» 03-09-2024

La muerte de la metafísica 16. Las formas de pensamiento y la ciencia.

Creo que el cambio de mentalidad que estamos sufriendo en la actualidad sobrepasa en mucho los cambios graduales que eran normales entre generaciones. No veo otra explicación para entender la brecha que se ha abierto entre las últimas. La evolución (incluido el pensamiento) evoluciona de forma gradual pero no uniforme, no lleva siempre la misma marcha y es evidente que ahora ha pegado un acelerón importante. A falta de otra explicación he pensado en echarle la culpa a la metafísica (nuestro sistema de pensamiento occidental -en su origen- y ahora mundializado). Tras 26 siglos de estabilidad estamos en un cambio de sistema de pensamiento. La metafísica se ha agotado y otro sistema de pensamiento está emergiendo. Pero como en las subastas, hay varias propuestas. Antes de analizarlas repasemos las características de la metafísica. Parte de dos axiomas (hipótesis no demostradas): la separación entre el hombre y el mundo, y la certeza de que el primero puede comprender al segundo. Añade los tres principios lógicos de identidad, no contradicción y tercio excluso que hoy sabemos que no afectan a lo más grande (macrofísica) ni a lo más pequeño (microfísica) pero que durante siglos fueron universales. Ante la evidencia que las leyes del universo deben ser universales (no es una perogruyada, lo juro), es decir aplicables a todos los casos el problema se reduce a un método de obtención de universales. 

 

Para ello la metafísica recurre al método de la abstracción que consiste en podar los objetos de propiedades superfluas y así poder incluirlos en clases cada vez más amplias próximas a la universalidad. Las limitaciones son obvias: la universalidad es un límite nunca alcanzado: el conjunto universal es que contiene los elementos  que no tienen ninguna propiedad en común. Las dos primeras grandes abstracciones son la calidad (el concepto) y la cantidad (el número), la comparación se efectúa mediante la igualdad (desigualdad) y su capacidad de ajustarse a la realidad es el valor de verdad de la comparación. Estas cuatro abstracciones -que son además métodos- corresponden a cuatro disciplinas o ciencias: la semiótica (palabras), las matemáticas (números), la ética-política) (relación) y la lógica (verdad). Otras disciplinas se forman con otros universales. La economía, con el comercio como equivalente universal de las relaciones entre objetos, el dinero como equivalente universal del valor y la mercancía como equivalente universal del intercambio. El sicoanálisis se construye sobre el género único: el género masculino como equivalente universal del género.

 

La metafísica excluyó las emociones y sentimientos (difícilmente numerables) en favor de las razones entre números. Determinó que la verdad era una propiedad objetiva de las relaciones de los objetos y por tanto exterior al sujeto (subjetivismo) pero tampoco inherentes al objeto (topología), consistente en la coincidencia (igualdad) de lo mental con lo real. Se decidió, además por lo estático (ser) relegando el movimiento (devenir) que no supo como tratar (es decir: como universalizar). Esta elección suponía preferir el espacio al tiempo. En el fondo el espacio eran rodajas de espacio-tiempo, para las que el valor del tiempoi está  próximo al cero. Definir  las rodajas de espacio-tiempo, de espacio, próximo al cero quedó fuera de la imaginación pues no tenía materialidad (ser). El tiempo siempre fue mal comprendido por la metafísica lo que propició la trascendencia, el más allá, lo que había detrás del tiempo. Paradójicamente (o quizás por eso) este sistema de pensamiento adoptó el nombre de metafísica, lo que hay más allá del espacio, es decir: el tiempo. La grandeza de Einstein fue restaurar la continuidad del espacio-tiempo, de la energía y la materia, de las fuerzas (la gravedad) y la geometría (el espacio), de la electricidad y del magnetismo (suprimiendo el éter), de las partículas y las ondas (efecto fotoeléctrico), en una palabra de ampliar los universales absorbiendo entidades menores y separadas y acercándonos a esa teoría del todo, universal, capaz de explicar el universo desde un único enfoque. Le faltó aceptar la verdad fraccionaria, la probabilidad como realidad propia del universo, derribando la verdad absoluta. Pongamos que hablamos de metafísica. 

 

Y antes de entrar en conjeturas caractericemos la ciencia. El modelo de ciencia racional (deducción) es partir de unos datos ciertos, establecer relaciones entre variables (fórmula) y deducir variables ocultas de esos datos relacionados: la ley de la naturaleza. El modelo es el del idealismo platónico: la apariencia oculta la esencia, pero también el del relato policiaco (es posible encontrar al asesino analizando y deduciendo los datos disponibles), del que se diferencia porque este último parte de hipótesis que comprueba. El modelo de ciencia experimental (inducción) parte de los datos experimentales para inducir leyes (mediante la deducción). Es lógicamente inconsistente. La metafísica mezcló los dos sistemas en lo que ya Tourbain llamó el “arco del conocimiento” -y que Platón conoció- que relaciona la experiencia y la razón, lo particular y lo general, lo inductivo y lo deductivo. Parte de lo real para volver a lo real… tras operar en lo mental. 

 

El modelo actual de ciencia opera de otra manera. De entrada no buscamos una ley desconocida (oculta) sino que establecemos ya una ley de la naturaleza hipotética que pretendemos comprobar. No estamos en el contexto del descubrimiento sino en el de la comprobación. Comprobamos experimentalmente esa hipótesis e -indefectiblemente verificamos que no se ajusta a la hipótesis (falsación). Modificamos la hipótesis y volvemos a empezar en un proceso recursivo, en nada diferente del proceso de prueba y error primitivo, pero realizado en lo mental en vez de en lo real. No hacemos aflorar una verdad oculta sino que nos aproximamos recursiva y sucesivamente a una verdad inalcanzable pero que podemos aproximar tanto como aguante nuestra paciencia. Evidentemente cada aproximación es más exacta o más fina que la anterior. La lógica clásica ya había desautorizado tanto el proceso deductivo (porque no aporta conocimiento nuevo y es por tanto tautológico) como el inductivo (porque no es causal), y tal como Peirce evidenció con el nombre de abducción, había propuesto el dilema (mezcla de proposiciones hipotéticas y alternativas). De nuevo el modelo abductivo se parecía enormemente al proceso del relato detectivesco (hipotético-deductivo) del que se diferencia porque la verdad no es una realidad oculta que hay que desvelar sino el límite de un proceso recursivo. Entre la verdad absoluta y la verdad fraccionaria (ambas ontólogicas, estáticas) se abre paso la verdad recursiva (dinámica). 

 

 

La caracterización de la metafísica como sistema de pensamiento nos facilita identificar otros antiguos sistemas de pensamiento (arcaico y mítico) y futuros como el cibernético y la metaética. Veamos algunas de sus características en relación a la metafísica. El sistema arcaico confunde las ideas con la realidad en la omnipotencia de las ideas y hace residir la verdad en el sujeto (autoridad), no ha desarrollado los números más allá del cuatro (a partir del cual es necesario contar (con los dedos, es decir haciendo un isomorfismo) pues ya no se perciben instantáneamente), y seguramente no tiene un sistema semiótico en el que las palabras se definan con palabras (concepto), simplemente tiene palabras (sonidos) para las cosas reales. Las asociaciones que realiza las efectúa en lo real, en un sistema de prueba y error con memorización del resultado. Las imágenes son la moneda de su mente pero le permiten ciertas relaciones elementales. La igualdad se reduce a la similitud. 

 

El sistema mítico  hace residir la verdad en las cosas o en las personas (topología), la igualdad se resuelve en verosimilitud: es verdad lo que tiene apariencia de verdad. Posee el relato como forma de pensamiento con el que construye los mitos. La abstracción numérica no ha ha avanzado detenida en las matemáticas ingenuas (verbales) y las artes (lo que luego serán las artes) han superado la fase mágica para ser manipulaciones en lo real mediante dibujos, esquemas, pictogramas continuadoras de los procesos de prueba y error, a todos lo efectos formas de pensamiento y origen de la escritura. Las imágenes mentales siguen siendo imágenes pero se abre paso una incipiente simbolización en la que algunas palabras ya simbolizan cosas. El pensamiento (relatos y artes) es extramental. 

 

El ciberpensamiento es la opción del capitalismo para sustituir a la metafísica. La abstracción se sustituye por las bases de datos intensivas (exhaustivas) que contemplan todos los casos. La computación es la forma de manejar estas enormes bases y para iniciar la inteligencia artificial, mediante relaciones en red que desplazan las estructuras lineales en árbol. La lógica y el método científico (hipótesis-comprobación) son sustituidas por la recursividad informática (máquinas de Turing), que repiten los cálculos cada vez más afinados hasta alcanzar el nivel de exactitud prefijado. La verdad absoluta ha desaparecido en favor de la verdad fraccionaria. La causalidad simple cede ante la retroactividad y la causalidad circular y compleja. La matemáticas cualitativas (no numéricas) y la lógica difusa (probabilista) amplían los conceptos de matemática numérica y lógica clásica, de clases y relacional. Las técnicas de decisión y control (cibernéticas) reducen el comportamiento humano a algoritmos con los que se simula su mente (que recordemos tiene estructura lineal en árbol). El detalle se come a lo general en la fabricación a la carta, la propaganda personalizada, De alguna manera se retorna a fases arcaicas del pensamiento en las que lo particular mandaba sobre lo general (por impotencia), en la prueba y error sustituida por el pensamiento racional que ahora es desplazado por la recursividad (prueba y error informático), por la verdad fraccionaria que se come a la absoluta. Desaparece la razón (generalista) como ideal de exactitud y perfección. La robótica absorbe todo el trabajo manual primero y mental después. La clase trabajadora desaparece. 

 

También la metaética acaba con la hegemonía de la razón poniendo el foco sobre emociones, sentimientos y pasiones, pero no reducidas a algoritmos por la supercomputación sino tratadas de forma holística (acumulación) no numérica. Se impugna el principio de separación de ser vivo y mundo en favor de una forma ecológica de integración. Se reconoce la imposibilidad de comprender el mundo por parte de la mente y se ensayan métodos no analíticos de construcción de modelos completos. Se renuncia a manipular el mundo en un desarrollismo creciente y se mira al método oriental de respeto y de conjunto frente al individualismo occidental. El cuidado sustituye a la razón como principio rector: no se trata de destruir para construir sino de conservar incidiendo mínimamente en las otras especies. La idea es la coexistencia. Se acaba con las guerras para lo que no queda más remedio que matar a todos los políticos que no se sometan al reciclado (¡es broma!). El principio de desigualdad connatural con la naturaleza se corrige no por la dominación sino por el interés. Se abren zonas de interés distintas entre las que se puede escoger de acuerdo con las peculiaridades de cada uno. Las tendencias dominan sobre las verdades absolutas. El capitalismo desaparece (¡esa si que no cuela!). El modelo femenino de creación de vida se impone sobre el masculino de destrucción continua para reconstruir en una economía circular de destrucción/construcción. La afinidad de la metaética con un hipotético pensamiento femenino es evidente.

 

Todo lo expuesto son conjeturas (del pasado no tenemos suficientes datos, porque se han perdido) y del futuro nuestra especie ha demostrado sobradamente que la causalidad lineal (que nos es tan querida) no es capaz de prever más que unos pocos pasos (como en la meteorología) dada la caótica dispersión de las condiciones iniciales. ¡Una hipótesis no es una verdad pero puede “convertirse” en ella mediante la recursión! ¡Es lo que hay!

 

El desgarrado. Septiembre 2024.




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