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» 25-10-2020 |
Un grupo de expertos pidió a los políticos que se hiciera una auditoría de las medidas, errores y aciertos cometidos durante la crisis coranavírica para aprender de los errores y no repetirlos. Los políticos -siempre empeñados en salvar el culo (lo que exige la i-responsabilidad) y conservarlo muñidamente resguardado en su poltrona (lo que implica no perder ni un voto mientras los opositores pierden todos los posibles), dieron la callada por respuesta. Así las cosas el análisis que se niegan a hacer los políticos lo haré desde esta tribuna. Distingo entre las medidas previas (causantes en gran medida de que el virus se enseñoreara del mundo), medidas de acción inmediata, y medidas de futuro. Repetiré aquí denuncias que ya se realizaron en su día sin que los políticos se hicieran eco alguno. ¡Empezamos!
1.1. La crisis de 2008 fue la ocasión para hacer una serie de recortes que devolvieran nuestra sociedad a posiciones anteriores del estado de bienestar cuando no, lo desmontaron simple y llanamente. Cuando esos recortes ya no fueron necesarios porque la crisis cedió, los políticos decidieron que no era necesario restaurar los niveles de dicho estado a los niveles anteriores a la crisis del 2008. Como consecuencia la sanidad, el mercado laboral, la educación, la investigación, la ecologización, la igualdad (de género, colonial, de derechos y de oportunidades) se resintió de forma generalizada a pesar de las indicaciones que llegaban de la CE en ese sentido.
1.1.1. La sanidad sufrió recortes materiales y humanos, nunca recuperados y que situaron a nuestra asistencia primaria en seria precariedad. Gran parte de nuestros sanitarios emigraron a países con mejores oportunidades sanitarias. Una precariedad que no podría resistir un ataque importante de uno cualquiera de los virus que desde hace treinta años mutan de los animales a las personas y que ya habían hecho acto de presencia en la gripe aviar, la gripe porcina, y otros coranavirus (SARS).
1.1.2. La investigación fue recortada (llovía sobre mojado porque su dotación ya era exigua) de modo que nuestro conocimiento sobre coranavirus y mutaciones de animales a personas quedaron seriamente perjudicados. Los recortes en salarios propiciaron la salida de nuestros investigadores al extranjero con el doble empobrecimiento que ello supone: la pérdida del dinero invertido en su formación y la pérdida de su talento.
1.2.3. El mercado laboral fue abandonado a su suerte tras la gigantesca operación de precarización que Rajoy imprimió en los recortes de 2008. Acabada la crisis no se restableció el equilibrio dejando a los trabajadores en el estado de precariedad más brutal que nunca ha sufrido este mercado. Los contratos de horas, días o semanas facilitan la movilidad a costa de la especialización y el conocimiento del propio puesto de trabajo. En especial la precariedad de los trabajadores sanitarios (desde médicos a enfermeros, pasando por los mecánicos) alcanzó niveles estratosféricos.
1.2.4. La necesaria reforma ecológica del sector energético que había cobrado cierto impulso en el último gobierno socialista con la proliferación de las energías limpias sufrió un parón drástico en beneficio de las eléctricas, gasistas y petroleras convertidas en poderes fácticos, enrocados en no pagar por lo que contaminan con su correlato de las mutaciones víricas debidas a las lluvias ácidas, los cambios climáticos, la contaminación ambiental, los transgénicos y el aumento de los plásticos químicos en los residuos. No podemos obviar que es nuestro actual estilo de vida el que favorece la aparición de estas mutaciones víricas nefastas
1.2.5. Las reformas políticas también han influido en esta bajada de defensas generalizada frente a los nuevos virus. La privatización de la sanidad convierte un servicio en un negocio en el que los recortes son inevitables. La comunidad de Madrid (no en vano la principal afectada por el virus) inició un programa de privatización de los hospitales comunitarios que debía culminar en el desmantelamiento del estado del bienestar sanitario, que ya empezó por recortar la universalidad de la asistencia en una operación colonialista infame. Otra privatizaciones como el servicio de recogida de residuos urbanos (basuras), el servicio de suministro de agua, el servicio de transporte urbano, etc. propician el descenso de la calidad del servicio y de su sanidad.
1.2.6. La desigualdad crea una jerarquía asistencial que se ha manifestado en la incidencia del virus. Los barrios pobres son mucho más atacados por el virus que los barrios ricos. La alimentación, la asistencia sanitaria, la higiene son puertas de entrada del virus a la desigualdad. La desigualdad social se refleja en la desigualdad sanitaria de respuesta al virus.
1.2.7. Las medidas políticas (incluso la idiosicracia) afectan a la respuesta al virus. La política del culo: a) salvar el culo a toda costa; b) apoyar el culo en una mullida y duradera poltrona y c) el aforismo del culo: al amigo el culo, al enemigo por el culo, y al indiferente la legislación vigente, marcan de forma indeleble la respuesta política. Debido a las múltiples leyes, disposiciones e institutos que volatilizan la responsabilidad de los políticos el hecho de que se infecten un millón de ciudadanos y mueran 35.000 no tiene mayor incidencia en un colectivo de irresponsables al que nada se le puede achacar… legalmente. La desesperada búsqueda de la poltrona implica no tomar medidas impopulares (como el confinamiento) que puedan incidir en los votos esperados. Y a contrario implica la necesidad de achacar a los opositores todos los errores. Esa infame lucha política ha sido la constante de nuestra crisis vírica: la lucha partidista a muerte.
2. Las medidas tomadas.
Las medidas tomadas solo se pueden entender desde esa guerra política a muerte en la que la ventaja partidista prima sobre cualquier otra consideración. La lucha partidista conduce a la intoxicación, el populismo, la demagogia, la posverdad, etc.
2.1 El estado de alarma. El gobierno se ató los machos y decretó el estado de alarma. Lo hizo tarde y con unos expertos de su confianza (cuando no inexistentes), aunque hay que reconocer que nadie sabía bien, bien lo que sucedía, y como había que atajarlo. La oposición y las CCAA se opusieron tanto por desastabilizar al gobierno partidistamente como por defender su independencia autonómica (se llegó a decir que era un 155, o un golpe de estado encubierto). Tampoco era poco motivo que el Gobierno se apuntara el tanto de haber vencido al virus. Aún así fue el estado de alarma más duro de Europa lo que indica cierta valentía. Y cuando sus bondades se podían ver la oposición se negó a prolongarlo para poder mangonear a su gusto la previsible y ya cantada “victoria” sobre el virus. El gobierno dejó en manos de las CCAA la dirección de la lucha contra el virus. Se inicia la guerra de las mascarillas producto más de la escasa unanimidad científica que política aunque, ¡como no! aprovechada partidistamente por los políticos. Se empiezan a oír cada vez más las opiniones de científicos independientes y las tertulias se llenan de virus. Pero en definitiva no se sabe cuales son las mejores medidas a adoptar.
2.2 Pronto se vio que medidas más tibias (más políticas) -como las que aplicaban las CCAA- conducían a los rebrotes. En la política de aprovecharse partidistamente de la crisis se acusa al Gobierno de no haber tomado medidas generales contra el virus, cuando se le había “robado” la dirección operativa. La comunidad de Madrid se erige en ariete contra el gobierno en una lucha más por el poder que por la salud. Su unidad queda avalada por las continuas diferencias con el vicepresidente (C’s) y las nueve dimisiones que se han producido. Llegan a afirmar que son: España dentro de España reivindicando una independencia que para sí querrían los nacionalistas. Las encuestas no reflejan un descenso de la popularidad del Gobierno lo que significa un fracaso para la oposición.
2.3. Con 30.000 muertos y la economía con un bajón del 40% ¡la oposición no es capaz de arrancar al Gobierno ni un solo voto en las encuestas! Se inicia un ataque contra los expertos (sobre todo, el portavoz oficial: Simón). Cada CCAA aplicando sus ocurrencias consigue que los ciudadanos no sepamos ni donde vivimos ni que normas nos afectan. Los opositores tratan de pringar al Gobierno exigiéndole que tome las medidas oportunas (las que se habían negado a aceptar). El Gobierno responde que el quiera el estado de alarma que lo pide. La lucha partidista subterránea no cesa mientras los números empeoran. Diez Comunidades (ninguna de la oposición) piden el estado de alarma. VOX presenta su moción de censura que aprovecha el PP para despedirse a la francesa: ¡Hasta aquí hemos llegado! VOX no obtiene ni un solo voto ajeno (que era lo único que pretendía). La oposición sigue fracasando. Hoy, el Gobierno declara el estado de alarma (incluido el toque de queda) bajo la dirección de las CCAA. Para evitar el show del otro estado de Alarma, Sánchez la prolonga hasta Primeros de Mayo. La Álvarez, en su estilo, insulta al presidente del Gobierno: ¡despota!
3.1 Las medidas de futuro.
Las medidas de futuro se reducen a que los científicos encuentren el tratamiento o la vacuna. Quiere decir que los estados de alarma y los toques de queda, las mascarillas y los geles, el confinamiento y la limitación del derecho de reunión, la restricción de la movilidad, son medidas provisionales. Evidentemente nosotros no jugamos en esa liga pues nuestra raquítica investigación no da para que triunfemos en ese campo. En la prevención tampoco estamos destacando. La mejor sanidad del mundo es impotente frente al virus. La fecha de Abril se destaca como la más probables para que esa vacuna llegue. Encontrar la vacuna o el tratamiento no es el final. Hace falta fabricarlos para todo el mundo lo que supondrá una priorización de la administración que pondrá de nuevo en evidencia la desigualdad. No ha pasado lo peor. Estamos en la fase previa. Quizás la pregunta fundamental es ¿Estamos en buenas manos? Y me refiero a todos.
El desgarrado. Octubre 2020.