad de los que la considerada más habitual (aunque no la más profusa) es la causalidad simple o lineal, directa, pura, proporcional. Pero también puede ser circular (el antecedente y el consecuente se intercambian. Compleja: hay más de un consecuente para una sola causa. No lineal: no existe proporcionalidad simple o aritmética entre antecedente y consecuente. Difusa (probabilística): no está establecida inequívocamente. Retroalimentada: circular pero con desplazamiento (helicoidal). Hay un aumento de información cuando se restituyen las posiciones originales entre efector y efecto. Cibernética: la que estudia esos flujos de información en hombres y máquinas (Shanon, Wiener). La retroalimentación cibernética puede ser “amplificador”: la información añadida refuerza la señal original (la reacción en cadena atómica) o “servomecanismo”: no se refuerza sino que se regula (el timón automático de un barco). Todas las causalidades pueden ser analizadas en estos dos aspectos que desvelan si la situación es estable. La evolución depende en gran manera de esta estabilización: no basta que un proceso sea complejificante (por “robar” energía del entorno), sino que además es necesario que sea irreversible en la dirección positiva del tiempo. La evolución de las especies es un mecanismo de brida que bloque una de las dos líneas temporales.

 

En la búsqueda de procesos “necesarios” que se producen en todo caso y que, por tanto garanticen el resultado, y que además permitan anticipar el futuro, antes de la universalización por paradigma o por abstracción, encontramos los  atractores del arte (de lo que después será arte y que en aquel momento fue una forma de pensamiento, (puesto que podía predecir el futuro) a la búsqueda de conexiones necesarias. Estos atractores parecen actuar a distancia con un efecto magnético, sin embargo actúan sobre lo real y no sobre lo mental, es decir: son de gran simpleza. El dibujo es algo que se realiza físicamente, que abstrae lo real en lo real; no necesita de lo mental para realizar la abstracción.  Estos atractores en el caso de la música son el ritmo, la melodía y la armonía. El ritmo es previsible por lo que podemos anticipar cuando se producirá el compás. Extraemos la información de lo que sucederá en el futuro de la que disponemos del pasado: la cadencia. En el caso de la melodía existen sucesiones de notas más probables que otras por lo que la aparición de una, anticipa la de la otra. Lo mismo con la armonía pero en vez de con notas con acordes (la quinta y la cuarta son más proclives a aparecer que las otras). En el caso de la poesía se produce el mismo efecto con la métrica (que anticipa el número de sílabas y el número de versos) , la rima (que anticipa la terminación de la palabra), el acento (que anticipa la cadencia). En la pintura la perspectiva anticipa el punto de vista y la distancia, la composición el equilibrio de las masas, el fondo-figura o el claroscuro la profundidad, y los colores complementarios se llaman los unos a los otros. En arquitectura el aplomo y la simetría anticipan el equilibrio, además de establecer el modelo de contenido a lo mental y de magnificencia simbólica. 

 

Estos atractores son tendencias, sesgos que, sin determinar absolutamente las afinidades (el magnetismo), marcan lineas a seguir.  Porque a lo que siempre ha aspirado el ser humano es a la certeza absoluta, sin excepciones ni fisuras. Solo en ese caso se podrá estar seguro de que la anticipación (o la posición) es la correcta y alcanzar la supervivencia para un ser desprovisto de ar mas naturales pero con un cerebro privilegiado y una adaptabilidad (de ahí la falta de armas) envidiable. Cuando surgió el logos -como la más perfecta manera de aproximarse a lo absoluto, el conocimiento basado en los atractores decayó como forma de conocimiento y fue reciclado como arte. Pero en todas las tendencias (procesos de atracción entre elementos o modelo de procesos) se hallan esta caricatura de la verdad absoluta que como la abducción se establece entre la deducción y la inducción, pero en este caso, mirando al futuro con la información extraída del pasado. Tratar de entender el arte desde lo racional (el logos) tiene poco sentido pues no pertenece a ese mundo. Como el mito hay que racionalizarlo desde sus propios parámetros. Y así aparecen -junto al arte y al mito- el amor, el humor, el juego, la evolución de las especies o la flecha del tiempo… todas esas paradojas lógicas que la metafísica es incapaz de explicar. Hay otros mundos pero están en este (Eluard).

 

El desgarrado. Mayo 2024




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