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» 22-01-2021 |
Se descubren los casos de múltiples políticos que se vacunan saltándose el orden protocolario. Uno ha dimitido (se vacunaron cuarenta a su costa), el resto aguanta. La excusa es siempre la misma: ellos no querían pero sus asesores les “obligaron”. En este caso no ha podido decirse que no se habían enterado como acostumbran, aunque tampoco sería tan raro que algún listo diga que se la pusieron sin que se enterara. E inmediatamente se produce el embarramiento del terreno de juego: ¿se les ha de poner la segunda dosis, se les ha de multar, deben dimitir o hay que echarlos? Los periodistas alineados inmediatamente toman el rábano por las hojas e inciden en los detalles en vez de afrontar el problema y sobre todo arriman el ascua a su sardina y arremeten contra el gobierno. Lo que acostumbran. La vida para estos tipos es un problema electoral.
No hay que alarmarse. Todo esto no llegará a nada. Sabemos de unos cuantos pero son miles. ¿De qué sirve ser político si no tienes este tipo de prebendas? La vacunación prevaricadora está tan extendida que ningún partido político podrá sacar tajada política porque todos están implicados. Callarán y otorgarán porque no son capaces de hacer otra cosa. Es como el republicanismo del PSOE ¿Cómo va a exigir el cese de la inviolabilidad del rey cuando eso podría suponer el cese de la inviolabilidad de todos los políticos de su partido? Callados y bien callados: antes cómplice que perder las prebendas. Marearán la perdiz durante unos días y a otra cosas mariposa. Una nueva oportunidad para que Podemos vuelva a dejar a su socio con el culo al aire, pero ¿son inocentes? VOX no ha dicho ni pío (señal de que se han vacunado). Si Podemos no la pía ya sabéis porque es.
En Portugal se antepone a los políticos como sujetos preferentes de la vacunación. Se levantan voces que no entienden porque no son los bomberos, los policías y ya puestos, los dependientes de comercio o los camareros. No es fácil establecer preferencias. Se mezcla la utilidad, la justicia, la estrategia y la oportunidad (esa segunda dosis para los prevaricadores). En un país en que todo lo que decide el Gobierno está mal, rematadamente mal, tomar decisiones quiere decir que te van a silbar los oídos. Son culpables incluso de lo que no les toca por ser competencias transferidas. Como en el caso de los padres respecto a los hijos, la responsabilidad nunca declina. Ribera propone abrir el melón de la jerarquía de vacunación. ¿por qué? Ya no es político. Da la impresión de que alguien le ha dicho: “proponlo tú que a mí me da corte siendo político” Da la impresión que es un tapado de los antiguos compañeros. Todo vale con tal de gozar de prebendas. Dentro de poco alguien dirá que los políticos deberían estar los primeros en la lista… o continuarán como hasta ahora aplicando los hechos consumados. Orriols (analista político, teóricamente no alineado) también es partidario de abrir el debate. ¿Orriols: quien te sopla la oreja? Los militares no siguen las normas de los mortales. Tienen un turno “especial”. Utilizar el contagio como arma iría en contra de las leyes de la guerra.
Con 100.000 muertos de facto no me parece que el debate que hay que abrir es el de la prevalencia de los políticos ante los ciudadanos frente la vacunación. Pero lo que a mi me parezca es intrascendente. No solo se prevaricará sino que se hará con la máxima opacidad. En ese sentido, la posición de Portugal es pragmática: permitiendo lo que los políticos iban a hacer de una u otra manera, por lo menos, dándoles vía libre, se ahorran el debate, en un momento en que las fuerzas no están para malgastarlas. No les negaría la segunda dosis porque no me arriesgaría a que un solo muerto cayera sobre mi conciencia, pero sí que les pondría en la picota de: o dimitir o pagar la vacuna… más la correspondiente multa administrativa. Al fin y al cabo eso es lo que hizo la ley mordaza con los ciudadanos: en vez de ir al juez, utilizar a la policía como juez (como poseedor de la presunción de veracidad) y castigar con multas administrativas exorbitantes. Seguro que les gusta pasar por su propia medicina. Como es evidente que la ley mordaza nunca será derogada, por lo menos, que se aplique con universalidad, empezando por los políticos. ¡A qué no!
El desgarrado. Enero 2021.
24 horas ha tardado Mertinez de Madrid en hacer buena la profecía de que alguién saldría a decir que los políticos deben ser vacunados antes que nadfie. ¡País!